Un Tribunal de Justicia Constitucional, independiente de los tres poderes del Estado, representaría un avance en la administración e impartición de justicia constitucional. Sin embargo, su creación no debe provenir de caprichos o antojos políticos. Analistas sugieren que es válido el debate en torno a la creación de este órgano
Tegucigalpa, Honduras.- El anuncio hecho por el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, en torno a la iniciativa para crear un Tribunal de Justicia Constitucional ha generado un debate acerca de su necesidad.
Un Tribunal de Justicia Constitucional representaría un órgano independiente de los tres poderes del Estado, encargado de interpretar y garantizar la supremacía de la Constitución, resolviendo conflictos que involucren la constitucionalidad de las leyes y actos del Estado.
La reforma planteada por el presidente del Legislativo propone la creación de un Tribunal de Justicia Constitucional a través de reformas a los artículos 302, 316 y 331 de la Constitución de la República, en relación con el conocimiento y resolución de recursos como el amparo, la inconstitucionalidad, la revisión y el hábeas corpus.
Actualmente, estas tareas competen a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que está integrada por cinco magistrados. Las resoluciones emitidas por esta sala, siempre y cuando sean unánimes, no deben ser elevadas al pleno de magistrados del Supremo.
La justicia constitucional se refiere a la aplicación y defensa de los principios y normas establecidos en la Constitución. Derivada de la Constitución de 1982, esta función correspondía exclusivamente al pleno de la Corte Suprema, encargada de resolver los aspectos relacionados con la justicia constitucional, sin contar con una sala especializada.
A pesar de que Honduras siempre ha contado con una Constitución, muchas de las sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) indicaban que, aunque el país contaba con leyes destinadas a proteger los derechos humanos fundamentales, no existía un marco jurídico efectivo.
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Así, entre 2000 y 2001, se generaron reformas constitucionales que culminaron en la creación de una Sala de lo Constitucional adherida a la Corte Suprema y en la aprobación de una Ley Sobre Justicia Constitucional, que formalizó y reguló las competencias de esta sala en la interpretación y aplicación de la Constitución.
LA SALA DE LO CONSTITUCIONAL FUE UN AVANCE, PERO…
Abogados consultados por Criterio.hn han manifestado que un Tribunal de Justicia Constitucional es necesario, pero que su creación no debe ser asumida de manera caprichosa, sino a través de un estricto debate jurídico y académico.
A criterio del analista jurídico Rodil Rivera Rodil, la creación de la Sala de lo Constitucional fue un avance significativo en la administración de la justicia constitucional. Sin embargo, considera que el paso siguiente debe ser la creación de un Tribunal de Justicia Constitucional independiente.
«Los tribunales constitucionales son independientes de la Corte, porque la Corte Suprema se vuelve juez y parte cuando asume la jurisdicción constitucional al dirimir conflictos entre poderes del Estado», declaró Rivera a este medio digital.
El diputado Ramón Barrios, exjuez y actual presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso Nacional, afirmó que el debate sobre la creación de este tribunal debe ser extenso y alejado de la discusión partidaria.
«La creación de un tribunal constitucional no es algo caprichoso, aunque implica algunas reformas constitucionales. Debe ser un debate largo e implicar una reforma de todo el sistema de aplicación de justicia constitucional, pero, sobre todo, un debate alejado de la discusión político-partidaria», manifestó Barrios a Criterio.hn.
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Ramón Barrios y Rodil Rivera coinciden en que el Tribunal de Justicia Constitucional debió haberse creado desde un inicio, en lugar de la Sala de lo Constitucional.
«Se creó la sala dentro de la Corte, lo que implica ser juez y parte. Lo ideal hubiese sido que se creara el tribunal constitucional. Aunque no se hizo antes, todavía estamos a tiempo de hacerlo», expresó Barrios.
Por su lado, Rivera comentó: «Hubiera sido mejor haber creado directamente el Tribunal de Justicia Constitucional. Habría sido más beneficioso desvincular la justicia constitucional de la Corte Suprema de Justicia desde el principio».
DEBATE
Una reforma constitucional y, por consiguiente, la creación de un Tribunal de Justicia Constitucional, requiere consensos y la aprobación de 86 votos dentro del Congreso Nacional.
El proyecto presentado por el diputado Luis Redondo implica que los magistrados de ese tribunal continúen siendo elegidos por el Congreso Nacional, como es el caso de los que integran la Corte Suprema, y que tengan un período delimitado de siete años en el cargo, lo cual, según analistas jurídicos consultados por Criterio.hn, mantendría abierta la injerencia por parte de los partidos políticos.
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