Tegucigalpa, Honduras. – En la actualidad en la agenda nacional está el combate frontal a la corrupción, fenómeno que lacera el Estado de Derecho, la democracia en Honduras y significa una grave violación a los derechos humanos que afecta especialmente a las mujeres.
La corrupción, de acuerdo con analistas es un cáncer que carcome y debilita la institucionalidad del Estado, pero además profundiza la pobreza y las desigualdades sociales.
Para Yasmín López, coordinadora general del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA) “la corrupción es la segunda pandemia que nos afecta a las mujeres”.
La representante de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola por sus siglas en inglés), Ana María Méndez Dardón, a nivel internacional, la corrupción es considerada como “un crimen de lesa humanidad” por el impacto que genera y que además de afectar las arcas del Estado, también afecta las dinámicas de cómo se entiende lo público.
“La corrupción tiene un impacto y en la medida en la que se entienda que afecta a la ciudadanía –en términos de acceso de calidad a la salud, educación y al trabajo—comprenderemos que el impacto es a las grandes mayorías”, expresó Ana María Méndez Dardón en entrevista con Criterio.hn.
Entre esas grandes mayorías, están las mujeres que, en Honduras, hasta el 2 de agosto de 2023 el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) contabiliza 5,011,222.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la corrupción afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables y perjudica con mayor dureza a las personas en situación de pobreza, especialmente a las mujeres, quienes representan una proporción mayor de los pobres en el mundo.
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MUJERES Y LA VIOLENCIA
Honduras vive en contextos patriarcales que abonan a la violencia de género una de las principales problemáticas que enfrentan las mujeres en sus hogares, lugares de trabajo, academia y cualquier otro espacio ya sea público o privado.
El estudio Mujeres ante la Corrupción Reflexiones para Mitigar sus Efectos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señala que “la corrupción aumenta la impunidad, la violencia y la inseguridad, así como la percepción que tiene la ciudadanía sobre estos fenómenos”.
La violencia es flagelo que afecta directamente a las mujeres hondureñas. El país centroamericano, hasta junio de 2023 contabilizó la muerte violenta de 240 mujeres, datos según el observatorio del Centro de Derechos de la Mujer (CDM).
Ante este panorama, Jessica Sánchez, directora ejecutiva del Grupo Sociedad Civil (GSC), hace una comparativa entre corrupción y femicidios –en ambos fenómenos se pierden vidas humanas— sin embargo, para la defensora de derechos humanos en estos dos aspectos prima una diferencia: la parte económica.
Es decir, en el combate a la corrupción el principal elemento es el dinero y cómo evitar que termine en manos de los corruptos y estos a su vez sean enjuiciados, y en femicidios es la vida de las mujeres y de las familias. “Parece ser que prima más un tema por una cuestión económica y no tanto la vida de las personas en materia de derechos humanos” recriminó Jessica Sánchez, ante la falta de una política estatal para contrarrestar los altos índices de muertes violentas.
Además, otro de los principales problemas que enfrentan a la mujer es la impunidad y el poco o nulo acceso a la justicia, de acuerdo con las organizaciones de mujeres la mora judicial es de más de 95 % en la investigación de todo tipo de violencias hacia la mujer
En ese sentido la directora de GSC, sugiere que se debe crear una comisión para la investigación de las muertes violentas de mujeres en Honduras, país que según el Banco Mundial tiene una tasa de 4.7 % de femicidios. La más alta en toda América Latina.
LAS MUJERES Y EL ESTADO
La ONU recalca que, en la sociedad, el género suele determinar las divisiones del trabajo, el control de los recursos y la toma de decisiones, desde el ámbito doméstico, hasta las altas instancias del gobierno, es decir, son los hombres quienes tienen un mayor acceso y desarrollo profesional.
En ese sentido, las mujeres son las que buscan con regularidad los servicios públicos que debe garantizar el Estado, pero por actos de corrupción se recibe una débil atención. Un claro ejemplo fue el desfalcó al Instituto Hondureño de Seguridad de Seguridad Social (IHSS), que afectó y provocó la muerte de muchos hondureños y hondureñas.
“La corrupción estatal nos afecta porque ocupamos más la caridad del Estado “, señaló a Criterio.hn Ana Lucia Pérez, feminista y defensora de derechos de la mujer.
Ana Lucia Pérez, de igual manera refirió que en los actos de corrupción “a las mujeres se nos ha usado directoramente para robar porque somos las más vulnerables se hacen proyectos y el dinero o los servicio no llega a las mujeres”.
En ese orden de ideas, Yasmín López, lamentó que los recursos que servirían para fortalecer los huertos campesinos y las parcelas en el campo. “Esos recursos se van para otras acciones, para otros bolsillos, para otros intereses”.
Ante las afectaciones de la corrupción especialmente a las mujeres a la niñez hondureñas, las organizaciones de mujeres están a la espera que al menos la presidenta Xiomara Castro, cumpla la promesa de la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad (CICIH).
“Es importante que venga esta comisión al país, las organizaciones en el país tenemos que ser veedoras de esos recursos que también son nuestros impuestos”, enfatizó la coordinadora de CODIMCA. La ONU considera que el empoderamiento de las mujeres debe ser una parte importante de la agenda anticorrupción, porque pueden ser agentes positivos para el cambio en la lucha contra este delito.
