Secuelas sociales y económicas de la migración sin documentos a EEUU

Por: Carlos Zelaya Herrera

A las secuelas sociales del flujo migratorio que la semana pasada partió a pie desde Honduras anteceden condiciones de inseguridad personal, falta de empleo y oportunidades; quienes parten en odisea al norte del continente dejan tras de sí familias desintegradas, deserción escolar y fuga de cerebros, como resultado de políticas económicas que reproducen la pobreza.

La gran incógnita es que el impacto de las caravanas migrantes apenas ha sido estudiado si se considera que por primera vez el territorio estadounidense es el objetivo principal de una movilización multitudinaria como la actual.

Los procesos migratorios son de origen diverso, algunos migran por necesidad económica y subsanar situaciones de vulnerabilidad, en especial cuando la diferencia salarial entre ambos destinos es tan significativa. 

Otros, por la mala gobernanza, pobres servicios públicos, escasas expectativas de mejora individual y social, factores ambientales, violencia y conflictos internos como resortes internos que movilizan al ser humano a buscar un mejor destino en otras latitudes del mundo. 

En la casa blanca la percepción sobre el aporte de la inmigración a la economía estadounidense, incluso de la mano de obra indocumentada, es limitada o errada.

en 2015 estados unidos contaba con 26 millones 300 mil inmigrantes trabajando en el país, la mitad de ellos eran hispanos un segmento laboral que representa el 16.7% de la población trabajadora, conforme a datos de la secretaría de trabajo. diez años atrás, eran un 15%.

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Además, 40% de 500 empresas líderes en el país las fundaron inmigrantes o sus hijos. entre estas destacan marcas estadounidenses de mucho éxito, como Apple, Google o Intel, según pesquisas académicas del laboratorio de política migratoria de la universidad de Stanford, California.

En el 2015, la tasa de desempleo era más baja para los inmigrantes que para los nacidos en estados unidos, de 4.9 por ciento frente a 5.4 por ciento para los nativos. La incidencia en la economía nacional también es de alto relieve, según el banco central de honduras las remesas familiares se acercan a cinco mil millones de dólares en 2018.

Y pese a devengar salarios menores al promedio estándar, un estudio de 2016 del instituto sobre política fiscal y económica, estimó que los inmigrantes indocumentados pagan 11 mil 640 millones de dólares en impuestos, cifra avalada que la Fundación Heritage avala en un estudio de 2013, en el que estimó que el hogar indocumentado promedio paga 10 mil 334 dólares al año en impuestos estatales y federales.

La primera imagen del impacto social de la inusitada caravana migrante fue ver en vivo cómo miles de connacionales, en inimaginables condiciones, abandonaban sus hogares, a sus familias, incluso llevando a sus pequeños hijos en brazos, a pie o en sus vientres.

O en reportes de entes de migración con cifras en esta caravana migrante de más de 200 menores que desertaron de las aulas para salir por esa vía del país, otra escena de connotación humana es el fallecimiento en el camino de dos compatriotas, como es el caso de la muerte de un joven sampedrano que murió en Huixtla, México, al caer de un vehículo en marcha. 

O la deserción de más de 20 mil escolares que en los últimos cuatro años se lanzaron en pos del sueño americano, para lo que autoridades anunciaron una ofensiva evitar su salida y asegurar la permanencia en las aulas.

Según autoridades de la secretaría de educación, cada hora un niño abandona su centro de estudios para migrar sin documentos a los estados unidos en busca de la reunificación familiar o procura de un mejor destino.