Por: Carlos Zelaya Herrera
Como sociedad debemos de reconocer que en algo hemos logrado avanzar como sociedad en el mundo de la globalización de las comunicaciones, para poder discernir sobre la relación entre medios de comunicación con aspiraciones legítimas de justicia, respeto, equidad, inclusión y desarrollo que merecemos como pueblo, sociedad y país.
El pueblo de Honduras dio una buena muestra de civismo al romper el cerco mediático tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, la movilización popular espontánea permitió al mundo ser testigo de la naturaleza y calidad de las personas responsables que se aventuraron en la asonada golpista, así como del surgimiento del movimiento de resistencia nacional que después dio vida al partido Libertad y Refundación, (LIBRE).
Los siete meses de Roberto Micheletti al frente del golpe de estado dejaron la dura lección de aprender a liberarnos de las cadenas de atraso promovidas desde los medios de prensa, contando para ello con la revolución en las comunicaciones, medios digitales, blogs, bases de datos, enlaces especializados, monografías, redes sociales e internet, son las herramientas.
La labor de los comunicadores lleva sobre sí la estela de 75 asesinatos de periodistas, de los cuales el 92 por ciento de los casos persisten en la impunidad, cifra funesta bajo una gran interrogante: ¿de qué pasa en Honduras?
Según el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (CONADEH), de octubre de 2001, en que se registró el caso de Arístides Soto a la fecha, 75 periodistas cayeron a causa de la criminalidad; de estos, 69 casos, equivalentes al 92 por ciento, están impunes por falta de interés en los entes operadoras de justicia. El dato incluye a periodistas, camarógrafos, operadores de radio y televisión, comunicadores sociales y dueños de medios, que manejaban programas.
Pero también combatiendo las noticias falsas, analizando la recurrencia de hechos para comprender el efecto de la “caja china”, con el que las secuelas de noticias de impacto tapan, encubren o desvían la atención de los problemas diarios de inseguridad, corrupción, pobreza y entrega de la soberanía nacional, de la poca que nos queda.
Y un ejemplo de eso fue la labor es precisamente medios como Radio Globo, Radio Progreso, diario El Libertador y CholusatSur, hay que reconocerlo, monitoreados en internet en días del golpe de estado en que logró ratings de audiencia comprobada de más de 600 mil personas conectadas alrededor del mundo de forma simultánea.
Internet y redes dan participación, imagen y masividad a información que está en poder de la gente y que en un momento dado pasa a ser parte de la lucha colectiva en las calles.
Tratándose de Honduras no es mucho pero tampoco despreciable, así que Usted, yo y quienes comparten la lucha por el pueblo y la patria también somos partícipes de eso, así que hay que seguir adelante para pasar de lo virtual a lo tangible y concreto de la lucha por la refundación nacional de Honduras.
Nuestras andanzas en el periodismo partieron desde las propias aulas universitarias, cuando el licenciado Juan Ramón Durán, en la asignatura de Periodismo Interpretativo, nos acercó al doctor Ramón Custodio López, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, (CODEH), para laborar en monitoreo de medios, allá por 1989.
Salimos de ahí debido a una situación que no puedo documentar, pero sí relacionada a la gestión administrativa de esa entidad tan valiosa, como lo fue el CODEH en las décadas de 1980, 1990 e inicios del presente siglo.
En 1990 llegamos a Diario Tiempo, fueron casi ocho meses de experiencia inicial; de ahí hicimos labor de prensa investigativa en temas financieros, trabajábamos por obra, así que después entramos a Radio América, casi tres años y tras el huracán Mitch dejamos la radio por reclamar al dueño del medio, el doctor Miguel Andonie, el marginamiento por no hacerle los mandados a un jefe de noticieros.
En nuestro recorrido pasamos por las redacciones de El Libertador, Hondudiario, La Prensa, El Periódico, El Nuevo Día; además de formatos de televisión como Nuevo Siglo, Paz Manueles con la Noticia, Canal 6.
Además, labores de relaciones públicas en la Dirección de Prensa de Casa Presidencial, la mejor experiencia laboral que he tenido, en un ambiente dinámico, de propuesta de país, de responsabilidades al pasar de hacer monitoreo de medios 5 de la tarde a 1 de la mañana y saltar de ahí a ser redactor del presidente Manuel Zelaya Rosales, en Consejo de Ministros, Asambleas del Poder Ciudadano, eventos especiales y giras a Centroamérica.
Sin ser del círculo cercano al presidente de la República, estuvimos cerca de él en esa cotidianidad de un buen gobierno identificado con la gente de nuestro país. Mel es un hombre agradable, sensible y extrovertido. Siempre hubo respeto y nos pedía que destacáramos los hechos, no su personalidad.
Antes de ser despedido de El Heraldo, previo al gobierno de Mel, el argumento de Carlos Mauricio Flores, jefe de redacción y hoy director, fue que “tuvo roces con el puente de mando”, figura inexistente en el Código de Trabajo.
Sin embargo, siempre supe que fue por no hacer favores a Miguel Pastor, ex alcalde cachureco de la capital, que en persona llegaba a la redacción del medio a revisar, junto al jefe de redacción y la directora, María Antonia Martínez, las fotos y contenidos de las notas que había redactado a publicar el día siguiente.
Antes paso algo similar en Radio América y La Prensa, siempre afines y lacayos al bipartidismo y a los peores intereses del empresariado de este país.
Hoy estamos aquí, en Canal 11, como jefe de redacción y aislado en el mayor ostracismo de mi carrera profesional, precio que se paga por las posturas críticas sostenidas ante la realidad nacional y el deber de los periodistas de informar con veracidad y valor.
Situaciones que casi me llevan a abandonar esta profesión pero que hoy, pese a los avatares que persisten en la prensa nacional, ejerzo desde la dignidad de mis posiciones personales con respecto a la realidad nacional, pero con la consciencia y dignidad en paz interior, con nuestro pueblo y el Ser Espiritual.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
2 respuestas
Te molesto.porque es verdad
El día de los chismosos Es una de las carrera de hablar paja cualquier la pude sacar no se necesita nada de inteligencia en los países desarrollados aquellos que no dan bola en las carreras técnicas o de ciencia los mandan a estudias derecho , historia , periodismo carrera paja