Colombia: país «pionero» en políticas anti-sindicales

Por: Redacción CRITERIO

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«Las 500 empresas más importantes de Colombia, incurren en políticas antisindicales que les cuestan millones de dólares para destruir cualquier estructura que proteja al trabajador» 

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El responsable del área de organización de la Escuela Nacional Sindical (ENS) de Colombia, Edwin Mauricio Villamil analizó a las 500 compañías más grandes de ese país suramericano para conocer qué tanto les cuesta a las empresas sostener políticas y estrategias antisindicales.

En el informe Villamil explicó que en los últimos tiempos han surgido “iniciativas que pretenden impulsar la responsabilidad social empresarial, que buscan medir estándares laborales y la satisfacción de los trabajadores en una empresa”, pero también subrayó que esto no es factible si no cumplen con dos premisas: garantías para que los trabajadores ejerzan libremente y sin presiones el derecho de asociación, y el ejercicio efectivo de la negociación colectiva, que permita regular las relaciones laborales ya sea en un sector de la economía, en un grupo empresarial, o en una empresa.

En el estudio Mauricio Villamil constató que 114 empresas están suscritas al Pacto Global de Naciones Unidas y 65 de estas no tienen sindicatos, mientras que 79 donde existe organización sindical, apenas en 28 la actividad es mayoritaria. Estos datos le permitieron analizar que el 19,44 por ciento de los sindicatos tienen competencia para llevar a cabo una huelga, capacidad de diálogo con los empleadores, o el contrato colectivo abarca a todos los trabajadores.

Villamil argumentó que para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “no hay Diálogo Social sin sindicatos”, pues uno de sus postulados es la existencia de organizaciones sindicales “fuertes”, contrario a la realidad de la masa trabajadora de Colombia.

“Nuestro país tiene una de las tasas de sindicalización más bajas del planeta”, es decir, 4.0 por ciento en referencia a la población económicamente activa (población ocupada más desempleada), mientras que en relación con la población ocupada en total se ubica en un 4,5 por ciento, y 9,3 por ciento de acuerdo a la población asalariada (trabajadores dependientes, estatales, trabajadoras domésticas y peones o jornaleros).

Ante las cifras alarmantes que arrojó el estudio, Mauricio Villamil desglosó en 10 puntos que las dueños de empresas deben reconsiderar a la hora de diseñar estrategias antisindicales, por lo “costosas, desgastantes e insostenibles” porque “les cierra mercados, los desacredita y los expone como empresarios de quinta”.

  1. Judicialización de las relaciones laborales: Se trata de un aspecto frecuente en las relaciones entre sindicatos y empresas, dado que éstas tienden a solucionar los casos “a punta de demandas, querellas y acciones jurídicas. Villamil explicó que esta estrategia es usada por las empresas para debilitar la estructura sindical, y por ende, frenar el ejercicio del derecho de asociación. Usó como ejemplo a la empresa Proseguro , que en vez de invertir dinero en beneficio a los trabajadores, lo usa “como bandera para la destrucción de las organizaciones sindicales incluso a costa de su imagen”.
  2. Fallos administrativos y judiciales con elevados costos políticos y económicos: Se caracteriza por permitir que las querellas laborales y sindicales se resuelvan por el camino jurídico, supone lanzarse al abismo porque no siempre el empresario sale victorioso.
  3. Deterioro de la imagen corporativa: Para Mauricio Villamil, las políticas antisindicales de las empresas manchan la imagen corporativa de cualquier empresa, por más que intente taparlo con nuevas estrategias. De hecho, sostuvo que para que algunas empresas mineras puedan exportar su carbón a Holanda deben cumplir con “algunos estándares mínimos en materia laboral”.
  4. Excesivos costos en asesorías externas: Son calificadas de “pesadas cargas” por ser el asesor externo el único que se beneficia porque “a más conflicto, más tiempo de asesoría”, lo que supone el desembolso de grandes sumas de dinero”.
  5. Destrucción de canales de diálogo: Propicia un ambiente laboral hostil, trabajadores angustiados y sin la oportunidad de hacer propuestas.
  6. Consolidación de sindicatos amarillos: Este es el caso cuando las empresas permiten la creación de sindicatos pero para respaldar al patrón, en situaciones delicadas como suspender huelgas o debilitar a los “fuertes”.
  7. Acumulación de problemas laborales: Esto se debe a que no existen bases sólidas para que los trabajadores puedan acudir a instancias que los guíen a resolver sus problemas laborales.
  8. Exacerbación del micro-conflicto: Estas situaciones se observan cuando estallan pequeñas crisis en diferentes áreas de trabajo.
  9. En contravía a la corriente internacional: Pese a que la nueva tendencia de algunas empresas del mundo buscan reconocer los sindicatos como interlocutor legítimo y único de los trabajadores, son opacadas por las compañías colombianas que “innovan en estrategias y enfoques antisindicales”.
  10. La estrategia antisindical siempre sale derrotada: Las empresas con posturas abiertamente antisindicales, “terminan por llevar una posición de reconfiguración de la estrategia antisindical”.
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