Crisis en la UNAH: ¿Agotamiento de un modelo? (1-4)

Por: Bladimir López

Introducción

La idea central de esta parte introductoria es comprender a que nos referimos cuando hablamos de crisis universitaria, las unidades de análisis que nos permitan identificarla y contrastarlas con las demandas de los sectores estudiantiles, en los esfuerzos de constatar que nos encontramos ante el agotamiento de un Modelo Universitario y Modelo de Reforma Universitaria que desde sus inicios careció de consenso y cohesión en la comunidad universitaria, y que en los momentos de abrir paso a reformas importantes encontró resistencia en los sectores de la comunidad estudiantil.

En la segunda parte vamos a desarrollar la idea de que los esfuerzos que se vienen realizando por abrir cause a un proceso de Reforma Universitaria, responde a un excesivo proceso de modernización que desnaturaliza la concepción de Universidad y altera el proceso de Reforma Universitaria. En la tercera parte, luego de comprender la dinámica de la Universidad, realizaremos un abordaje de las principales tensiones que se desarrollan en el campo universitario identificando la disputa académica y política de los agentes universitarios (estudiantes y autoridades) en los esfuerzos de legitimar sus proyectos de Universidad y visión de Reforma. Y en la última y cuarta parte pondremos en perspectiva elementos generales que permita abrir el debate sobre los aspectos a considerar para una salida a la actual crisis en la UNAH.

La percepción de los actores

No deja de llamar la atención la manera en que los medios de comunicación, partidos políticos, autoridades universitarias, sociedad civil y el movimiento estudiantil, conciben la crisis que se viene manifestando en la UNAH. Mientras los primeros hacen un llamado al diálogo para darle respuesta al conflicto; los segundos esperan pacientemente su momento; los terceros se reacomodan y contraatacan, mostrando sus debilidades y dando a conocer sus intereses; los cuartos hacen un llamado a la cordura, a la razón y a reconocer los avances de la Reforma; y los quintos que venían de un reflujo, han logrado un repunte con limitado posicionamiento estratégico y piden la renuncia de las autoridades universitarias.

A la opinión de estos actores hay que agregarle que en los últimos años en la UNAH se han desarrollado tres intentos de diálogo, permitiéndole a las autoridades oxigenar la crisis de la Universidad y en muchos de los casos su reacomodamiento de clase dirigente; el papel que ha jugado la Universidad hacia los problemas de país ha sido el rol de una “Universidad Colaborativa” y pocas veces el rol de una “Universidad Contestaria”, y que en medio de un proceso electoral se vuelven abrir  temores de un control por parte de la derecha neoconservadora y tensiones entre sectores políticos de la UNAH y partidos políticos; a estas alturas de la crisis lo único que parece estar en cuestión son las aspiraciones releccionistas de la Rectora; y hoy más que nunca se vuelven a desvelar el poco avance de la reforma academica y la democratización cultural y política de la universidad; lo que demanda al movimiento estudiantil a comprender la crisis en perspectiva histórica y no coyuntural.

Reforma sin consenso y cohesión

Lo anterior nos obliga a preguntarnos: ¿qué ha pasado con la Reforma Universitaria que se viene planteando desde los esfuerzos de la Comisión Técnica de la IV Reforma Universitaria (2000-2003), orquestada con la intervención del Congreso Nacional (2004), normalizada con la aprobación de la Ley Orgánica (2005), concebida con el nombramiento de la Comisión de Transición Universitaria (2005-2008), y desarrollada con el arribo de la rectora Julieta Castellanos (2009-2017)? En ese marco también hay que preguntarnos, ¿por qué las protestas estudiantiles han sido tan recurrentes desde el 2014 al 2017?  

Una de las ideas centrales que sustentan estas reflexiones, es que los conflictos entre autoridades y estudiantes que se vienen manifestando en la universidad desde el 2014 al 2017, son eventos que se suscriben en esa larga trayectoria de esfuerzos por avanzar en un proceso de reforma que ha buscado estar en sintonía con las transformaciones que sufre la educación superior, los problemas de la comunidad universitaria y los desafíos de país.

Esas referencias nos ayudan a esclarecer de porque en los últimos años los estudiantes han venido posicionando sus discursos y  demandas alrededor de un Gobierno Universitario con rasgos teocráticos y tecnócratas controlado por la figura de rectoría; el cierre de los espacios de participación estudiantil en la vida académica, política y cultural en la UNAH; la ausencia de reforma académica que dé respuesta a los problemas cotidianos del estudiante en los proceso de enseñanza y aprendizaje; la criminalización de la protesta estudiantil y judicialización del estudiante; la cooperación de la UNAH con los últimos dos gobiernos nacionales lo cual se ha traducido en la desvinculación con los grandes problemas de país.

En el fondo de esas descripciones podemos constatar algunas premisas que nos permitan avanzar en nuestra reflexión. Primero, limitada posibilidad de diálogo interno, ya que los diálogos no fueron capaces de poner sobre la mesa los verdaderos problemas de la UNAH, por un lado la crisis académica, que  se traduce en la poca claridad al momento de conducir académicamente la universidad ( organización académica, procesos de enseñanza y aprendizaje, reformas curriculares, acreditación, profesionalización docente, investigación, extensión), y por otro lado la crisis política, que se traduce en la poca claridad sobre la conducción de la comunidad universitaria ( organización política, gobierno universitario, flexibilidad organizacional, el cierre de los espacios de participación en la vida política, académica y cultural de los estudiantes, la criminalización del estudiante). Segundo, el actual grupo que dirige la UNAH muestra ciertas distancias del actual grupo de poder que dirige el país, y en los últimos meses desde la universidad observamos una fuerte oposición hacia los temas de seguridad, corrupción, economía, entre otros; aspectos que se presentan en una coyuntura marcada por el proceso electoral y el fenómeno de la reelección presidencial, y la oposición de grupos políticos, sectores de la cooperación internacional y del tercer sector que están detrás del grupo que dirige la universidad.

Tercero, también observamos que las aspiraciones releccionistas de la Rectora obedecen a un proyecto político que se viene impulsando desde años atrás, en el cual el sistema educativo aparece como un espacio de legitimidad cultural y de disputa política. Cuarto, la ausencia de consenso y cohesión alrededor de la reforma es un punto que vuelve abrir la discusión y preguntarnos, ¿qué pasó con la Reforma Universitaria? Y quinto, la necesidad de un movimiento estudiantil que siente las bases para avanzar en la construcción de la nueva UNAH y la nueva reforma, ante el agotamiento de ambos modelos.

Las dos crisis universitarias

Ante ese panorama escabroso podemos constatar dos tipos de crisis que confluyen en el campo universitario. Por un lado, crisis académica que se traduce en la poca claridad al momento de conducir académicamente la universidad, y, por otro lado, crisis política que se traduce en la poca claridad al momento de establecer la conducción de la comunidad universitaria. La persistencia de esas dos crisis en los últimos cuatro años – recordemos que las acciones de protesta y tomas de la universidad se vienen desarrollando desde el 2014 al 2017-  nos introduce en la idea que la crisis en la universidad hay que verla como resultado de un agotamiento del modelo universitario y el modelo de reforma universitaria que se viene planteando desde el año 2006 y desarrollando desde el 2009.

Para teóricos de la Universidad como Pierre Bourdieu, Pablo Casanova, Boaventura de Sousa Santos y Carlos Tünnermann, con las tensiones y disputas permanentes en el campo universitario, las dos crisis arriba identificadas, en la universidad pública se traducen en una crisis de hegemonía, crisis de legitimidad y crisis institucional. La crisis de hegemonía, resultante de las contradicciones entre las funciones tradicionales de la universidad, las que le fueron atribuidas a lo largo del siglo XX y las que le son atribuidas en el siglo XXI ; la crisis de legitimidad, provocada por el hecho de haber dejado de ser una institución consensual, a través de las restricciones del acceso y certificación de competencias, el detrimento de la democratización de la universidad y la reivindicación de la igualdad de oportunidades para las clases populares; la crisis institucional, que es una consecuencia de la contradicción entre la reivindicación de autonomía en la definición de valores y objetivos de la universidad y la presión para someterla a criterios de eficiencia y productividad empresarial o de responsabilidad social

Y para ello partimos de tres hipótesis. Primera, el proceso de IV Reforma Universitaria no conquistó integralmente la dimensión de Universidad y la dimensión de Reforma Universitaria, solamente se planteó en aspectos de modernización universitaria: técnicas y administrativas. Segundo, la Ley Orgánica presenta una serie de limitaciones al momento de comprender la Universidad como institución, organización y comunidad, lo cual impacta al momento de querer orientar la conducción académica de la universidad y la conducción de la comunidad universitaria. Tercero, el grupo rectoral que ha dirigido la UNAH en los últimos años han sido heredero de los confusos planteamientos de la Comisión de Transición Universitaria y por la incapacidad de este grupo rectoral en abrir el debate en la comunidad universitaria sobre el rumbo de la Universidad y la dinámica de la Reforma.

A modo de conclusión

Como punto de partida esas tres hipótesis nos permitirán comprender que la actual crisis en la UNAH es necesaria ubicarla en el marco de un agotamiento del Modelo Universitario y el Modelo de Reforma Universitaria, para constatar que nos encontramos ante una crisis histórica con rasgos estructurales, y que las soluciones que se presenten tienen que ser vistas como alternativas para salida a la crisis y no salidas al conflicto.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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Un comentario

  1. He leido este documento y me parece muy completo, con un enfoque reflexivo y analitico, fundamentado en una realidad, en la que grupos retrogradas y oportunistas han intervenido para desvincular a la UNAH, en su papel protagonico orientador con propuestas de solucion a los graves problemas en la que los politicos han desatendido y que hoy por hoy el pais se unde en la peor crisis de corrupcion y antivalores, que tambien afecta la academia y sus avances en la generacion de nuevos conocimientos. Es necesario que para avanzar en la aplicabilidad de los postulados de la IV reforma, demosle paso a la controversia para generar desarrollo en la que participe toda la comunidad universitaria. Analicemos y evaluemos las contradicciones para la generacion y avances de la ciencia integradora.