Tegucigalpa, Francisco Morazán. – Se cree que con decir que se van a generar oportunidades de empleo los problemas se resuelven automáticamente, pero quienes viven en la mendicidad, son una población que necesitan un enfoque especial, integral, multisectorial, organizaciones que trabajen con niños y niñas, que trabajen con la mujer bajo el liderazgo del Estado con recursos propios o provenientes de la cooperación.
Entregar limosna no es la resolución de los problemas de la gente en situación de mendicidad, al contrario, salir para pedir unos cuántos centavos expone a las personas a un sinfín de peligros. En ese sentido, el exdirector de Casa Alianza, José Guadalupe Ruela, desglosó a Criterio.hn que, sobrevivir en las calles impide que las niñas y niños estén en las escuelas, en lugares protegidos, lejos de la delincuencia y los peligros de las calles, en lugares donde puedan aprender, tener las herramientas y desarrollar sus habilidades para sostenerse en la vida.
Como resultado de políticas equivocadas implementadas por la narcodictadura en los últimos 10 años, los niveles de pobreza aumentaron y los niveles de acceso a oportunidades de empleo disminuyeron.
Hay que recordar que una gran parte de las familias hondureñas están lideradas por mujeres debido a la irresponsabilidad paterna, ante la falta de aplicación de un marco legal que proteja a la mujer contra la violencia y el abuso.
Muchas mujeres a temprana edad se ven convertidas en madres, sin niveles de educación y oportunidades de empleo o de emprendimiento que les permitan poder satisfacer las necesidades más básicas de la niñez.
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Como consecuencia, a nivel general más del 20% de la niñez menor de 5 años padecen desnutrición, lo cual tiene un gran impacto en su capacidad de aprendizaje, resaltó Ruela.
Al hablar de educación se tiene que pensar tanto en el modelo pedagógico, pero también tomar en cuenta la construcción del sistema de funcionamiento para que se puedan tener espacios adecuados para el proceso de enseñanza y aprendizaje, dando paso al rompimiento del ciclo de ignorancia, de pobreza y de falta de oportunidades.
25% DE LA JUVENTUD ESTÁ DESEMPLEADA
Evidentemente en las ciudades el reflejo de la indigencia es mayor, se nota en el aumento de familias que tienen que salir a la calle a depender de la caridad de las demás personas. Son familias que no tienen quien les envíen remesas, nadie que los apoye y para rematar no cuentan con empleo.
La Coordinadora de Instituciones Privadas pro las niñas, niños, adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiprodenh), compartió que el desempleo juvenil en Honduras alcanzó un 25%. Es decir, uno de cada cuatro jóvenes de 18 a 30 años no cuenta ingresos económicos y muchos tienen la responsabilidad de a mantener una familia.
Otro problema de la indigencia, es que esas personas pueden convertirse en migrantes y caer en otro tipo de peligros en esa ruta migratoria. De esa forma, el Coiproden apuntó que generar oportunidades de trabajo para la juventud y el fomento del emprendimiento, son acciones inmediatas que se deben ejecutar para prevenir su migración irregular.
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Así se crean redes de indigencia frente a una política todavía desafortunadamente enfocada en generar oportunidades de empleo.
“Desde el Estado se debe generar una estrategia armonizada, de forma que no ande una organización haciendo lo que mejor le parece, sino que se tenga una estrategia nacional a la que todas las organizaciones podamos contribuir y de esa manera se pueda dar una respuesta más integra, que el hecho de dejar que, en cada semáforo, en cada caseta de peaje, en cada desvío haya personas pidiendo dinero”, apuntó Ruelas.
Esta problemática afecta a todas las personas, pero actualmente hay una fuerte cantidad de menores de edad, jóvenes y mujeres en condición de indigencia.
El director del Coiproden, Wilmer Vásquez, compartió a Criterio.hn que se estima que más de 15 mil niños y niñas sobreviven en las calles de Honduras.
Para abordar el tema y lograr dar los primeros pasos a una solución con una política integral nacional, deben participar la Secretaría de la Mujer, la Dirección de Infancia, Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), la cual cuenta con un modelo de sistema de garantía de derechos humanos desde el Esquema de Protección Especial para poder liderar el concurso de organizaciones que trabaja con los derechos de la mujer y niñez, en busca de una propuesta conjunta, integral, armonizada que tenga impacto.
A partir de eso, vendría la tarea de ponerse metas claras porque ni siquiera hay un censo oficial de cuantos están en condición de calle, teniendo el Instituto Nacional de Estadística (INE) un papel esencial en encontrar varios datos relevantes en cuanto al tema de la indigencia.
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La organización Coiproden, ha impulsado una campaña para el proyecto “Mejorar la atención psicosocial y protección de derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en situación de migración y retorno (movilidad humana)”.
El desempleo, la violencia, inseguridad, reunificación familiar, desplazamiento forzado, son algunos de las causas que motivan cada día a cientos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a migrar del país en búsqueda de mejores condiciones de vida, exponiéndolos a peligros como la trata de personas, violaciones, secuestros, detenciones, y hasta la pérdida de la vida.
