Criterio.hn conoció el caso de una joven de 19 años que fue víctima del delito de trata de personas en México, luego de ser entregada por su propia madre a un cártel mexicano, en su trayecto migratorio a Estados Unidos, pero, reveló que, desde que vivía en Honduras era víctima de este delito por parte de su tía en complicidad con su madre.
Por dicho delito la Corte Suprema de Justicia (CSJ), ha emitido 15 sentencias condenatorias, en los últimos cincos años, un número reducido en comparación con las denuncias. Para el caso, el Ministerio Público (MP) emitió 54 requerimientos fiscales, mientras la Policía Nacional recibió 61 denuncias en el mismo periodo de tiempo, en todo el país, de acuerdo a cifras obtenidas por este medio de comunicación.
Tegucigalpa, Honduras. – Alma—nombre ficticio, ya que por seguridad omitimos su nombre real—es una joven de 19 años, relató a Criterio.hn que desde que era una adolescente de 13 años fue abusada sexualmente por su tío paterno, quien la amenazaba verbalmente para que no contará el daño que le hacía.
Creció en un hogar desintegrado desde muy pequeña, de hecho, no recuerda a su madre, quien dice se marchó del hogar dejándola junto a su padre y su hermana menor a quien en esta historia llamaremos Génesis. Mientras vivía con su padre fue víctima de las violaciones de su tío paterno.
Tras cumplir 15 años y a raíz de la situación, decidió irse a vivir con su tía materna, quien, dice, la convirtió en esclava sexual, en complicidad con su madre, quien para ese entonces volvió a reaparecer en su vida. Ambas, su tía y su mamá, cobraban dinero a distintitos hombres a cambio de tener relaciones sexuales con ella. Esta situación terminó hasta que, a los 15 años, salió embarazada de su novio, un joven con edad similar a ella, las dos víctimas de la falta de educación sexual y reproductiva por el entorno de sus hogares.
Su novio la abandonó al igual que su padre, quien emigró a los Estados Unidos. Fue entonces cuando se fue a vivir con su tía y cuando su madre comenzó a ejercer violencia sobre ella.
Tras tener a su hija, ya cuando tenía 16 años, la joven pensó que se había librado de todos los tormentos que vivió en su infancia, niñez y adolescencia. Esto lo había pensado porque su madre y su tía no la volvieron a someter, sin embargo, al cumplir 16 años su madre le dijo a ella y a su hermana Génesis que viajarán a Estados Unidos.
Alma y Génesis aceptaron impulsadas por su deseo de volver a ver a su padre que años atrás había partido a la nación norteamericana.
En esa etapa su madre ya tenía otra pareja con quien procreó otros dos hijos (7 y 10 años), con quien emprendería el viaje a Estados Unidos, como familia integrada, incluyendo a su hija que tenía un año. Su hermana Génesis, de 15 años y en estado de gestación, también era parte de la expedición.
VENDIDAS A UN CÁRTEL EN MÉXICO
La joven contó que al llegar a México ella y su hermana Génesis fueron vendidas por su propia madre a un cártel mexicano, a cambio de unos pesos, mientras intentaban cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
En ese lugar se encontró de frente con una de las escenas más dolorosas de su vida, que fue ver cómo hombres abusan sexualmente de su hermana Génesis, pese a que estaba embarazada.
Lo mismo hicieron con ella durante dos meses, tiempo que duró esta difícil situación que pone en evidencia cómo los grupos criminales, que radican en la frontera entre México y Estados Unidos, abusan de los migrantes, en especial de las mujeres y niñas.
“Estábamos en un cuarto más pequeño que esta sala, mi hermana, mi hija y yo, sólo las tres en ese cuarto blanco sin ninguna ventana, sólo una puerta por donde entraban los tres hombres que nos amenazaban. Cada vez que abrían la puerta se escuchaba música como si hubiera una celebración”.
Efectivamente afuera había una fiesta, mientras adentro en ese cuarto oscuro y vacío, se vivía un infierno, lleno de angustia, temor, desesperanza y sobre todo incertidumbre al no saber si saldrían con vida de esa red de trata de personas que las tenía cautivas.
“Nos sacaban de un cuarto donde estábamos las tres y a mí y mi hermana nos llevaban donde estaba un hombre esperando, a ellos si se les podía ver el rostro, incluso se les miraban los tatuajes y, mientras eso pasaba, mi hija se quedaba sola en el cuarto llorando”, narró la joven, ahora de 19 años.
DENUNCIAS Y SENTENCIAS
La historia de esta joven no es aislada, según datos de la secretaria de Seguridad, obtenidos por este medio de comunicación, revelan que, desde el 1 de enero de 2019 al 12 de septiembre de 2023 se recibieron 61 denuncias por el delito de trata de personas procedentes de todo Honduras.
La mayoría de los casos provienen del departamento de Francisco Morazán, siendo la mayoría de víctimas jóvenes menores de entre 12 a 18 años.
El cruce de información nos permitió conocer también que, en el periodo antes mencionado y por el delito de trata, el Ministerio Público emitió 54 requerimientos fiscales. En tanto, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) refirió haber emitido 15 sentencias condenatorias, un número bastante inferior respecto a las denuncias y requerimientos fiscales.
Sin embargo, cabe señalar que existe un subregistro muy importante porque la mayoría de los casos de delitos de trata de personas no son denunciados ante el temor a represalias, pues los perpetradores pertenecen a temidos grupos criminales que, en muchos casos, operan en complicidad con las fuerzas de seguridad del Estado.
LIBERACIÓN
Volviendo a la historia de Alma, continúa contando que después de dos largos y angustiosos meses llegó el día de la liberación, narró que un día entre tantos, escuchó fuertes gritos y empujones sobre la puerta, eran policías y con ellos un operativo que acabaría con su secuestro.
“Recuerdo escuchar a una agente mujer que preguntó si había alguien ahí, y nosotras contestamos que sí, una vez que íbamos saliendo vimos que era una discoteca, porque en realidad nunca supimos dónde estábamos porque cuando nos llevaron nos taparon la cara para que no viéramos el camino”.
Una vez rescatadas, Alma cuenta que fueron llevadas a migración de México, y luego deportadas a Honduras, pero antes el consulado hondureño se contactó con su abuela paterna.
Ellas por ser menores de edad fueron llevadas a un internado y la hija de Alma pasó al poder de la entonces Dirección de Niñez Adolescencia y Familia (Dinaf), ahora Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia.
Han pasado los años, ni el tío que la violó sexualmente por varios años, ni su tía que la sometió a esclavitud sexual, han recibido el peso de la ley porque nunca contó los vejámenes a los que fue sometida por miedo a represalias y a que nadie creyera su versión. Mientras su madre y su padrastro, que la entregaron a una red criminal en México para que explotara su cuerpo y el de su hermana Génesis, tampoco fueron requeridos por la justicia. Ellos, cuenta Alma, se encuentran impunemente en Estados Unidos junto a sus otros dos hermanos menores.
PENAS Y CASTIGOS
Honduras cuenta con la Ley Contra la Trata de Personas en vigor desde el 06 de julio de 2012, respaldada por el el Código Procesal de Honduras, la Constitución de la República y el Código de la Niñez y la Adolescencia.
La legislación establece que quien cometa el delito de trata de personas deberá ser castigado con una pena de 10 a 15 años de reclusión, pero esta podrá ser mayor si la víctima sufre como consecuencia un embarazo o presenta alguna discapacidad.
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REPARACIÓN DEL DAÑO
Una vez liberada de sus opresores, Alma regresó a su casa y ahora espera reinsertarse a la sociedad, acceder a un empleo y recuperar a su hija que está en manos de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia.
La joven apenas cuenta con sus estudios de primaria [seis años de escolaridad], situación que le ha imposibilitado encontrar un empleo que le permita cubrir sus necesidades básicas y las de su hija. Pero, esto la ha llevado a reinventarse comercializando ropa usada.
Sin recibir ninguna asistencia psicológica ni económica, ahora lucha porque la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, le devuelva a su hija, para cuidarla y asegurarle, dice ella, mejores condiciones. “Ahora que ya salí de todo eso sólo quiero un trabajo para que los del Dinaf vean que sí puede darle condiciones dignas a mi hija y así ella vuelva a estar conmigo”, reclama la joven.
131 VÍCTIMAS RESCATADAS EN LOS ÚLTIMOS DOS AÑOS
La secretaria ejecutiva de la Comisión Interinstitucional Contra la Explotación Sexual Comercial y Trata de Personas de Honduras, (Cicesct), Sua Martínez, informó que durante los primeros nueve meses de 2023 se han rescatado 80 personas víctimas de trata de personas y en 2022 se rescataron 51, sumando entre ambos años 131 rescates.
Desglosó que entre las rescatadas se encuentran 20 niñas, 15 niños, 43 mujeres, un hombre y una persona LGTBIQ+. Martínez, detalló que el caso más reciente se suscitó el 19 de septiembre cuando se logró rescatar 10 niños que estaban siendo víctimas de trata en la modalidad de mendicidad en el departamento de Cortés, zona norte de Honduras.
Además de la explotación sexual, se registra la pornografía infantil, ciberdelito y otros.
La funcionaria apuntó que los rescates se han podido realizar mediante los operativos en conjunto que han realizado, el Ministerio Público (MP), a través de la Fiscalía Contra la Trata de Personas, la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC).
Detalló que a las víctimas rescatadas se les ha brindado asistencia legal, psicológica y médica, “además se continúan realizando acciones para prevenir el delito sobre todo en los colegios y universidades, debido a que las jóvenes son las más propensas a ser víctima de este delito”.
Las personas que conozcan algún caso de trata de personas pueden realizar sus denuncias anónimas a la línea inmediata de la Cicesct: 8890-5187 o bien, llamar al 911 y de esta manera salvar la vida de muchas personas que sufren a causa del delito.
LOS TESTIMONIOS SON INDICIOS, PERO FALTA LA APLICACIÓN DE LA CRIMINALÍSTICA
Las pocas sentencias, en comparación con las denuncias y los requerimientos fiscales, se debería a las falencias en el sistema de investigación, debido a que no se puede sentenciar un delito del cual no se identifican los responsables, opina la integrante del Movimiento de Mujeres “Visitación Padilla”, Cristina Alvarado.
Cristina Alvarado menciona que las cifras bajas de condena evidencian la ausencia de la adecuada aplicación de la criminalística, “muchas veces se recibe la denuncia, pero sólo se quedan en el testimonio, pero las víctimas no cuentan todos los hechos porque siempre permanece el temor, ahí es donde las autoridades deben investigar indicios para dar con los responsables”, apuntó Alvarado en entrevista con Criterio.hn
Sobre el caso en que son los propios familiares los que ofrecen a las menores, dice que se debe a un fenómeno en el que se ha creído que el cuerpo de las mujeres es una mercancía, incluso esa creencia la practican en los propios hogares hondureños.
La defensora de los derechos de las mujeres dijo que la mayoría de las víctimas son las mujeres jóvenes, ya que estas representan la fuerza de trabajo y energía, propicia no sólo para realizar el trabajo sexual sino servidumbre forzada, venta de órganos, mientras que las niñas y niños son obligados a realizar trabajos de mendicidad.
“Es urgente que el Estado asuma el papel protagónico en ser garante y protector en derechos de la infancia, adolescencia y de la ciudadanía en general”, reclamó la defensora.
Respecto al fenómeno de migrantes víctimas de trata en otros países, precisó que el gobierno debe dimensionar el problema y empezar a destinar recursos para evitar que los hondureños sean utilizados como mercancía.
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URGE JUSTICIA REPARATIVA PARA VÍCTIMAS DE TRATA
De su lado, la defensora de derechos de los migrantes Istmania Platero apuntó sobre la importancia de aplicar una justicia reparativa que atienda de manera adecuada, integra y oportuna a las víctimas de trata de personas en Honduras.
“Es importante crear instituciones que respondan a las demandas y a la atención de las víctimas, en cómo abordar el trauma y cómo tratar a las migrantes que han sufrido una afectación y que no tienen empleo ni hogar”, dijo Platero en conversación con Criterio.hn.
La ausencia es evidente, apuntó Platero, porque no se están tomando las medidas para atender traumas y esto altera su integridad física, emocional y mental. Ante esta situación, hace un llamado a las autoridades a que incluyan en su estrategia de gobierno, el implementar políticas y desarrollar mecanismos e instrumentos que garanticen el bienestar de las víctimas del delito de trata.
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Periodista comprometida con Honduras, amante de los animales, las letras y la justicia. He escrito para medios nacionales e internacionales, creo fielmente que desde esta trinchera se puede incidir para lograr verdaderos cambios en favor de los sectores más vulnerables. Ver todas las entradas
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas