La construcción de un Estado democrático es el gran reto que tenemos los hondureños a partir del retorno a la democracia electoral republicana. ¿Cómo lo hacemos?
Por: Glenn Flores*
Antecedentes coyunturales y conceptos importantes
La democracia es el sistema que los hondureños hemos escogido para salir de una dictadura ligada fuertemente al narcotráfico internacional. Honduras no hizo una revolución armada o popular para revertir el terrible gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH). Ninguna de las tres conocidas vías de un cambio político por la vía revolucionaria se realizaron en Honduras: La guerra popular prolongada (perfeccionada por Vietnam 1954-1975), la insurrección popular (logrado en la primavera Árabe, 2011), y el método foquista (implementado en la revolución Cubana ,1959).
El pueblo hondureño fue a las urnas con la consigna de vencer al Partido Nacional y le ganó: al fraude, al narcotráfico, a la dictadura, al agónico bipartidismo, al desfasado sistema presidencialista. Libertad y Refundación tiene que seguir organizándose y apoyando al gobierno en funciones de Xiomara Castro.
El poder no está solo en el ejecutivo y en el legislativo. Los cambios que la hondureñidad desea tomarán tiempo y no serán de una manera expedita porque el Estado de Honduras está hecho para no cambiar. Para ser pétreo, para que quienes ostentan los hilos del poder sigan moviendo las marionetas.
El poder está en las calles donde se formó Libertad y Refundación y donde se retomó el Congreso Nacional después de la intentona de capturarlo por el bipartidismo en los meses de enero y febrero.
Por lo tanto, valiéndose de su legitimidad y legalidad la presidenta Xiomara Castro, tanto al nivel doméstico, como a nivel internacional, tiene el apoyo para revertir directamente mucho de lo negativo producido por la dictadura con mucha solvencia.
En otros casos se tendrá que consensuar con la oposición. Esto no es tarea tan difícil ya que el Partido Liberal urge de legitimidad después de 12 años de estar haciendo cogobierno con el Partido Nacional. Además de que este partido ha decidido apoyar la gestión de la presidenta. Aunque en el fondo esta institución política está dividida en tres grupos según el criterio del abogado Rodil Rivera Rodil: Uno fiel al lado obscuro, el otro que apoya las reformas y el tercero que se mueve según su conveniencia.
En cuanto al Partido Nacional este ya empezó a participar de manera lenta en el apoyo a las reformas de Xiomara Castro. Poco a poco ya son dos diputados de este instituto político que, de manera implícita apoyan la gestión de Luis Redondo. De manera lenta y segura se van a unir a la Alianza en el Congreso Nacional para desmarcarse de JOH la mayoría de los diputados cachurecos y buscar una ansiada legitimidad.
Indistintamente no hay que dejar de lado que la estructura de poder que sostuvo a Hernández en el ejecutivo sigue intacta, por lo tanto, es importante empezar con los cambios ahora mientras todo el proceso de extradición del ilegal presidente se mantenga en el imaginario de la población y que los grupos fácticos están operando con un bajo perfil (Salomon,2022).
Hacia la construcción de Estado democrático
Hace poco una colega me dijo: Nosotros los hondureños no conocemos la democracia, es tedioso para nosotros hablar de alcanzar una democracia.
La democracia es uno de los valores más avanzados de la cultura, y uno de los más anhelosos proyectos para establecer las relaciones socioeconómicas, legitimar el poder y la autoridad, además de procurar la eficiencia de las instituciones privadas y públicas.
El objetivo de la democracia es ordenar límites al poder, implementar normativas generales al mercado, y crear elementos de control institucional y social que imposibiliten los excesos.
Es una herramienta irreemplazable en los esfuerzos por incentivar la colaboración social, enaltecer el protagonismo de la sociedad civil, y combatir las desigualdades. Su norma elemental es tan simple y sublime como complicado de efectuar: “El poder reside en el pueblo…”.
Definitivamente que el ideal de la democracia no se ha cumplido en ningún país, pero en unas naciones se ha desarrollado más que en otras. Los Estados donde el sistema político ha logrado un progreso más perceptible hacia la democracia, son aquellos que tienen un mayor progreso social y económico.
La construcción hacia un Estado democrático se logra sobre las siguientes dos pilares:1) fomentando la democracia política y 2) la utilización de sus procesos para el avance económico y social.
No se puede adquirir al mismo tiempo todo, y claro que coexisten contradicciones, pero ello, no es razón para rescindir de alternativas genuinas. El socialismo es una de ellas, la democracia es otra. El secreto está en cómo poderlas unificar. Teniendo en cuenta que tanto el socialismo como la democracia tienen que tener características propias de los pueblos donde se construyen.
La democracia es el alfa y omega de los grandes ideales políticos creados por la humanidad. Y entre esos ideales está el socialismo, que debe ser plural, tolerante, próspero y sobre todo altamente democrático.
Lo más interesante de la historia es cuando se logran romper sus ciclos. Tenemos una brillante oportunidad para aprovechar esta ruptura y construir un Estado democrático, tanto con el entierro del bipartidismo como en tener por primera vez a una mujer en las riendas de un pueblo que siempre ha sufrido y que lleva el nombre de una mujer: Honduras.
*Articulista libre.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas