Tegucigalpa. – Los jóvenes no solo están siendo desplazados forzosamente a causa de la delincuencia y el peligro que nace de las maras y pandillas en los barrios y colonias, muchos también están cediendo a ingresar a esos grupos organizados, ante un panorama poco alentador de exclusión, problemas sociales y económicos, violencia y otra lista extensa de factores.
El académico, investigador y especialista en temas de migración y desplazamiento forzado, Ricardo Puerta, señaló a Criterio.hn que, al observar los últimos 12 años del gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado (2014-2021), es evidente que, aunque esté en una cárcel de New York, dejó montada una estructura criminal que todavía permanece fortalecida y reinando en Honduras.
“La institucionalidad que hizo él (Juan Hernández) es un narcoestado, un Estado fallido, sin división de poderes, sino con todo concentrado en el Poder Ejecutivo, evidentemente eso tiene una característica en términos de mando, porque el Estado es prácticamente el contrato social más superior que puede tener el ciudadano, al ser el territorio donde nació”, expresó Puerta.
Desde ese punto de vista, actualmente la estructura de poder del exmandatario acusado de narcotráfico por la Corte del Distrito Sur de New York continúa activa. Simplemente, el narcotráfico, el narco poder, tiene un nuevo plan enfocado en deseo de mando, monopolio y poder igual o mayor que el existente.
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El golpe de Estado de 2009 contra el presidente de ese entonces, José Manuel Zelaya Rosales, significó la ruptura del orden constitucional y trajo consigo un sinfín de violaciones a los derechos humanos todavía con fuertes secuelas.
El analista apuntó además que existe también el fenómeno de los “ninis”, el cual se acentuó y tomó mayor fuerza con el inicio de la pandemia del covid-19 en 2020, lo cual tiene repercusiones porque se trata de un amplio sector que ni estudia ni trabaja, de allí el origen de su nombre.
Los “ninis” pasaron de 500 mil a ser 1 millón 500 mil en Honduras como producto de la pandemia, como consecuencia del aumento del desempleo, poca generación de trabajo, exclusión en la educación, entre otros.
Lo anterior es caldo de cultivo para acrecentar las filas de las maras y pandillas, tomando en cuenta que la juventud tiene una naturaleza rebelde, activa, inquieta, experimentadora, arriesgada, pero en su mayoría, no tienen las opciones para enfocar todas esas energías, cayendo entonces en grupos delictivos.
Terriblemente, las organizaciones criminales resultan atractivas para ciertas mentalidades. Muchos jóvenes llegan a ver la pandilla como su hogar, sobre todo si tuvieron infancias marcadas por el abandono y el maltrato.
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LOS “NINIS” PROPENSOS A INGRESAR A GRUPOS DELICTIVOS
Dentro de los grupos delictivos los jóvenes inician a ver el acceso fácil a las drogas, dinero y empiezan a dedicarse a la extorsión, robos y otro tipo de delitos.
De esa forma, el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Rolando Sierra Fonseca, apuntó en conversación con Criterio.hn que, entre los principales agentes de la inseguridad en los barrios y colonias, están las maras y pandillas y el crimen organizado, con las cuales las personas se sienten constantemente amenazadas, sobre todo en los contextos urbanos más que en los rurales.
El efecto de la presencia de las maras y pandillas, ya sea por las continuas amenazas y la extorsión por motivos de violencia en las comunidades ha provocado todo el fenómeno del desplazamiento forzado interno.
En un estudio reciente que señaló realizaron en Flacso sobre la violencia en la migración y el desplazamiento, apuntó Sierra que encontraron que, los departamentos de Valle y Choluteca, son de los más bajos a nivel nacional en los niveles de violencia, no obstante, el fenómeno del desplazamiento forzado interno sobre todo de las mujeres es alto debido a la violencia intrafamiliar.
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“A nivel urbano los jóvenes temen a las maras y pandillas y al crimen organizado, siendo agentes que generan por un lado el desplazamiento forzado interno y la migración”, resaltó Sierra.
De los 18 departamentos de Honduras, en Cortés y Francisco Morazán, hay menor pobreza en comparación con población mayoritariamente urbana de Yoro y Olancho, pero el denominador común de estos departamentos es que tienen las tazas de homicidio e indicadores de violencia más altas, convirtiéndose en los que muestran mayor desplazamiento y migración.
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Soñadora incorregible, en todo lo que hago soy diferente y auténtica, quiero dejar legado en esta carrera que ha sido descuidada y utilizada, defiendo a los seres vulnerados y detesto la injusticia. Las artes, el estilo y la naturaleza son parte del libro de mi vida. Escribiendo encontré el sosiego para sobrevivir. Creo reportajes y escribo sobre derechos humanos, migración, LGBTIQ+, mujeres, niñez, corrupción, arquitectura, análisis y comportamiento social, a veces una pizca de política. Creadora de Las 5 de Criterio. Ver todas las entradas