El creciente flujo migratorio urge el abordaje de la garantía derechos humanos de las personas en transito irregular que han sido obligadas a salir de sus países ya sea por situaciones de desigualdad social o conflictos políticos
Tegucigalpa, Honduras. – Bajo los rayos del sol, mientras soplaba un viento fresco, por la llegada de un frente frio al territorio hondureño, las personas migrantes en transito irregular que permanecen en las inmediaciones del boulevard Centroamérica en Tegucigalpa, armaban sus maletas para continuar su travesía en la ruta migratoria.
Jesús Eduardo Ochoa, venezolano de 20 años de edad, emocionado le pasaba su tarjeta de identidad a su madre para el registro con los oficiales del Instituto Nacional de Migración,
“El dinero que recogimos aquí en Honduras ya no lo vamos a gastar en pasaje, nos servirá para seguir en Guatemala”, expresó a Criterio.hn, el joven de tez trigueña y ojos grandes mientras subía su ligero equipaje al maletero del autobús rojo, que lo llevaría junto con su madre y sus dos hermanos hasta, Agua Caliente, frontera entre Honduras y Guatemala.
Al interior del automotor se podía observar rostros cansados, quemados por el sol, pero con una cierta tranquilidad al saber que tendrán una preocupación menos, el pasaje hasta la frontera, de acuerdo con varias personas migrantes en tránsito, varia su precio entre 40 o 60 dólares y en ocasiones más por persona.
“CUATRO DÍAS…”
En tanto, unos desmontaban sus tiendas de campañas, otros las instalaban para permanecer por algunos días en el territorio hondureño, “mientras conseguimos un poco de plata”, según expresó a Criterio.hn, Estefany Páez, una joven originaria de Venezuela.
A sus 25 años de edad, Estefany Páez decidió salir de Venezuela hacia Perú por las carencias económicas que enfrentan en el país petrolero. La Encuesta sobre Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el 53,3 % de los venezolanos vive por debajo del umbral de la pobreza extrema. Datos similares a los de Honduras.
Junto con su esposo, Gabriel Véliz y sus dos pequeñas hijas –de seis y un año de edad—, hace tres meses salieron de Perú con el sueño de un día tener una casa propia. “De la frontera hasta aquí (Tegucigalpa), hemos caminado cuatro días, hoy pudimos poner nuestra carpa para poder descansar”, contó Estefany Páez a Criterio.hn.
Para esta familia, de cuatro personas, el camino hacia Estados Unidos no ha sido fácil, Gabriel Véliz, de contextura delgada, quizá por lo difícil de la ruta migratoria, señaló que la travesía, especialmente por el Tapón del Darién “es ruda”. “si para uno de hombre es rudo, no digamos para las mujeres”, refirió acongojado, seguido de un fuerte suspiro.
Mientras dialogaban con Criterio.hn, Estefany Páez, sostenía en sus brazos a su pequeña hija, minutos después la comenzó a amamantar, y recordó que en una ocasión sintió ya no poder alimentar a la pequeña niña de ojos grises debido a la poca ingesta de alimentos. “tuvimos cuatro días sin comer porque no teníamos dinero para comparar, y debíamos seguir avanzando en el camino”, refirió.
En el improvisado campamento que quedaba relativamente vacío, mientras hacían acciones de limpieza las personas en tránsito irregular que partirían hacia la frontera, jugaban la hija de Gabriel y Estefany, con los demás niños que viajan en compañía de sus padres, entre ellos la hija de Rosangela Montes, mujer venezolana que también viaja en compañía de su esposo.
“Llegamos hoy en la mañana, pero no nos podemos ir porque no andamos dinero y queremos descansar un poco”, dijo Rosalinda Montes con una sonrisa que denotaba pena.
Las personas migrantes y refugiados en transito irregular que pasan por Honduras y que han dialogado con Criterio.hn refieren que su permanencia en el país centroamericano se debe a la falta de recursos económicos, por lo que venden paletas de dulce y otros apelan a la solidaridad de los hondureños.
SIN AMNISTÍA MIGRATORIA
La parálisis legislativa ha generado que la amnistía migratoria –que exime del pago de 260 dólares como penalización por ingresar al país centroamericano— no sea ampliada, pese al llamado de organismos internacionales y de organizaciones defensoras de derechos humanos.
A través de la red social X, en diciembre de 2023, la coordinadora residente de las Naciones Unidas (ONU), Alice Shackelford, señaló que la amnistía migratoria es “critica”.
Ante la no aprobación de dicho beneficio para las personas en tránsito irregular, el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Allan Alvarenga, exhortó al Congreso Nacional, para que,en la tercera legislatura que inicia el 25 de enero, se apruebe una nueva amnistía migratoria.
“Hacemos un llamado al Congreso Nacional para que en la nueva legislatura se priorice el tema migratorio y pueda seguir aprobando leyes y decretos que vayan en beneficio de los miles de migrantes que vayan en beneficio de las personas que transitan por el territorio hondureño”, expresó el funcionario casi al termino de 2023.
En ese sentido, el INM de Honduras decidió aplicar una política migratoria humanista, es decir, que la sanción administrativa que establece la Ley de Migración y Extranjería en su articulo 101, numeral 5, no se aplicara. Además, el permiso especial de permanencia en el país fue extendido hasta por 10 días.
El transito irregular de personas, de acuerdo con analistas debe ser atendido bajo el enfoque de derechos humanos, tomando en cuenta que Honduras es un país signatario de convenios internacionales.
Ante el evidente incremento del flujo migratorio de tránsito por Honduras, organizaciones instan al gobierno a abordar el tema bajo un enfoque de derechos humanos, ya que las personas migrantes se enfrentan a una serie de vulneraciones, una situación que se puede evidenciar en los diferentes campamentos que han instalado en las cercanías de las terminales de autobuses de Tegucigalpa y Comayagüela ante la falta de albergues humanitarios.
Por su parte el canciller de la República, Enrique Reina, reconoció que el problema migratorio se debe a una multicausalidad y que no es exclusivo de Honduras sino de todo el planeta.
Además, señaló que es “fundamental el respeto a la dignidad y a los derechos humanos de los migrantes”.
Sólo en 2023, por Honduras transitaron 545,043 personas en transito irregular provenientes de al menos 122 nacionalidades, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas.
Con relación a los países de origen, Venezuela es el primer país, transitando 228.889 personas, de las cuales, 58,843 son mujeres, 28,294 son niños, 22,891 son niñas y 118,861 hombres, seguido de Cuba con 85,969, Haití con 82249, de Ecuador 46.086 personas y Colombia con 13,136.
-
Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas