Por: Arabeska Sánchez
Hace unos días tuve la oportunidad de conocer los últimos datos sobre las condiciones de desplazamientos y movilidad humana del 2021, y mientras observaba los datos correspondientes a América Latina; mi atención se centró en la situación de los países centroamericanos debido a las frecuentes noticias sobre los grupos de personas que suelen salir en caravanas desde estos países.
Sin duda que es un tema que sigue preocupando por la situación crítica que acostumbra a ser mas sentida en los territorios de la frontera norte de México hacia Estados Unidos como uno de los destinos más seleccionados de los inmigrantes -aunque seguro se sabe que también España también lo es-.
Pero volviendo al tema, resulta que a pesar de conocer –seguramente al igual que todos ustedes sobre este tema– nunca había reparado acerca de las condiciones de la ruta migratoria, y aunque ha habido fuertes campañas de la prevención de los peligros por los que atraviesan los migrantes en ella, casi siempre basados en riesgos criminológicos, no siempre el enfoque esta orientado hacia los riesgos de las condiciones ambientales a las cuales se enfrentan quienes conforman las caravanas y que una vez emprendido su viaje quizá no se imaginan que más adelante de su punto de partida van a encontrar terrenos verdaderamente inhóspitos a su paso.
Es posible que algunos testimonios recogidos en algunos medios de comunicación de los propios migrantes rescatados en zonas desérticas sumados a los últimos hallazgos de migrantes dentro de contenedores y bodegas dan parte de esto, pero que a estas condiciones además de sume un evento climático como la última ola de calor que ha azotado toda la franja sur de los Estados de Texas, New México y California, -al igual que algunos territorios del continente europeo de acuerdo con los informes del clima- sin duda que ha resultado en una combinación muy riesgosa para quienes se ven en la necesidad de emigrar.
Entre un sol inclemente que lleva a temperaturas entre los 38° y 42°, los terrenos áridos ricos en nada mas que arena y cactus espinosos, además de serpientes y arácnidos por los cuales con frecuencia se observan rótulos de advertencia incluso en las conocidas áreas de descanso o parqueaderos para tráileres, se suman largas distancias a recorrer sobre terrenos realmente escabrosos llenos de peñascos ubicados en forma de cordilleras.
En otros escenarios más hostiles, se observan las dunas de arena que conforman una barrera natural sobre las fronteras que hacen casi imposible el paso a pie de ningún ser humano. Mas adelante también se encontrarán con un muro fronterizo que casi siempre es la escena preferida de las notas de prensa sobre el tema de la migración y que puede observarse incluso sobre las montañas desde cualquier carretera en esa zona.
Así las cosas, los cuentos de camino real que cuentan quienes manejan el gran negocio que representa el trafico humano muchas veces disfrazado de coyotaje en estos países se trasforma en una verdadera pesadilla para quienes emprenden su camino por esa ruta.
Quizá sea esta la razón por la cual hemos comenzado a ver operativos que terminan en las capturas de estas redes de trafico humano como ha sucedido en países como Guatemala en donde recientemente se ha dado captura a un grupo de estos, o la reciente captura de los responsables de la desgracia ocurrida en San Antonio en Texas por el fallecimiento de migrantes dentro de un contenedor. También aquí se suman los operativos recientemente vistos en Trojes ubicado en la zona oriental del territorio hondureño.
No cabe duda de que este es un tema que merece la atención para cualquier esfuerzo de política migratoria que se realice desde cualquiera de estos países que enfrentan la misma problemática desde hace algún tiempo, haciendo énfasis claro está, en la prevención y la seguridad humana de quienes resultan ser las personas que sufren todos estos hechos. Hasta la próxima entrega que estemos bien.
