Por: Hugo Noé Pino
Paul Volcker fue presidente del banco central de los Estados Unidos (Federal Reserve Board) durante el período 1979-1987. Tomó posesión de su cargo en años muy difíciles, alcanzando la inflación cifras dos dígitos; no obstante, ahora es reconocido por haberla reducido. Estuvo dirigiendo la Reserva Federal con dos presidentes, Jimmy Carter y Ronald Reagan. Un economista muy respetado y de tendencia conservadora. Falleció a comienzos del presente mes de diciembre a la edad de 92 años.
En un reciente artículo publicado en la versión digital de Business Insider, Joseph Zeballos-Roig hace referencia al epílogo de la autobiografía de Volcker (a ser publicada pronto), la cual reprodujo el periódico Financial Times. En esta biografía Volcker expresa preocupación por las presiones de Trump sobre el actual presidente de la Reserva Federal, siendo que un banco central debe gozar de independencia para tomar sus decisiones. Trump ha llegado al extremo de señalar públicamente a su presidente, Jerome Powel, como enemigo de los Estados Unidos, a pesar de que Trump mismo lo nombró.
Volcker va más allá y señala «Cada vez más, por diseño o no, parece haber un movimiento para socavar la fe de los estadounidenses en nuestro gobierno y sus políticas e instituciones» …… «Hemos ido mucho más allá del credo del expresidente Ronald Reagan de que ‘el gobierno es el problema’, con su objetivo de revertir décadas de expansión federal». Para continuar «Hoy vemos algo muy diferente y mucho más siniestro. Las fuerzas nihilistas están desmantelando las políticas para proteger nuestro aire, agua y clima. Y buscan desacreditar los pilares de nuestra democracia: el derecho al voto y las elecciones justas, el Estado de derecho, la libertad de prensa, la separación de poderes, la creencia en la ciencia y el concepto de verdad misma». Una persona es considerada nihilista cuando no puede ni quiere someterse a nadie, a ningún tipo de poder, doctrina o autoridad. “Nadie está por encima de la ley”, solo yo.
La decisión de la Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos de iniciar un juicio político al presidente Trump se basa en el caso relacionado con Biden y Ucrania; sin embargo, considero que el fondo del pensamiento de muchos legisladores están las características de Trump que Volcker cuestiona. Es decir, los ataques a la prensa, la renuencia a creer en los efectos del cambio climático, la sensación que está por encima de la ley y el considerarse dueño absoluto de la verdad. Algo muy peligroso para cualquier dirigente político que ostente un puesto público, no digamos la presidencia o jefatura de Estado de un país.
Similares características, pero con efectos dramáticos para un país pobre, encontramos en Honduras. Juan Orlando Hernández ha impulsado políticas que buscan desacreditar las instituciones públicas. Por ejemplo, comisiones interventoras en salud, educación, seguro social, policía, cárceles, etc. (que no resuelven los problemas), decretos de emergencia, privatizaciones encubierta en concesiones, entre otras. El sector público es incapaz de hacer algo bien, excepto los militares. Adicionalmente, la ley solo se aplica a sus adversarios porque él sí está por encima de la ley; muestra de ello es la reelección ilegal, los fraudes electorales, la militarización de la sociedad, el Consejo Nacional de Seguridad y otros desatinos. La concentración de poder es manifiesta en el país. La política social se reduce a fomentar el clientelismo político.
A esto se suma el tema de corrupción. Las acusaciones de la Maccih y de la UFECIC a altos funcionarios públicos de los gobiernos de esta década han sido continúas. Estas acusaciones chocan con el muro decidido de jueces y magistrados que inventan miles de pretextos para dejar en libertad a los acusados. La impunidad prevalece, excepto en los casos que al dictador le convenga. Adicionalmente, las vinculaciones con el narcotráfico son tan evidentes, que un fiscal en Nueva York se atreve a señalar a Honduras como un narcoestado.
Todo esto mina la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas, en el sistema político, y en última instancia, en la democracia. Reconstruir el tejido social e institucional requerirá tiempo y empeño. Estos problemas se trasladan a la actividad económica que se debilita, fortaleciendo la exclusión. El daño que se hace a Honduras es muy fuerte, mientras las élites que viven de la corrupción se solazan.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
8 respuestas
Interesente Dr Hugo Noe Pino.
Son dos contrastes muy similares, lo único que en USA, el presidente actual no ha podido tener el control absoluto del poder.
Sin embargo en nuestra querida Honduras sucede lo contrario que todo el poder recae en una sola persona.
Como dicen unas grandes pensadores que el poder enferma las mentes y afecta a los más desposeídos.
Está muy interesante y apegado a la realidad hondureña. Al final queda inconcluso. Pero vale la pena considrrar todas las apreciociones hechas y a la vez como se renediará la situación caótica del país cuando las intenciones de joh es seguir en el poder y para ello a montado toda la estructura que se lo pernita con la participación de las fuerzas armadas con todas sus estructuras.
Es oportuno y muy interesante el análisis del Dr. Hugo Noé Pino acerca de la lamentable situación socioeconómica de nuestro País HONDURAS. Más lamentable es que las “gloriosas” FFAA se hayan convertido en verdaderos borregos o tontos útiles de esta nefasta clase política, era una de las poquísimas esperanzas del pueblo hondureño pues, paradójicamente se nutre de ella. Más de 75 altos oficiales de alta graduación incluyendo varios generales su sublevaron pero fueron “reprimidos”, que mal!!. Solo espero que no nos convirtamos en una Somalia o Sudán. Con la fe en Dios, espero que esto pronto cambie porque somos merecedores de un mejor futuro por nosotros mismos y nuestras futuras generaciones.
Excelente artículo de nuestro buen amigo, Hugo. Adelante!
Excelente. espero que mis correligionarios castiguen en las urnas a estos corruptos y narcotraficantes que hoy gobiernan el pais. todo buen cachureco debe buscar lo mejor para Honduras sacando estos corruptos del poder
Gracias por tan reflexivo y atinado análisis de la situación del país. Pero lo único que no éstoy de acuerdo es cuando de nos cataloga como un país pobre cuando eso no es real ya que en realidad lo que somos es un país empobrecido por tanta corrupción y saqueó de toda esta clase política que nos tiene en esta pobresa que ya no solo es física sino que también mental con esta nueva generación que no se preocupa por nada.
Cuando dejemos la cobardía, podremos sacar a los delincuentes del poder.
El problema es que cada quien comenta de acuerdo a la ideología que ha adoptado. Por favor comente sobre el gran daño que MEL le ha hecho a Honduras.