Tegucigalpa. Unas 3.3 millones de personas en Honduras enfrentarían una situación de inseguridad alimentaria aguda que se agravará de febrero a mayo de 2022, según proyectan el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La información es proporcionada por el informe de Alertas Tempranas sobre Inseguridad Alimentaría, elaborado en conjunto por la FAO y el PMA. En el mismo se establece que la poca precipitación acumulada en 2021 particularmente en el corredor seco, la pandemia de la COVID-19 y la consecuente pérdida de empleo en un 32% de las personas empleadas (Banco Mundial), serían los principales causantes de la agudización de la inseguridad alimentaria en Honduras.
El documento, publicado el 27 de enero, señala que los medios de vida agrícolas serían afectados principalmente por la reducción en un 60% de la producción de sorgo (maicillo) por debajo del promedio en los últimos cinco años. Mientras que la producción de maíz disminuiría sólo en un 3% en comparación con la media de los cinco años anteriores.
Sumado a esto, pese a la recuperación gradual de la contracción económica de 2020, las oportunidades de empleo se encuentran aún deprimidas, los precios se encuentran al alza y el poder adquisitivo de la ciudadanía disminuido, resultando en el exacerbamiento de las pérdidas económicas causadas por la pandemia.
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El documento especifica que aproximadamente 3,3 millones de personas (35 por ciento de la población) se proyecta que enfrentarían inseguridad alimentaria aguda del nivel de crisis o peor (CIF ase 3 o superior), incluyendo a más de 600,000 que ya enfrentaban emergencia (CIF Fase 4), entre julio y septiembre de 2021, quienes podrían ver su situación de seguridad alimentaria deteriorada aún más en el período entre febrero a mayo, especialmente en las zonas norte y central.
La Fase 3 de la Clasificación Integrada en Fases (CIF) de la Seguridad Alimentaria implica que los hogares tienen brechas en el consumo de alimentos que se reflejan en una desnutrición aguda alta o superior a la habitual; o son marginalmente capaces de satisfacer las necesidades alimentarias mínimas, pero solo agotando los medios de vida esenciales o mediante estrategias para hacer frente a las crisis.
Mientras que, en el frente político, el informe señala que el estancamiento en el Congreso Nacional y la desconfianza generalizada en las instituciones públicas pueden representar un desafío para el nuevo gobierno de Xiomara Castro y obstaculizar sus políticas de lucha contra la pobreza.
Conforme a lo reportado, las familias que viven en el corredor seco de Honduras necesitarán asistencia alimentaria en los meses antes señalados. Las agencias de la ONU recomiendan ampliar la cobertura y calidad de los programas nacionales de alimentación escolar, brindar asistencia de emergencia a las poblaciones más vulnerables para que reparen sus medios de subsistencia y produzcan alimentos, impulsar los mercados locales y ampliar la duración de la asistencia alimentaria y las transferencias de efectivo.
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En América Latina y el Caribe, Colombia y Haití, enfrentan una situación similar a Honduras con respecto a la inseguridad alimentaria aguda que se espera se agrave de febrero a mayo de 2022, de acuerdo con los indicadores del Programa Mundial de Alimentos y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por su parte, el Análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) reportado por el Estado de Honduras y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), publicado el 24 de enero, señaló que para el período de marzo a mayo de 2022, la población en condición de Crisis o peor (Fase 3 de la CIF o peor) será aproximadamente de 2.4 millones y para el período de junio a agosto de 2022, alrededor de 2.6 millones de personas se encontrarían en esta misma condición.
Mientras que, en diciembre de 2021 a febrero de 2022, por lo menos 2.2 millones de personas (24% de la población clasificada) se encuentran en Crisis alimentaria o peor (Fase 3 o peor de la CIF). Siendo los departamentos con mayor severidad: Gracias a Dios, Lempira y La Paz (30%), los dos últimos departamentos son zonas productoras de granos básicos de subsistencia y cultivo de café.
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