Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa, Honduras.- El defensor del ambiente José Antonio Teruel, de 72 años, fue asesinado a disparos el domingo 27 de septiembre junto a su esposa Francisca Aracely Zavala de 70 años y su cuñado Marco Tulio Zavala, de 68, en el municipio de Patuca, departamento de Olancho, zona nororiental de Honduras.
El profesor Antonio, más conocido de cariño como “Toño”, fue miembro del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (Colprosumah), fue muy activo en el período de Ambrosio Sabio, uno de los mejores activistas del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh) en la década de los 80 junto al doctor Ramón Custodio López.
Toño Teruel además trabajó durante mucho como coordinador de Participación Ciudadana en Caritas/Honduras durante los procesos electorales bajo la dirección del sacerdote Germán Cálix. Tuvo presencia además en la Alianza Hondureña para la Defensa y Desarrollo Forestal.
En sus últimos años de vida sostuvo varias reuniones para analizar el conflicto que tienen pobladores de Patuca con autoridades de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) por la presencia de la represa.
Personas cercanas a Teruel están seguros que su muerte tiene que ver con la defensa que él hacía del ambiente, sin embargo, sin ahondar en más detalles, las autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) de Olancho manifestaron que detrás de esta muerte existen “venganzas personales”.
Alrededor de las 6:30 de la tarde de ayer, Teruel, su esposa y su cuñado, fueron asesinados por dos sujetos fuertemente armados que llegaron hasta la casa de las víctimas.
Honduras registra más de 37 masacres en lo que va del año, que han provocado 139 decesos, a pesar de que en el país todavía opera un sistema de restricción de circulación debido a la pandemia de la Covid-19.
La Alianza por la Paz y la Justicia deploró en Twitter el “terrible asesinato de José Antonio Teruel, quien fuera uno de los fundadores y miembro de esta plataforma ciudadana; su esposa y cuñado. Nuestras muestras de solidaridad a su familia en estos momentos de profundo dolor”.
El doctor en derechos humanos, Joaquín Mejía Rivera, por su parte, lamentó la muerte de Teruel, al indicar: “hermano, duele tu violenta partida. Solo en un Estado capturado por el crimen organizado pueden suceder estas cosas con impunidad”.
La delgada línea entre la impunidad, el crimen organizado y narcotráfico hacen que Olancho sea una zona muy peligrosa para defensores de los derechos humanos, más cuando se trata de asuntos relacionados con proyectos hidroeléctricos.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas