Qué vergüenza JOH no para de asesinar al pueblo

Por: Oscar Miguel Marroquín

A la protesta pacífica llegan miembros de la Policía Militar y del ejército, descargando sus armas de guerra sobre la población, resultado, Ismael Hernández de 40 años pierde la vida; de nuevo el planeta entero es testigo de la barbarie de un hombre que, envalentonado por el respaldo del gobierno de los Estados Unidos, cree tener el poder en sus manos para asesinar al pueblo que dice gobernar.

Qué extraña formar de gobernar.

Imaginemos al presidente de Francia Emmanuel Macron, dando la orden de asesinar al pueblo, o pensemos que el presidente de Alemania Frank-Walter Steinmeier le indica al alto mando del ejército disparar contra el pueblo, luego preguntémonos ¿Qué pasaría? No quisiera imaginármelo, pero seguro estoy que el pueblo entero se iría encima de estos presidentes y de inmediato los fusilarían in situ.

No obstante, en Honduras JOH,  quien dice ser presidente de los hondureños, da órdenes precisas al ejército para que ahogue en sangre la protesta social, dejando de lado todo principio del DERECHO HUMANO a protestar.

Si Juan Orlando Hernández está violando el derecho a la vida, que es el primero de los derechos que todo ser humano tiene por encima de cualquier otro derecho que exista, entonces debemos concluir que en Honduras la sociedad ha entrado a un proceso de indefensión total, lo cual quiere decir que al pueblo solamente le queda el legítimo derecho de auto defensa para conservar la vida.

Si el pueblo hondureño no hace suyo el legítimo derecho de autodefensa por conservar la vida, entonces a este pueblo solamente le quedara el camino de la resignación a morir de rodillas.

Por otra parte, creo que el gobierno de los Estados Unidos se está convirtiendo en cómplice directo del desangrar del pueblo hondureño, debido al respaldo incondicional que le está dando al dictador, sin importarle el coste de vidas humanas; desde mi particular punto de vista, creo que el pueblo catracho debe apelar ante el pueblo norteamericano para que estos exijan a sus gobernantes finalice todo tipo de respaldo a la sanguinaria dictadura de Juan Orlando Hernández.

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La solidaridad internacional debería reaccionar ante una situación que por demás estaría decirlo, es lamentable, sobre todo si se toma en cuenta que el dictador da la orden de asesinar a un pueblo cuyo único delito es luchar en las calles de manera pacífica por el retorno de la democracia y la reinstalación de la institucionalidad.

Es hora, que los pueblos del mundo se pronuncien ante semejante barbarie, es hora de que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN, condene con todas sus fuerzas la brutal represión que sufre el pueblo hondureño, es hora de que el Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN se pronuncie públicamente para condenar las acciones criminales de la dictadura hondureña.

El Salvador y Nicaragua, conocen de sobra lo que es haber vivido bajo dictaduras, por eso, es que me atrevo a exigirles que levanten su vos de protesta a manera de hermanarse con el pueblo hondureño, que, pese a la brutal represión, no apaga el grito por reclamar democracia.

A los pueblos de América del sur, como Chile, Argentina y otros también hay que reclamarles solidaridad, pues ellos vivieron en carne propia el terror del asesinato, desaparición, encarcelamiento y tortura, que produjo la dictadura de Augusto Pinochet en Chile y, la dictadura cívico-militar en Argentina.