Por: Arturo Rendón Pineda
Según la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2012 el gobierno de EE.UU , “la primera democracia del mundo “ se ha dado el derecho legal de matar a cualquiera y cuantos ciudadanos sean necesarios con la excusa de la Seguridad Nacional”. O sea el asesinato de ciudadanos a través de métodos que no eran necesariamente inherentes al genocidio tal como se entendía.
Operaciones secretas del gobierno como el terror de falsa bandera, campañas de esterilización, el envenenamiento con sustancias químicas en los alimentos y el agua, las enfermedades creadas en laboratorios, como <coronavirus> y hasta el hambre provocada por falta de alimentos están actualmente vigentes. (No hay que confundir el término genocidio con “Democidio”, que se refiere específicamente a la eliminación particular de grupos culturales como la persecución y asesinatos del grupo lésbico gay y los feticidios). Se refiere a los asesinatos perpetrados contra cualquier persona o personas en donde se incluye el genocidio, asesinatos políticos y asesinatos en masa. Ningún gobierno ha afirmado nunca que Democidio bajo ninguna circunstancia es correcto, moral o legal.
En Honduras no solo se comete un femicidio cada 15 horas sino que también se cometen crímenes y hasta masacres contra grupos de gente pobre,—particularmente joven,—por solo andar exhibiendo un tatuaje en su cuerpo atribuyéndoles ser actores de actos vandálicos—que a lo mejor no han cometido—como ocurrió en la década de los ochentas, con los que se busca eliminar a través de los famosos escuadrones de la muerte o por motivos políticos como para frenar amenazas, como está ocurriendo ahora mismo. No se comentaron como tales por los principales medios de comunicación de nuestro país los crímenes perpetrados contra presidiarios, como a ocurrido como lo fue el caso de David Romero Ellner, la estudiante de enfermería Keyla por la policía de Intibucá, y muchos más a lo largo de la última década. Igualmente han quedado olvidados crímenes masivos,—verdaderas masacres provocadas—-como fue el de los incendios en los presidios de Ceiba, San Pedro Sula y Comayagua. Aunque no se tipifiquen como genocidio.
En apariencia el país se ha posicionado como primera república militarizada de Centro América, dando prioridad al ejército en nuevas modalidades como las denunciadas la reciente semana mientras se ha venido negando la atención de los hospitales y escuelas y a los planes de servicio social.–Nadie ignora que los crímenes en Honduras se han incrementado como que estuviéramos en guerra–.
El sistema policial reporta oficialmente muertes diarias; de ser correctas las cifras oficiales, la misma Policía estaría aceptando que el año pasado hubo 7,924 homicidios en Honduras. Las estadísticas de homicidios que muestra la Policía Nacional presentan serias contradicciones que ponen en tela de duda la veracidad de los datos. Las estadísticas policiales al reportar una reducción de homicidios el año pasado y este año, ha tratado de ocultar los datos. (Las masacres no se contabilizan).
Resulta paradójico que la falta de medicinas en los hospitales públicos, la sobre valoración en el precio de implementos hospitalarios e insumos para los mismos. El reciente escándalo de los hospitales móviles que ha sido un robo a la vista en tiempo récord, y el latrocinio desenfrenado el más terrible de los últimos tiempos cometido por funcionarios del gobierno durante la presente pandemia del Covid-19, que han pretendido “justificarlo”—cometiendo además, el delito de encubrimiento de “muertes masivas, sin que la Fiscalía—que nosotros sepamos—se de por aludida en ninguno de los casos
Nacional e internacionalmente se conocía el robo del IHSS que los ejecutores y cómplices lo sabían desde mucho antes al haber sido delictivamente planificado, a grado tal, que el mismo Presidente Lobo declaro posteriormente, que no lo denunciaron “para no perjudicar el triunfo electoral del Partido Nacional” y la democracia. Es de admirar la actitud cínica, desenfadada e hipócrita de ciertos funcionarios corruptos, que afirman que van por un nuevo periodo más, dando a entender que pretenden continuar recetándonos “Una vida mejor”.
Es indudable que las personas que en Honduras ostentan el poder económico cómplices de quienes nos gobiernan, tienen una actitud depredadora contra el pueblo y albergan por todos y cada uno de los hondureños la misma empatía que siente un depredador por su presa, o el de la garrapata que chupa la sangre al buey… y como tales actitudes convienen a los intereses de los saqueadores del fisco, el pueblo hondureño podrá continuar haciendo el triste papel: “De burro amarrado contra tigre suelto” o lo que equivale a lo mismo: “Tigre suelto contra burro amarrado”.
Santa Rosa Copan 14 de Marzo 2021.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas