Por: Carlos Zelaya Herrera
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); vive una de las peores crisis de los últimos años, como muestra el rumbo que toma la problemática generada del rechazo de buena parte de la población estudiantil a ciertas medidas académicas y elevación de costos, en los que ven un ardid que trunca sus aspiraciones de superación profesional.
Pese al anuncio de que las clases retornarán el miércoles, como informó la rectoría, las protestas van a persistir de mantenerse el plan de arbitrios, la criminalización y juicios penales a quienes confronten a las autoridades de la alma mater, como expresaron voceros del movimiento estudiantil universitario
Y más preocupante aún es que se percibe que la cancelación del 2do período para algunas carreras y la cancelación del tercer periplo académico no toca el fondo del asunto, como es la mesura de una mediación que resuelva los problemas planteados en donde participen todos los involucrados.
El viernes y sábado anterior agentes de la dirección policial de investigación, atendiendo una orden de desalojo, cuya legalidad organismos de derechos humanos cuestionan, desalojaron varios edificios de ciudad universitaria y dieron captura a 24 estudiantes.
En el Valle de Sula los predios universitarios fueron desalojados pacíficamente, sin los penosos hechos en los que padres de familia y activistas de derechos humanos formaron una valla para evitar las vejaciones denunciadas por jóvenes perjudicados.
Las tensiones entre ambas partes comenzaron el 14 de octubre del 2014 en el centro regional del valle de sula, cuando la federación de asociaciones de estudiantes y el movimiento estudiantil Lorenzo Zelaya, solicitaron a la vicerrectoría de asuntos estudiantiles, firmar un documente de apertura al diálogo a cambio de entregar el campus universitario.
Desde ese lapso los intentos de diálogo han sido infructuosos y las demandas irreductibles y, ahora, con el procesamiento penal de los manifestantes el futuro del conflicto es incierto y poco predecible.
Es así como el sábado anterior en la audiencia de declaración se aplicaron medidas a 22 educandos para que cada viernes se presenten a firmar el libro del juzgado; a no salir del país, no acercarse a las manifestaciones y no comunicarse con los demás estudiantes.
Ese día la dirección policial de investigación y la unidad de inteligencia de la policía nacional cumplieron una orden de captura del juzgado de letras penal de la ceiba contra el estudiante Alirio José Argueta Cruz.
Asimismo estudiantes que integran el consejo universitario emitieron un comunicado anunciando su renuncia a dichos cargos, reconocen la falta de legitimidad y que se emita un reglamento que legalice la representación de la comunidad estudiantil en el cogobierno universitario
Excepto lo anterior casi todo lo acontecido no resuelve en nada y sí ahonda heridas, interponen más barreras y conducen la situación de la nebulosa universitaria por un rumbo equivocado, como es la polarización.
El ver a jóvenes estudiantes encadenados de pies y manos acusados de sedición, entre otras figuras penales, envía un mal mensaje y más cuando la mínima consideración que merece la máxima casa de estudios y sus autoridades, es que la academia es el eje transversal del debate, mediación, entendimiento y razón de toda sociedad moderna y democrática.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas