Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa.- Los señalamientos contra su círculo familiar y político en temas ligados al narcotráfico, ha sido quizás el aliciente para que el presidente de Honduras, Juan Hernández, haya replanteado su estrategia para abordar los temas de seguridad.
La nueva estrategia ha sido visible a raíz que el capitán del ejército, Santos Rodríguez Orellana, revelara que la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) investiga a Tony Hernández, por sus supuestos nexos con el narcotráfico y que el ministro de Defensa, Samuel Reyes, también participa en dichas actividades.
Luego que su hermano Tony Hernández, saliera salpicado, el presidente hondureño ha optado por salir en público junto a miembros de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) e incluso visitar las oficinas del Ministerio Público.
Con la nueva estrategia, el gobernante se propone limpiar la imagen de su gobierno y afianzar la política de seguridad, que ha sido el bastión fundamental de su gobierno.
En el marco de ese cabildeo anunció ayer domingo mediante una comparecencia mediática, que ocho reos de alta peligrosidad fueron trasladados a la cárcel de máxima seguridad de El Pozo, en Ilama, en el occidental departamento de Santa Bárbara.
Entretanto este mediodía se trasladó a las oficinas del Ministerio Público, donde junto al fiscal general de la República, Oscar Chinchilla, anunció en conferencia de prensa, que en los próximos días dará a conocer las nuevas medidas a implementar para fortalecer la seguridad.
También dijo que el nuevo proceso carcelario seguirá avanzando y que apenas empieza con la habilitación de “El Pozo”.
Según Hernández, el trabajo que está realizando el Ministerio y la PMOP ha sido exitoso. “Este es uno de los momentos en los que el pueblo debe reconocer que todos los miembros del Ministerio Público y la Policía Militar, hoy están dando una respuesta, que antes no se miraba”, dijo el titular del Poder Ejecutivo.
