Por: Jorge Alberto Amaya Banegas*
Centroamérica se apresta a conmemorar su Bicentenario de la Independencia este 15 de septiembre del 2021. Tan relevante efeméride nos sobreviene infortunadamente en el contexto de la pandemia del COVID-19, que ha producido una espantosa crisis social, económica y política, en medio de gestiones gubernamentales erráticas contra la pandemia. En todo caso, a pesar de la crisis, los gobiernos de la región han intentado atender la conmemoración con algún entusiasmo. El gobierno central organizó una “Comisión Nacional del Bicentenario”, presidida por el escritor Juan Ramón Martínez, y también las universidades públicas más grandes como la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) han organizado sus comisiones institucionales que han emprendido importantes planes y actividades para festejar la efeméride. En este sentido, es importante compartir algunas reflexiones que nos permitan visualizar cómo será la tónica de tan importante evento en nuestro calendario cívico escolar.
El Bicentenario de la Independencia es un momento crucial para todas aquellas comunidades que han vivido una relación de dependencia colonial y que han logrado desligarse de dicha condición y mantenerse independientes durante estos siglos. De ahí que sean ocasiones de grandes celebraciones oficiales para demostrar al concierto internacional que conservan su independencia e incluso han podido consolidarse. También son momentos en los cuales se reflexiona sobre el tipo de comunidad que han logrado construir. Asimismo, generan ocasiones en las cuales se pueden renovar los lazos entre sus habitantes y establecer compromisos para desarrollar proyectos comunes.
Es decir, se trata de fechas donde se analiza el pasado, y se celebra el presente y se proyecta el futuro de dicha comunidad. Estudiar los aspectos simbólicos de dichas celebraciones puede ayudar a comprender mejor a la sociedad. Es desde esa perspectiva que las siguientes líneas abordarán este tema para el caso del Centroamérica durante su Bicentenario independiente respecto a España y plantea un conjunto de temas que pueden irse desarrollando rumbo al Bicentenario.
Planteamos algunas ideas del contexto:
- Primero: Desde luego, la llegada del COVID-19 impactará en la agenda del Bicentenario, creemos que negativamente. No habrá suficientes fondos para “celebrar”.
- En segundo lugar, pensamos que el contexto histórico-político, no avizora “grandes festejos de la efeméride”. Efectivamente, Centroamérica se encuentra sumergida en una vorágine de “desunión”. Por un lado, Costa Rica bregando en su marcha por relativamente buen camino; Nicaragua, aislada del resto en su modelo sandinista; y el triángulo norte sumido casi en “Estados fallidos”, inestabilidad política, regímenes bastante deslegitimados y la desunión entre el régimen del presidente Nayib Bukele de El salvador y de Juan Orlando Hernández en Honduras. No creemos que a nivel “oficial” la efeméride sea fastuosa ni mucho menos armoniosa y coordinada conjuntamente por todos los regímenes. A nivel regional, pasará como una fecha para hacer alguna “fiestecita” y nada más.
- En tercer lugar, este inconveniente y dilema será “salvado” creemos por la academia. Efectivamente, los académicos del área, aglutinados en las “Escuelas de Historia” de nuestras universidades, tienen preparados dos sendos encuentros y congresos internacionales (en Costa Rica y México), que expondrán los avances investigativos en torno al Bicentenario. He ahí la importancia de las instituciones de educación superior y de la ciencia ante estas efemérides.
- En cuarto lugar, por lo que interpretamos, el marco del Bicentenario está provocando una especie de “revisionismo historiográfico” que está abriendo nuevas perspectivas temáticas en relación al estudio de la Independencia: Por ejemplo, se está pasando de los estudios positivistas centrados en las figuras de los “héroes” y las “batallas”, al estudio de temáticas más amplias e incluyentes, como por ejemplo el papel de los sectores subalternos en la Independencia, el tema de la construcción de ciudadanía y la representación política, las ideas políticas, las mujeres, los imaginarios de nación, etc.
- Finalmente, en quinto lugar consideramos que el Bicentenario debería ser una oportunidad para desplegar dos proyectos: A) a nivel de los Estados-nación internos, se debería trabajar en debates y mesas sociales que promuevan la reformulación de naciones pluriculturales e incluyentes, que reimaginen naciones más plurales, incluyentes y democráticas que aspiren al bienestar de las grandes mayorías. B) a nivel regional, se debería promover estrategias y políticas de “UNIDAD”. No necesariamente tiene que ser bajo el viejo filtro del “Unionismo del siglo XIX”, sino bajo esquemas que busquen integrar más nuestras sociedades: mediante una modalidad que otorgue una “ciudadanía centroamericana”, mediante mayor liberación del comercio, mediante una mayor integración de las industrias culturales y de las academias (circular la literatura, artes visuales, músicas, filmes de la región, así como la movilidad de docentes y alumnos). En suma, promover una mayor integración y encuentro de los centroamericanos más allá de las reuniones presidenciales del PARLACÉN o el SICA.
*Historiador hondureño, nacido en 1970. Profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
Excelente. Lo felicito.