En el Día Mundial contra la Trata de Personas, la CIDH y la Relatoría Especial de la ONU instan a los Estados a mejorar los sistemas de asistencia y reparación para víctimas, destacando la urgencia de abordar las barreras de acceso a la justicia y la atención adecuada, especialmente para mujeres y niñas migrantes
Tegucigalpa, Honduras. – En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría Especial de Naciones Unidas sobre la Trata de Personas han hecho un llamado urgente a los Estados de la región para que fortalezcan sus sistemas de asistencia y reparación integral a las víctimas de este delito.
Ambas entidades han destacado que, a pesar de los esfuerzos realizados, persisten obstáculos significativos que impiden a las víctimas acceder a la justicia y a una atención adecuada.
La CIDH y la Relatoría Especial han advertido que la falta de acceso a la justicia perpetúa la impunidad, mientras que la escasez de asistencia especializada deja a las víctimas en situaciones de vulnerabilidad. Además, han señalado que el racismo y la xenofobia agravan las deficiencias en la prevención de la trata y en la protección de quienes están en riesgo.
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MUJERES Y NIÑAS EN MOVILIDAD PRINCIPALES VÍCTIMAS
La migración y la trata de personas están intrínsecamente relacionadas, ya que los movimientos migratorios, especialmente aquellos que son forzados o irregulares, a menudo dejan a las personas en situaciones de vulnerabilidad que los traficantes explotan.
Personas que huyen de la pobreza, la violencia o la persecución en sus países de origen pueden encontrarse sin recursos ni apoyo en los países de tránsito o destino, convirtiéndose en blancos fáciles para redes de trata.
En ese sentido, la CIDH y la Relatoría Especial sobre la Trata de personas, señalan que particularmente es preocupante el hecho que las mujeres y niñas en movilidad humana y aquellas con discapacidad enfrentan un riesgo elevado de ser víctimas de trata, lo que exige una respuesta diferenciada y específica por parte de los Estados.
En este contexto, la CIDH y la Relatora Especial enfatizan que cualquier estrategia contra la trata debe centrarse en la protección de las víctimas, incorporando un enfoque de derechos humanos que garantice su acceso a asistencia, protección y justicia.
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RECOMENDACIONES CLAVE
La CIDH y la Relatora Especial proponen cinco recomendaciones fundamentales para fortalecer los sistemas nacionales de asistencia y reparación integral para las víctimas de la trata de personas.
Entre ellas señalan, la institucionalización de la asistencia, es decir que los Estados deben garantizar que las víctimas reciban atención médica, social y psicológica adecuada, fortaleciendo los sistemas nacionales con presupuestos adecuados.
De igual manera, la asistencia legal gratuita, a través de la promoción de consejería culturalmente adaptada y en idiomas comprensibles, asegurando el acceso a la justicia sin temor a detención, deportación o sanción.
Otro punto importante, es la documentación y condición legal, ello sugiere facilitar la obtención de documentación y regularización legal para las víctimas que deseen permanecer en el territorio.
De igual manera, los organismos enfatizan en que los Estados deben adoptar medidas de reparación integral, es decir medidas de restitución, indemnización, rehabilitación física y mental, y garantías de no repetición.
Por último, enfatizan que los países deben incluir en sus esfuerzos por erradicar este flagelo, la perspectiva de Género y Derechos de Personas con Discapacidad, asegurando que todas las acciones contemplen un enfoque de género, el interés superior de la niñez y los derechos de las personas con discapacidad, evitando la criminalización de las víctimas, independientemente de su estatus migratorio.
En ese sentido, La CIDH y la Relatora Especial reiteraron la importancia de que las reparaciones sean proporcionales a la gravedad de las violaciones y daños sufridos, orientadas a restaurar la dignidad y bienestar de las víctimas. En casos de violaciones sistemáticas, la reparación debe ser transformadora, modificando el contexto que permitió la violación.
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CIFRAS ALARMANTES Y UNA REALIDAD OCULTA
Las investigaciones realizadas por diversas organizaciones internacionales revelan cifras alarmantes sobre la trata y la explotación de personas en el mundo. Se estima que 40,3 millones de personas son víctimas de trabajos y matrimonios forzosos, de las cuales 25 millones están sometidas a trabajos forzados.
Además, un millón de niños y niñas sufren explotación sexual, y el 65% de las víctimas de trata son mujeres y niñas. Una de cada tres víctimas de trata es menor de edad.
Las tres principales formas de explotación entre las víctimas detectadas incluyen explotación sexual (50%), trabajos forzosos (38%) y la comisión de actividades criminales (6%).
Estas estadísticas subrayan la urgencia de implementar medidas efectivas para proteger y asistir a las víctimas de estos atroces delitos. Sin embargo, las cifras presentadas por las investigaciones internacionales, aunque impactantes, podrían subestimar la verdadera magnitud del problema. Debido a la naturaleza clandestina de la trata y la explotación, muchas víctimas permanecen invisibles y no son contabilizadas en las estadísticas oficiales.
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Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas