Por: Redacción CRITERIO
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Apenas 140 caracteres para que el mundo se comunique más rápido es lo que proponía en sus comienzos. Si bien mantiene esa premisa, fueron muchos los cambios que vivió la red social.
Aún ocupa un «lugar central» en la escena de la información en internet, pero Twitter llega a su décimo cumpleaños presionada por inversores descontentos, un negocio que no termina de explotar y el reto de definir en este 2016 su fondo y su forma: ¿traicionará su esencia en pos del crecimiento?
El 21 de marzo de 2006, Jack Dorsey daba vida a la red de microblogging al publicar su primer tuit. Hoy, 320 millones de personas tuitean cada mes: Twitter es, sin duda, la red ideal para los adictos al frenesí informativo, al consumo ingente y reiterado de datos, pero se muestra incapaz de atraer a usuarios menos demandantes, que se pierden en la plataforma.
A cargo de enmendar el rumbo está Jack Dorsey, quien asumió las riendas de la compañía a mediados del año pasado tras haber sido expulsado del cargo de consejero delegado en el 2008.
«Somos conscientes de que aún hay gente a la que Twitter le resulta complicado (…) Nuestra misión es conseguir que sea más sencillo para los nuevos a la vez que cuidamos a nuestros usuarios más entregados», explicó el vicepresidente de ventas de la compañía en Europa, Bruce Daisley.
La dificultad de Twitter para hacer crecer su número de usuarios activos es uno de sus principales problemas: en el último trimestre de 2015 la base de tuiteros no aumentó. ¿Tocó su techo?
«Esa es la pregunta que deben tener sobre la mesa. La lógica actual de Twitter, que es la que siguen los usuarios intensivos, está muy ligada al tiempo real, al orden cronológico, a los 140 caracteres. ¿Se van a plantear trocar eso con vistas a conquistar un plausible y nada seguro escenario de otra masa de usuarios?», reflexionó el responsable de estrategia digital de Weblogs S.L., Antonio Ortiz.
«Es un debate que existe desde el principio: si con su modelo de negocio tiene valor para gente que no sea fanática de la información. Ahí es donde está el nudo gordiano», continuó.
El tiempo real y la información en directo son la esencia de esta red desde su nacimiento, una característica que atrajo a esos «superconsumidores», pero también a los medios de comunicación y a personalidades de la política, el deporte, la ciencia o la cultura.
«Twitter es la forma más rápida de conectarte en directo con aquello que te interesa», defendió Daisley. «Estamos en un momento de recordarnos para qué es bueno Twitter e intentando realzar esas virtudes con simplicidad», agregó.
Para Ortiz, la plataforma «tiene un valor que todavía no se le consiguió arrebatar: es ese lugar central en la información a la que acude gente influyente en términos informativos -desde Barack Obama a Lady Gaga-. El pulso y el valor de Twitter para impulsar y recoger la agenda pública no lo tienen otros».
Aunque desean tenerlo y se están moviendo para lograrlo. Facebook, Instagram o Snapchat son algunos de ellos.
«Twitter palidece mucho» al compararse con la tasa de uso, el número de usuarios y las propuestas publicitarias de Facebook, apuntó Ortiz. Tan oscuro ven algunos su futuro que se han aventurado a vaticinar su muerte.
«A la gente le encanta el drama. El servicio tiene muy buena salud. (…) Nos encontramos en un momento de evolución y crecimiento», defendió el vicepresidente de Twitter.
«Hay un apodo que se le pone a estas compañías: o explotás y sos la herramienta hegemónica y no parás de crecer nunca o no valés nada. Hay una visión muy polarizada, unas narrativas muy extremistas de triunfos y fracasos», reflexionó Ortiz.
«El impacto de Jack es tremendo. Nos ayuda a entender nuestros desafíos», dijo Daisley. «Jack volvió para tomar decisiones fuertes», finalizó Ortiz.
El 2016 va a ser clave: «Nos acabamos de embarcar en el año más emocionante para el desarrollo del producto», prometió Daisley.