Por: Oscar Miguel Marroquín
Nuestro hermano San Romero no abandonó a su pueblo en aquellos días de represión, tortura y asesinatos cometidos por la derecha salvadoreña y el ejército criminal; siempre estuvo al lado de los más necesitados.
Se convirtió en la voz de los sin voz.
Ahora que ya es un santo, muy seguro estoy que San Romero no abandonará a sus hermanos que han tenido que marcharse fuera de sus fronteras patrias ante tanta pobreza y criminalidad generadas por la dictadura de Juan Orlando Hernández y la mafia oligárquica.
Los hermanos hondureños que ahora se ven forzados a abandonar su tierra, sus pocas pertenencias y hasta su familia, lloran de tristeza e impotencia ante la más brutal crueldad de este régimen que sin piedad alguna asesina a todo aquel que intenta levantar su vos de protesta ante tanta corrupción e impunidad.
Hace algunos meses el dictador Juan Orlando Hernández ordenó asesinar a un par de estudiantes por el simple hecho de exigir bonos estudiantiles, calidad de la educación y construcción de centros educativos, la respuesta del dictador no se dejó esperar los escuadrones de la muerte mataron salvajemente a Mario Enrique Suárez y a Gerson Daniel Meza.
¿Quién puede negar que Honduras vive una verdadera crisis humanitaria?
El asesinato de Berta Cáceres aún no ha sido completamente esclarecido, el dictador protege a los que ordenaron y financiaron semejante crimen.
Los que ahora huyen de su tierra, lo hacen intentando proteger sus vidas, pues saben perfectamente que en Honduras tarde o temprano podrían ser asesinados por la narco-dictadura que no permite una sola vos de protesta social.
La corrupción y la impunidad son el estandarte del que se hace llamar presidente, millones de dólares han sido robados a diferentes instituciones del Estados, sin que hasta ahora la justicia haya alcanzado a un solo ladrón de cuello blanco, ladrones que se ocultan dentro del Partido Nacional, cuarteles policiales o militares, y también en las oficinas de banqueros y grandes empresarios.
Hace tan solo unos cuantos días, la población entera recibió otro golpe de muerte, los banqueros pasan a ser los dueños de la energía eléctrica lo que significa que ahora este sufrido pueblo tendrá que decidir entre comer o pagar la nueva tarifa eléctrica que impondrá vorazmente la oligarquía.
Ante toda esta calamidad humana al pueblo hondureño no le queda otra alternativa más que la de huir de su patria dejándolo todo atrás, por eso seguro estoy que nuestro hermano san Romero de las Américas protegerá a mis hermanos que ahora el dolor de abandonar su patria.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas