Abuso sexual y discriminación viven migrantes

Abuso sexual y discriminación viven migrantes hondureños a manos de agentes fronterizos de EE.UU: HRW

 

Tegucigalpa. Abuso físico y sexual, trato discriminatorio, denegación de alimentos y atención médica y negación del debido proceso son algunos de los atropellos que viven las y los solicitantes de asilo a manos de funcionarios estadounidenses, reveló un reciente informe de Human Right Watch (HRW).

Titulado «Te tratan como si no valieras nada’: Informes internos del DHS sobre abusos por funcionarios fronterizos de EE. UU.» detalla casos que abarcan más de 160 documentos internos sobre conducta indebida y abuso de solicitantes de asilo por parte de funcionarios estadounidenses entre 2016 y 2021. Si bien los casos no abarcan solo hondureños y centroamericanos, entre los reportes se incluyen algunos de sus testimonios.

ABUSO FÍSICO DURANTE APREHENSIÓN Y DETENCIÓN

 En esta sección, HRW incluyó cuatro testimonios, entre ellos el de un hondureño y un salvadoreño.

En uno de los reportes internos obtenidos por HRW mediante la Ley sobre Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) se relata como un agente de la Patrulla Fronteriza a caballo abuso de forma verbal y física en 2019 contra un solicitante hondureño; quien testificó ante un oficial de asilo que fue sometido a malos tratos por parte de un agente de la Patrulla Fronteriza.

El oficial de asilo informó lo que dijo el solicitante: «Le pedí agua y me dijo eres un puto idiota. Tu no estás en tu país, no puedes venir aquí y darme órdenes. Me dijo que disfrutaba cuando capturaba gente como tú. No te vas a quedar aquí, te vas a ir, te enviaré de vuelta y agradece que no tengo perros conmigo… ese mismo oficial me pateó cuando me entregué y, cuando bajó del caballo, dijo qué quieres y luego (hizo un sonido) me dio una patada cerca de mi espalda».

Otro incidente involucró uso de armas, en este caso para amenazar físicamente a un solicitante de asilo de El Salvador, cuyo reporte data de 2018. En ese caso, el solicitante informó a un oficial de asilo que cuando fue aprehendido, «un oficial de la Patrulla Fronteriza empujó una pistola descargada en su estómago y apretó el gatillo varias veces y lo amenazó». Según los informes, el solicitante salvadoreño dijo que el ataque fue presenciado por su primo.

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ABUSO SEXUAL

En esta sección del informe de Human Rights Watch no se nombra la nacionalidad de las y los migrantes atacados sexualmente. Uno de los testimonios más fuertes se refiere al relato de una aplicante que acompañaba a una menor de edad que fue obligada a desvestirse y a ser manoseada sexualmente por un agente fronterizo.

«FA [funcionario de asilo] [eliminado] nos informa un tema grave: una de las solicitantes que entrevistó hoy tiene una hija pequeña que fue agredida sexualmente por alguien que creemos que es un funcionario del CBP o de la Patrulla Fronteriza. La solicitante y su hija fueron interceptadas por la Patrulla Fronteriza y enviadas a La Hielera [una celda de detención en la frontera], donde ocurrió lo siguiente: un guardia en La Hielera, que vestía un uniforme verde y tenía un gafete que decía [eliminado], obligó a la niña a desvestirse y la manoseó», lee el informe de HRW.

En otro caso de presunto abuso sexual contenido en los registros facilitados por la FOIA, un oficial de asilo informó: que un oficial de inmigración habría solicitado sexo a un migrante mientras era transportado solo en un vehículo gubernamental «desde la frontera con México y California al centro de detención ‘Ice Box’ en San Ysidro, CA. … El oficial le dijo al Sr. [redactado] que, si le daba sexo, sería puesto en libertad. Cuando el Sr. [redactado] rechazó la propuesta, el oficial lo maldijo en inglés y dijo que lo encerrarían como castigo».

Días más tarde el mismo solicitante recibiría otra propuesta sexual por un oficial mientras estaba en detención. «El oficial estaba realizando registros corporales a los detenidos y le dijo al solicitante que esperara detrás de los demás. Agarró de la camisa al Sr. [redactado] y le preguntó si quería darle sexo oral. Dijo que no había cámaras en la zona. Los registros gubernamentales indican que el solicitante habría estado en el Centro de Detención Regional de San Luis durante este incidente. El informe contenía descripciones físicas de ambos agentes involucrados en este presunto abuso».

TRATO DISCRIMINATORIO Y DESHUMANIZADOR

El documento publicado por Human Rights Watch indica que mucho antes de que circulara el viral video de oficiales a caballo de Protección de Aduanas y Fronteras atacando con azotes a los migrantes haitianos, la cultura de crueldad y deshumanización ha sido ampliamente documentada por observadores externos.

Varios documentos obtenidos a través de FOIA describen discriminación, lenguaje y trato intimidatorio contra los aplicantes a manos de funcionarios de inmigración y fronteras de EE. UU.

En uno de ellos, un miembro del personal del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) describe a una solicitante de asilo de El Salvador: «Testificó muy claramente cómo fue acosada por nuestros colegas en la frontera». Un extracto de su declaración fue incluido: «Cuando llegué a la nevera (o “hielera”), una frase del argot para las celdas de detención en la frontera], me llamaron puta y dijeron que venía a tomar lo que era de ellos. …Cuando vine aquí y crucé la frontera, dijeron malditos salvadoreños, malditos sean ustedes».

Otros dos casos que incluyen a hondureños describen el abuso verbal al que fueron expuestos por personal del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés).

Uno de los solicitantes hondureños describió el deshumanizante abuso verbal por parte de CBP en Chula Vista: «Ellos nos llamaron hijos de puta, perros, parásitos, basura. Cosas así». Otro de los solicitantes le dijo a un oficial de asilo sobre el lenguaje deshumanizante que usaban los agentes: «En la perrera, te tratan como si fueras un inútil, como si no fueras un humano. …Si nos acostamos y no nos levantábamos rápido, nos pateaban, y nos dijeron que pareciamos ratas, y cuando estábamos comiendo si caían migas, decían que parecíamos ratas».

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CONDICIONES DE DETENCIÓN ABUSIVAS, DENEGACIÓN DE ALIMENTOS y ATENCIÓN MÉDICA

En un documento liberado por HRW a través de FOIA, en 2019 un hondureño testificó que fue retenido en la “nevera” de McAllen y durante 38 días en Kingsville en una celda para 40 personas.

El aplicante hondureño dijo: «Estuve ahí sentado  durante 10 días , no podía moverme porque éramos 67 en esa celda. Dijimos que necesitábamos papel higiénico y agua y nos dijeron que bebiéramos agua del fregadero e informamos de los animales, los escorpiones ahí. Cuando lo reportamos, nos decían que estaríamos mejor en casa en tu país, tu decidiste venir aquí. El maltrato fue psicológico. Nos decían que pasaríamos un año ahí de ser posible y había momentos en que solo conseguíamos un trozo de pan, tal vez cada 8 horas, eso era todo lo que podíamos comer. En el área, había escorpiones, hormigas, garrapatas, pulgas y nos decían que estaba bien, que era por nuestro propio hedor de estar ahí 45 días».

Los documentos obtenidos a través de FOIA también contienen evidencia de que oficiales de la Patrulla Fronteriza retuvieron alimentación como herramienta coercitiva para que las personas detenidas firmarán documentos en inglés que no les eran explicados o traducidos.

También se menciona el caso de un hombre que fue mordido en uno de sus testículos por uno de los perros de la Patrulla Fronteriza en 2018. Durante 23 días, el solicitante informó a los oficiales sobre el fuerte dolor que sentía. Pasaría más de un mes antes de que recibiera atención médica y esto solamente porque presentó fiebre, dolor de cabeza y mostró su testículo a los oficiales. Finalmente, el migrante fue llevado al hospital, donde su testículo tuvo que ser extirpado quirúrgicamente.

INTIMIDACIÓN DE SOLICITANTES DE ASILO Y NEGACIÓN DEL DEBIDO PROCESO

Human Rights Watch dice en el informe que, durante años, se han documentado tácticas de intimidación utilizadas por la Patrulla Fronteriza y de la CBP contra los solicitantes de asilo, a menudo en un aparente esfuerzo por presionar a los solicitantes de asilo para que abandonen sus solicitudes.

Uno de los casos reportados en el informe es de un solicitante de asilo hondureño. «El demandante declaró que cuando expresó que tenía miedo de regresar a Honduras, el [agente de la Patrulla Fronteriza] le dijo que no tenía derecho a asilo. Que el gobierno no estaba concediendo asilo y que ni siquiera las mujeres estaban recibiendo asilo. Luego le dijeron que sería enviado a una cárcel donde lo iban a violar, y que le dijeron esto porque se negó a firmar el papeleo que le pidió el oficial firmar. El solicitante declaró que no firmó porque pensó que eran documentos para deportarlo, y estaban en inglés».

Los relatos compartidos en esta nota son tan solo una porción de los que fueron recogidos en el informe de Human Rights Watch titulado «Te tratan como si no valieras nada’: Informes internos del DHS sobre abusos por funcionarios fronterizos de EE. UU.» Para leer el informe completo ingresa aquí.

Los documentos fueron obtenidos por Human Rights Watch a través de acciones legales en el marco de la Ley sobre Libertad de Información (Freedom of Information Act, FOIA), y representan informes internos entregados por funcionarios de asilo en el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (US Citizenship and Immigration Services, USCIS) sobre la conducta de miembros del personal en las áreas de control migratorio que dependen del mismo organismo, el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security, DHS).

La directora asociada para EE. UU. de Human Rights Watch, Clara Long, señaló que «la conducta de los funcionarios fronterizos y de migraciones que se detallan en estos informes realmente causan estupor». Además, agregó: «En estos documentos gubernamentales internos se muestra claramente que los informes de abusos graves (agresiones, abuso sexual y trato discriminatorio por parte de agentes estadounidenses) son un secreto a voces dentro del DHS».

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