Criterio.hn, siete años conspirando contra las tinieblas informativas

Por: Patricia Murillo Gutiérrez

La selva podría ser el escenario mayor para desarrollar el Periodismo en Honduras, ese que trasciende las apariencias para sumergirse y llegar a la raíz de los hechos, discurrir y presentarlos en su dimensión autentica a los usuarios de medios y que tengan posibilidades para acceder a conclusiones legítimas sobre la realidad.

Honduras ha llegado a extremos repugnantes para lo humano y, por lo tanto, para el buen Periodismo, pues aquí hablando del periodo del regreso a la “democracia” (desde 1982, 40 años) se percibe una obsesión radical, visceral, feroz y enfermiza por el poder y llegado al mismo no solo el político, sino también los fácticos, sacar a colación el deterioro del Homo Sapiens y la irrupción del mono más depredador y sanguinario.

Aquí igual se mata por las ideas como por satisfacer los instintos carnales aun a costa de destruir la más tierna infancia porque han crecido los abusos sexuales a los menores.

La Ética podría ser el fiel de la balanza, debió serlo especialmente en profesiones tan humanísticas como el Periodismo para haber contribuido a la edificación de una sociedad más culta y cumplidora de los Derechos Humanos.

Materia pendiente en el Periodismo que estos pasados 40 años en muchos de sus actores quedó callado ante delitos que son imprescriptibles y se acomodó a la degeneración de la sociedad hondureña, advertida desde 1988 por el valiente exjuez Miguel Ángel Izaguirre que denunció los peligros que ya corría de volverse un narcoestado. Y todo pasó sin que pasara nada en esta sociedad y sus medios.

Llegamos a este 2022 confirmando hasta la saciedad e incluso en Medios de Comunicación que antes lo ignoraban o miraron para otro lado, como aquí el poder político y elites junto a oligarquías de toda laya incluso poderosos capitanes del narcotráfico internacional, desplomaron los escasos avances democratizadores desde 1982.

 Y nos regresaran a una sociedad preñada de indignidad, de horror, en suma, atacaron la esencia humana de nuestro pueblo, para convertirlo casi en esclavo del delito dejándonos en la más plena vulnerabilidad desde la justicia, lo económico, la educación y la salud, o sea: la ley de la selva.

En este marco se ha desarrollado el Periodismo en Honduras, con picos altamente vergonzosos como el caso Hermes que tiene sustentado el fiscal Luis Javier Santos titular de la Unidad Fiscal para Combate a las Redes de Corrupción, UFERCO.

También con el silencio cómplice de algunos propietarios de medios de comunicación que callaron ante el cáncer de la corrupción, de la narcoactividad y sus secuelas en el país. Y con la miopía de las dirigencias gremiales que conociendo cómo se maneja la chequera oficial para callar la verdad poco han hecho para ayudar al rescate de la profesión.

Sin embargo, en estos años divergentes, sectarios, podridos por los antivalores y   tanta colusión con quienes destruyeron la república, agrada confirmar que CRITERIO.HN arriba a sus siete años de vida el uno de mayo y lo que antes fue un proyecto, una utopía inteligente de sus creadores Jorge Burgos y Emy Padilla, hoy es una empresa periodística que ha logrado el tesoro más grande a que puede aspirar un comunicador social: la Confianza de sus usuarios.

Sabemos que su periodismo “incomodo” como se le capta en algunas esferas no claudica ante los poderosos intereses que no quieren huella de un periodismo inteligente y por el bien común y la búsqueda de la verdad.

Y también sabemos que Criterio.hn sigue inspirado en accionares éticos y conspirando contra las tinieblas informativas que han contribuido a meternos en esta selva tan peligrosa donde vivimos.

Entonces este medio de comunicación se ha vuelto un valioso instrumento para la sociedad hondureña al igual que otros que también que rompieron ese silencio mediático en el periodismo de investigación y de opinión no maquillado.

Estamos claros que los problemas humanos que hay en la Patria no los va a resolver Criterio.hn, pero lo que nos satisface que han puesto su cuota profesional y ciudadana para alejarlo cada día, un poquito de esta selva.

¡Felicidades, colegas Jorge y Emy y a todos sus colaboradores y colaboradoras pues, aunque Honduras no es el paraíso terrenal para hacer buen periodismo, ustedes dejan su huella y contribuyen a la articulación de un tejido social más sano en nuestro país!