Tegucigalpa.- Las primeras lluvias durante el 2022 en Honduras reflejan la alta vulnerabilidad de la nación centroamericana frente al cambio climático y la devastación del medio ambiente que provoca masivas inundaciones por lo que se requiere un cambio de cultura y cambios profundos desde el gobierno, señala Miriam Miranda, defensora de derechos humanos y del ambiente.
Según el Índice de Riesgo Climático Global, Honduras es una de las naciones más vulnerables de América Latina y del mundo frente a los efectos devastadores del cambio climático como altas temperaturas o problemas de inundaciones severas rurales y urbanas.
2020 fue un año que exhibió las repercusiones que enfrenta Honduras ante la crisis climática siendo el año más cálido de la historia generando sequías extremas que se convierten en crisis alimentaria, deforestación masiva a raíz de incendios forestales, contaminación de recursos hídricos y la devastación que causó los huracanes Eta y Iota en octubre y parte de noviembre del mismo año.
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A juicio de la también coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), enfrentar la problemática climática en la nación va más allá de “buenas intenciones”, por el contrario, se deben implementar políticas de verdadero cumplimiento y un cambio de cultura que requiere del acompañamiento de toda la población.
“Las buenas intenciones de la protección ambiental y los recursos ambientales son loables de cualquier gobierno que sea y sobre todo de este gobierno que pretende y que ha hecho una campaña y promesas para hacer cambios en el país, pero se necesita también cambiar la cultura, cambios profundos y radicales que genere una cultura diferente, decisiones con mucha responsabilidad y proteger los recursos que nos quedan”, destacó.
Miranda reprocha que Honduras no cuenta con una cultura de protección ambiental tampoco se aborda el tema de cambio climático con responsabilidad por parte de las autoridades “y es ahí donde tenemos un grave problema porque es a nivel de todo el pueblo que debe generarse una conciencia ante la vulnerabilidad”.
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Además, cuestiona que no se reconoce ni se entiende que Honduras es uno de los países más vulnerables frente al cambio climático por eso se continúa deforestando los bosques, destruyendo las fuentes de recursos hídricos, la prolongación de proyectos extractivos y no se atacan de raíz las causas que impactan a la población generando más pobreza y por ende migración.
“No se trata únicamente de sembrar arbolitos, se trata de cuidar los que existen porque estamos ante una gran catástrofe por la crisis climática”, añadió.
ACUERDO DE ESCAZÚ, UNA SOLUCIÓN SIN APROBACIÓN
Escazú, el acuerdo regional para la protección del medio ambiente y sus defensores, transparentar la información pública y promover el cuidado de los bienes comunes y la naturaleza sería parte de las acciones para mitigar la crisis climática.
Doce países de Latinoamérica y el Caribe pusieron en vigencia el Acuerdo Regional sobre Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe nombrado como Acuerdo de Escazú.
Hasta el momento 25 naciones firmaron el acuerdo adoptado en Escazú, Costa Rica, el 4 de marzo de 2018, sin embargo, solo doce lo han ratificado, mientras Honduras ni siquiera ha firmado el pacto.
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Con la asunción del nuevo gobierno al mando de la presidenta Xiomara Castro, las organizaciones defensoras del ambiente y de sociedad civil confían que se firmará y ratificará el acuerdo por parte de Honduras factor vital también para reducir conflictos ambientales en comunidades.
No obstante, hasta el momento ni la presidenta ni el ministro de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (MIAmbiente), Lucky Medina, se han pronunciado sobre el acuerdo de Escazú pese a la exigencia de las organizaciones y defensores del ambiente.
Se pronostica que al menos 19 tormentas se formarán en el Atlántico, 9 de estas se convertirán en huracanes, de los cuales, 4 tendrían categoría 3 o superior, según la Universidad Estatal de Colorado de Estados Unidos y según el meteorólogo de la Secretaría de Gestión de Riesgo y Contingencias Nacionales (Copeco), Alberto López, entre 2 a 3 podrían afectar a Honduras.
La devastación de los huracanes Eta y Iota causó una crisis humanitaria en Honduras con más de 100 muertos, 8 desaparecidos, más de tres millones afectados, 15 mil millones de dólares en pérdidas según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe que provocó mayor migración y aumento de la pobreza que socava al 73% de la población.
