Cardenal Rodríguez Maradiaga

Cardenal Rodríguez Maradiaga mejor vaya a pedirle perdón a Dios

Por Martha Alegría Reichmann

Roma, Italia. – “Yo quiero pedirles perdón si por mis limites no he sabido responder a lo que tienen derecho a esperar de su obispo”, fueron las palabras que pronunció el día jueves 14 de abril el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, cuando a su vez anunciaba lo que el derecho canónico le manda, pasar a ser obispo emérito y dar paso al nuevo arzobispo de la arquidiócesis de Tegucigalpa.

Indudablemente, la voz de la conciencia es algo de la cual nadie puede escapar. Lo fatal es que ciertas personas que logran alcanzar cierto poder, se “marean”, se les nubla la mente y se creen dioses, se creen omnipotentes, intocables, y se vuelven crueles, mentirosos, cínicos y hasta sádicos. Y cuando ya se han pasado la vida entera atropellando a los débiles y subordinados, abusando de su poder, entonces piensan que se llegó la hora de pedir perdón y que ahí termina todo.

Me pregunto: ¿Por qué no escuchan la voz de su conciencia antes de cometer tantos atropellos?

Ochenta años cumplirá el señor cardenal don Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y llegó la hora de despedirse…. pidiendo perdón.  ¿De qué Sirve?  absolutamente de nada. El daño ya está hecho y él lo sabe, pero necesita aplacar su conciencia que seguramente cada noche le quita el sueño. Sin duda alguna tiene pesadillas con los reclamos desde el cielo, de aquellos buenos sacerdotes fieles a Cristo y no a hombres, quienes murieron apartados de la Iglesia de la manera más injusta e inhumana con el fin de complacer a su descontrolado y adorado obispo Pineda. Ellos son Francisco Torres y Domingo Salvador, de igual manera no ha de soportar la mirada de aquel incondicional amigo Alejandro, mi esposo. ¿De qué les sirve a ellos que pida perdón?  ¿Y de qué les sirve a los que están en vida si no pueden ejercer su sacerdocio?

Pienso que es muy triste para un religioso y mucho peor, para un cardenal, retirarse con una conciencia negra y un pueblo que lo repudia. Al final de nada le sirvieron los constantes elogios que se mandaba a recetar en su canal Suyapa Medios.

 JER  17: 5 Así dice Yahveh: Maldito sea aquel que fía en hombre, y hace de la carne su apoyo, y de Yahveh se aparta en su corazón.

Lo único que ha logrado «Su Eminencia Reverendísima» con ese anuncio de retiro, es «revolver el avispero», pues inmediatamente han vuelto a circular viejos videos, artículos, memes y todo tipo de cosas que lo han denunciado a través del tempo.  Las redes han estado a reventar. Al cardenal Rodríguez lo alcanzo su sórdido pasado.

He tenido la ocasión de ver un video del noticiero CNN donde entrevistan al prestigiado y mundialmente conocido periodista italiano Emiliano Fittipaldi, por la denuncia de los 35 mil euros mensuales que el cardenal ha recibido por años de la Universidad Católica de Honduras. Ahí mismo el cardenal aclara que ese dinero lo ha gastado en las parroquias, los sacerdotes, el seminario, etc. Pero existe un video de unas declaraciones que el cardenal hizo a Suyapa Medios tratando de defenderse disfrazando las acusaciones a su persona como «persecución contra la iglesia».

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Cualquiera que lo escuche y desconoce cuál es la verdad, le cree al cardenal y hasta lo compadece porque se describe como víctima y que ha sido calumniado por periodistas sin escrúpulos enemigos de la iglesia.

Es verdaderamente impresionante la capacidad que tiene el cardenal para mentir y engañar, lo hace con gran naturalidad y sin titubear.

Se declaró ofendido mientras era él quien dedicó gran parte de la entrevista a ofender y calumniar al periodista Fittipaldi. Su furia surgió porque destapó esa gran corrupción. Dijo su eminencia entre otras barbaridades, que un periodista que tiene ética, antes de publicar una denuncia, debe de contactar al denunciado para saber si tiene algo que decir. No imaginó el cardenal que Fittipaldi escribió al final del artículo, que al contactar a Rodríguez se rehusó a hablar.

Así ha tenido el cardenal engañado por mucho tiempo a ricos y pobres. No puedo describir y demostrar todas las mentiras   en un artículo, pero sí lo hice en mi libro. 

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Lo que pasa es que el cardenal se enfureció al verse descubierto y porque también en el libro «Lujuria», Fittipaldi denuncia a Rodríguez por el caso de encubrimiento a un cura que había violado a jóvenes y niños.

Quiere decir que, si no fuera por este tipo de periodistas investigadores y que denuncian, el cardenal hasta el día de hoy continuaría feliz con la presencia de Pineda y el amante en Villa Iris derrochando el dinero destinado a los pobres.

Negó haber recibido dinero a su nombre, pero yo puedo decir con certeza, que el cardenal siempre ha recibido cheques mensuales a nombre de Oscar Andrés Rodríguez Madariaga por un millón de lempiras mensuales, sumando un millón y medio más todos los diciembres en ocasión de su cumpleaños, donde únicamente firmaba un recibo en papel bond, sin ofrecer una liquidación posterior que avale en que se invirtieron esos fondos recibidos.

También en su artículo de L’ Espresso, el periodista Fittipaldi publicó nueve páginas de los libros contables de la Universidad Católica de Honduras y de un informe que la Conferencia Episcopal de Honduras entregó al Papa Francisco en el año 2017, cuando se produjo una visita ad limina, quedando demostrado claramente que no le cuadraban las cuentas al cardenal, por más que quiso distraer la atención con falsas acusaciones a terceros.

En otra de las noticias que están circulando, hay una foto donde el cardenal aparece con mi esposo, Alejandro Valladares. Eso me duele, porque como ya he mencionado otras veces, fue mi esposo el “culpable” de que Rodríguez Maradiaga se convirtiera en cardenal, aunque en descargo de él, fue porque estaba totalmente engañado, y fue hasta cuando él murió que el cardenal traiciono a su familia, escondiéndose para no darnos explicaciones de la estafa en la que nos indujo a base de mentiras. Las pruebas también están documentadas en mi libro, o sea que de eso no hay duda, así como tampoco hay duda de que durante los últimos años Rodríguez ha vivido protegido por el muy cuestionado Papa Francisco, quien lo sacó de varios atolladeros.

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Recientemente leí un artículo donde se decía que el papa absolvió a Rodríguez diciendo que el dinero que recibía de la Universidad Católica era para gastos de las parroquias, o sea, apoyando las mentiras de su amigo. Pero lo más sorprendente es el plan maquiavélico que idearon: El Papa ordenó una investigación sobre las finanzas de la arquidiócesis de Tegucigalpa y la conducta del obispo Juan José Pineda. Enviando a Tegucigalpa al obispo Pedro Casareto, en ese momento el cardenal Rodríguez manifestó al periódico «Avenire” lo siguiente: «fue mi obispo auxiliar Pineda quien solicito la investigación con el fin de «limpiar» su nombre después de las muchas calumnias de las cuales ha sido objeto».

Al final quedo clarísimo que el objeto de la investigación no era para poner remedio a los delitos de Pineda ni del cardenal, porque pasó un año y medio sin que el Papa actuara contra todo eso. ¡Hizo lo contrario, actuó como si hubieran salido inocentes!  ¡A mí me llamaron a declarar entre otras personas y ahí confirme mi acusación!, muchos otros hicieron lo mismo. ¡Tenían que haber resultado culpables!

Fue hasta que transcurrió año y medio que obligaron a Pineda a renunciar por presiones de los medios y por presiones de cardenales fieles a Cristo, oponiéndose a la presencia del ya tan desprestigiado Rodríguez Maradiaga presidiendo el Concejo de Cardenales y perjudicando más la ya deteriorada imagen del Vaticano.  Fue por eso, que, para concluir el retorcido plan, se les ocurrió hacer renunciar a Pineda sin mencionar los motivos; así, el nombre del cardenal quedaría «limpio” sin la mancha de haber apoyado a Pineda en todos sus delitos. En otras palabras, fue creada su impunidad para continuar en su cargo. 

Por los comentarios, mucha gente piensa que el cardenal fue suspendido ahora por El Vaticano, pues si él mismo dijo que su retiro va a ser al cumplir 80 años y para eso faltan casi nueve meses, es ilógico que lo publique desde ahora.

¡Sé que he denunciado cosas muy duras no solo en mi libro si no en entrevistas y artículos nacionales e internacionales, y el cardenal se ha quedado mudo simplemente porque sabe que digo la verdad!  

¿Por qué digo la verdad?  Porque detesto la mentira y la hipocresía sobre todo cuando vienen de prelados porque ellos son llamados a ser correctos y dar el buen ejemplo, porque no se trata de simples errores, se trata de acciones graves, premeditadas y bien calculadas. Lo puedo asegurar con propiedad no solo porque soy una de las víctimas sino por tantas cosas horribles que he podido comprobar. No tolero ver al cardenal Rodríguez ante un micrófono mintiendo, denigrando y calumniando a personas correctas sin respetar el crucifijo que lleva en su pecho”. Denigra a las víctimas para defenderse él mismo», esas fueron las palabras con que el arzobispo Carlo María Vigano denunció a Rodríguez ante el mundo. No tolero que se burlen de Dios. No soporto a lobos con piel de oveja. Eso es lo que me impulsa a escribir y desenmascarar a estos falsos profetas. No se puede servir a dos amos a la vez. 

El cardenal cuando escuchaba decir que alguien lo criticaba, solía decir que ese alguien era enemigo de la Iglesia.  Es todo lo contrario, quienes amamos de verdad a la Iglesia somos los que no toleramos que se le haga daño y a esas personas que se creen muy católicas y que creen que defender a ese tipo de prelados es defender a la Iglesia, les digo que son de doble cara y los vuelvo a invitar a practicar el primer mandamiento de la ley de Dios “Amar a Dios sobre todas las cosas» porque muchos de los que metimos las manos al fuego por Rodríguez y por Pineda, tenemos las manos carbonizadas.

Jamás me arrepentiré de haber hablado. Si no se denuncia no se frena la maldad. Mi denuncia se expande en un libro que a la fecha está traducido hasta en polaco pasando por el inglés y el español, y mis artículos son publicados en varios idiomas en medios católicos y valientes que luchan por la verdad. Me siento altamente honrada por haber sido invitada a escribir en los blogs de prestigiados vaticanistas como Aldo María Valli y Marco Tosatti quienes ya han publicado mi última carta pública al Papa Francisco por engañar al mundo y por ser parte del nefasto Nuevo Orden Mundial perjudicando a la Iglesia de Cristo.

Pienso que amar a Cristo significa defender a Cristo y no alinearse con quienes lo ofenden y quisiera preguntarles a ciertas personas que presumen de buenas cristianas o buenos cristianos y creen en Rodríguez: ¿qué sentirían si un hijo o un nieto de ustedes hubiera sido violado por el cura costarricense Enrique Vásquez a quien el cardenal Rodríguez brindó protección por seis meses mientras huía de la justicia hasta que las autoridades costarricenses lo sacaron de Guinope, El Paraíso, para ser encarcelado? Eso está documentado y hasta existe una petición de una institución mundial (publicada en mi libro) para que Rodríguez y otros como él, no pudieran aspirar al tan soñado papado. 

Por ese tipo de cosas es que yo puedo asegurar que Rodríguez es una vergüenza más para nuestra tan pisoteada Honduras y es por eso que muchos ahora están deseándole un retiro en New York. Pero no, el cardenal goza de absoluta impunidad. Esa impunidad que suele dar Bergoglio a los que piensan como él, protegiendo a violadores pero que con el obispo Gustavo Zanchetta no le funcionó porque finalmente ya se encuentra en prisión en Argentina a pesar de la ultra protección dentro del Vaticano.

Adiós señor cardenal.  Cuando Dios lo tenga que juzgar, tendrá que llegar sin impunidad y sin mascaras.   Le deseo todo lo mejor, aunque dudo que obtenga su perdón.  Su «petición de perdón» no es sincera y usted lo sabe porque usted mismo ha dicho que para ser perdonado hay que reparar el daño hecho y eso ya es imposible. 

MAT  5: 23-24 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.

Por años fui amiga leal del cardenal. Un día le dije lo que se escuchaba decir de él y Pineda, le dije que eso le hacía mucho daño no solo a él, sino a la Iglesia, pero no le importó nada y con los años eso creció como bola de nieve al punto de llegar a recibir insultos en la calle, protestas de católicos reclamándole hasta dentro de las iglesias y la total falta de respeto con las caricaturas que han circulado de él con extraños atuendos. Jamás se había llegado a demostrar tanto desprecio por un cardenal, pero eso es lo que él ha provocado.

Abusó del púlpito Sagrado para gritar, ofender e insultar a quien le caía mal y ha tenido a la orden a medios de todo tipo hasta para presumir como hizo recientemente en un canal de televisión donde mostrando sus deditos contaba los idiomas que sabia y la presentadora vestida de rojo entusiasmada exclamaba: «¡y es hondureño!» como si fuera «copa del mundo». Así, funciona el servilismo de algunas personas ante los poderosos. Digo esto, porque a estas alturas, y con tanta evidencia, nadie puede ignorar quién es verdaderamente el cardenal.

Si fue acusado de «golpista» porque firmó el comunicado como presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras apoyando el golpe de estado de 2009, lo hubiera admitido explicando por qué lo hizo y porqué se equivocó. Pero cuando en Roma se le hizo la pregunta, lo negó. Como siempre, tirando la piedra y escondiendo la mano. ¿Por qué lo negó?  porque el golpe fue recriminado por el comunicado internacional y en ese tiempo él esperaba el papado.

Parece que no usó muy bien sus talentos. Pineda fue su perdición. Dios los crea y el diablo la junta dice un adagio.  En su campaña para ser Papa usó a los pobres como si luchara por ellos y ahora los pobres lo repudian fuertemente porque comprendieron que su nexo fue con los ricos y poderosos y la gran mayoría de los hondureños lo vieron coludido con todos los regímenes del país, en especial con el más corrupto de todos los tiempos. Ahora, como hecho lamentable por el giro vertiginoso, se le ha escuchado endulzar el oído a nuestra presidenta doña Xiomara.

Me da mucha lastima, mucha pena todo esto, pero es así y no se puede cambiar.

Ahora señor cardenal, su conciencia está ahí quitándole la paz por todo el mal que ha hecho.  No puedo negar que hizo cosas buenas, pero me consta que aspiraba al papado y probablemente esas cosas buenas las hizo para acumular “puntos”. Lo Pienso porque desde muy joven usted ya hacia cosas malas y por cierto está circulado de nuevo aquel artículo sobre la masacre del rio Sumpul a principios de Los años 80 cuando era obispo de la diócesis de Santa Rosa de Copán, y como tal, tuvo una actitud deplorable.

Si en la vida hubiera actuado con rectitud y justicia, con transparencia, con amor al prójimo, sin distinciones, si hubiera dejado a un lado la soberbia, la prepotencia, el engaño, la mentira y la hipocresía, ahora estaría despidiéndose con gloria, aclamado por un país entero, sin remordimientos y culpas, con un alma libre y una conciencia en paz. Algo que no se puede permitir porque la vida tarde o temprano pasa factura.

  • Emy Padilla
    Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo emypadilla@criterio.hn

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8 comentarios

  1. Siga adelante Martha , nada es eterno y acá se paga todo, sino fíjense como JUANCHI ya va para NYC así todos estos corruptos van a,salir ,TODOS van a pagar y el Cardenal no se queda atras

  2. Las calumnias están en el artículo relacionado titulado: Pido Perdon. Aniversario del Cardenal ……

    1. Cara Marta acabo de leer tu artículo del mes en curso, muy bueno como todo lo que has escrito. Como bien dices ahora le tocará enfrentar, antes o después, la justicia Divina y allí serán llantos… ??

  3. No suelo leer los comentarios porque no les doy mucha importancia pero me acaba de llamar una amiga para decirme que seguramente aliados del cardenal, evidentemente de estatura moral muy baja están escribiendo calumnias contra mi persona.
    Advierto: comiencen a juntar las pruebas que tengan porque mi abogado, con una orden judicial, tiene derecho a obtener el correo electrónico de donde salió la calumnia, y si no las presentan al ser querellada la persona, será condenada a prisión. Eso lo establece la ley contra la calumnia.

    1. La que levanta calumnias contra el señor Cardenal sos vos Marta y tras eso, amenazas y queres que nos quedemos callados. Habrase visto semejante desverguenza.