Honduras tiene un presidente ladrón y criminal

Por: Oscar Miguel Marroquín

El magistrado suplente del Tribunal Supremo electoral (TSE) Marco Ramiro Lobo, ha dejado claramente establecido que Honduras no cuenta absolutamente con ninguna institución gubernamental que pueda dar pie a un procedimiento legal contra dos personajes de la vida política, que han llevado al país por el sendero del robo y el asesinato, Juan Orlando Hernández (JOH) y su ayudante David Matamoros Batson.

Cualquiera en su sano juicio en un país verdaderamente democrático y en donde las leyes sean realmente respetadas, ya habría demandado sin más pérdida de tiempo al presidente de la república JOH y al presidente del TSE, por acciones de conspiración a la patria o lo que es lo mismo decir, por acciones de traición y sedición en contra del pueblo.

Pero la realidad política que se vive en Honduras no es la de un país democrático y menos la de un país donde las instituciones son respetadas, la prueba está en que Marco Ramiro Lobo ha declarado públicamente que David Matamoros Batson manoseó el TSE al antojo de las órdenes recibidas desde casa presidencial, y el Ministerio Público no da señales de vida, es decir estas declaraciones deberían ser tomadas en cuenta de inmediato para dar pie a un requerimiento de oficio.

Sobre todo, porque Marco Ramiro Lobo no está opinando, sino afirmando que desde el TSE hubo un robo de las elecciones del 26 de noviembre que terminó favoreciendo a Juan Orlando Hernández, la acusación desde todo punto de vista es mucho más grave de lo imaginado, dado que pocos días después de que el TSE diera como ganador a JOH, el propio departamento de Estado de los Estados Unidos reconoció a JOH como el legítimo ganador.

Pero, además, las declaraciones puntuales que ha realizado el magistrado suplente Ramiro Lobo,  dejan en claro que lo señalado por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, tiene peso sustancial como para creer que ya es poco o nada creíble la transparencia con la que se realizó el conteo de votos para dar como triunfador a JOH.

Otro aspecto que deja en claro que en Honduras no existe la institucionalidad, es el hecho de que Ramiro Lobo ha manifestado abiertamente que el responsable del procesamiento y divulgación de resultados de las elecciones generales del 2017, Theodore Dale Vukanovich, le manifestó en su momento haber recibido órdenes expresas de David Matamoros para detener la transcripción de las actas electorales, impidiendo ilegalmente el proceso que horas antes había iniciado, las ilegales ordenes de Matamoros Batson son más suficiente como para que el Ministerio Público realice de inmediato una investigación.

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No obstante, este Ministerio parece no ver ni escuchar lo que ocurre a su alrededor.

Pero la situación se agrava aún más, si tomamos en cuenta que unos cuarenta ciudadanos hondureños entre hombres y mujeres han sido asesinados por el ejército o la Policía Militar (PM) por el simple motivo de protestar en las calles por lo que ellos consideraban que el TSE cometió FRAUDE ELECTORAL para beneficiar la inconstitucional candidatura de JOH.

Por otra parte, es importante señalar que el asesinato de estas personas ya ha sido reconocido por el propio Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) Roberto Herrera Cáceres, lo cual pone al descubierto que la sociedad hondureña esta frente a un presidente que no vacila en asesinar, desaparecer o encarcelar a ciudadanos opositores.

En resumen, las declaraciones tanto de Marco Ramiro Lobo, así como de Roberto Herrera Cáceres, colocan al presidente Juan Orlando Hernández ante los ojos del mundo entero como un ladrón y criminal, que acosta de lo que sea, intenta brutalmente quedarse en el poder.