¿Cadena nacional de difusión o campaña publicitaria gubernamental?

Por: Ana A. Pineda H

redaccion@criterio.hn

Ana Pinena, abogada y docente universitaria.

Tegucigalpa.-Hay una diferencia conceptual y teleológica entre una cadena nacional de radio y televisión y una campaña publicitaria del gobierno. La primera, es una transmisión conjunta a través de medios de comunicación, generalmente emisoras de radio y televisión, que se regula legalmente de manera obligatoria o voluntaria para llegar a la mayor parte de la audiencia nacional​. Su finalidad, es difundir de manera excepcional y urgente, además de eventuales mensajes oficiales de las autoridades del Estado, situaciones excepcionales, graves y de trascendencia para la vida de la nación. La segunda, es una estrategia específicamente diseñada y ejecutada para promover determinadas acciones gubernamentales. Tiene como finalidad,  fijar en la mente de la población o de electores potenciales, la imagen de un gobierno o de su gobernante, y finalmente, conquistar el apoyo político de la ciudadanía. 

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La crisis sanitaria generada por la pandemia del COVID 19 obliga a cualquier gobernante a recurrir a una estrategia de comunicación efectiva. Optar a una cadena nacional de difusión para dar a conocer las medidas que se están adoptando para la prevención y contención de la pandemia podría ser admisible siempre y cuando se respete el marco regulatorio que rige las mismas. Contrario sensu, hacer una campaña publicitaria gubernamental usando como tema principal, la pandemia generada por el COVID 19 y como herramienta de difusión la cadena nacional radio y televisión es censurable desde todo punto de vista.

Al analizar las cadenas nacionales de difusión que se realizan en el marco de la pandemia, a la luz de la Ley Marco del Sector de Telecomunicaciones, Reglamento General de esta Ley y el Reglamento de Transmisión de Cadena Nacional de Difusión, se puede afirmar que esencialmente son utilizadas como herramienta para publicitar el accionar del gobierno, por las razones siguientes:

  1. Desnaturalización de la finalidad de la cadena nacional. La normativa antes relacionada, señala que la transmisión de dicha cadena procede en primer lugar, para difundir los eventuales mensajes de los referidos altos funcionarios del Estado, cuando “existan motivos que la justifiquen”. Es decir, para compartir información necesaria y urgente para la gestión de la crisis sanitaria, que no pueda transmitirse por otra estrategia de comunicación. Y, en segundo lugar, en casos de emergencia nacional como: desastres naturales, seguridad ciudadana y en casos de extrema urgencia u otra calamidad general en el que no se disponga de tiempo suficiente para darlos a conocer por otros medios

En otras palabras, la cadena nacional de difusión es la excepción y no la regla en la transmisión de la información. Si bien, la pandemia exige mantener informada a la población, no significa aprovechar el espacio para promocionarse políticamente. En este espacio, el gobernante, sus funcionarios y socios promueven el planteamiento o ejecución de políticas, programas, proyectos y acciones estratégicas, en la mayoría de los casos apartados del COVID 19. Una cadena nacional que se transmite diariamente y varias veces al día desnaturaliza la finalidad legal y el carácter de excepcionalidad y necesidad de esta.

  1. Abuso del tiempo legal y reglamentariamente establecido. Los operadores de servicios de radiodifusión sonora, radiodifusión de televisión y televisión por suscripción por cable estarán obligados cuando la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) lo pida a “prestar espacios para la cadena nacional de difusión”, luego de atender las solicitudes que le presenten los titulares de los poderes del Estado y la presidencia del Consejo Nacional Electoral en asuntos de su competencia.

Los espacios que se presten para la transmisión de la cadena nacional deben cumplirse al tenor de lo prescrito en el artículo 10 del Reglamento de Transmisión de Cadena Nacional de Difusión que manda: “La Cadena Nacional tendrá un tiempo de duración hasta de siete minutos; fuera de ese tiempo las emisoras de radiodifusión sonora y de radiodifusión por televisión no están obligadas a la transmisión en Cadena Nacional, excepto en los casos, que Conatel califique que el mensaje a transmitir requiere más tiempo”.

Hace más de dos meses, el pueblo hondureño es compelido a conocer la cadena nacional de radio y televisión varias veces al día y más allá del tiempo legalmente establecido. Las acciones gubernamentales ejecutadas o por ejecutar en el marco de la crisis sanitaria pueden darse a conocer por otros medios. La realización de conferencias de prensa por parte del titular del Ejecutivo y sus cercanos colaboradores con la participación plural y libre de los diferentes medios de comunicación, podría ser un buen mecanismo para informar y a la vez, para cumplir con la responsabilidad de rendir cuentas a la población.

La decisión del titular del Poder Ejecutivo de utilizar de manera regular, la cadena nacional para la difusión de las acciones gubernamentales en general y no solo las que se justifiquen en el marco de la pandemia con denodado protagonismo y promoción de su imagen, da lugar a que dicha acción sea revisable por la propia Conatel y los operadores de tales servicios. Ello en virtud que, se impone un sistema de información arbitrario en evidente contravención a las disposiciones legales que concede la Ley Marco del Sector de Telecomunicaciones y sus Reglamentos, y consecuentemente, en conculcación a los principios del Estado de Derecho y la gobernabilidad democrática.

 

Honduras, 21 mayo de 2020.

  • Emy Padilla
    Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo emypadilla@criterio.hn

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4 comentarios

    1. Para un gobierno como el actual en Honduras realizar prácticas partidistas en medio de una calamidad sanitaria como el Covid 19, no nos debemos extrañar. El gobierno vive en campaña política publicitaria desde su inicio en el poder 2013. Solo basta revisar los cientos de reality show del representante del ejecutivo y subidos en las redes sociales. Por otro lado las corporaciones de Telecomunicaciones y radio que pautan sentenares de anuncios que se enfocan en las bondades del gobierno y omiten sus fracasos.
      Obviamente estamos ante un gobierno señalados de altos cargos de corrupción y narcotráfico. Por tal razón utilizarán todo mecanismo legal o ilegal para tratar de lavar la imagen podrida que les culpa.
      Ahora bien cuando salen medios de comunicación o personas honorables denunciando ese flaje en el control mediático, el gobierno lejos de rendir cuentas más bien aumenta las tensiones para dejar claro que ellos tienen el poder a su favor, gracias a los empresarios de medios que gozan de grandes beneficios del Estado.