La nueva orden ejecutiva del presidente de EE. UU. para restringir el asilo es criticada por grupos de derechos migratorios, que la consideran un retroceso humanitario y una maniobra electoral que perpetúa una visión deshumanizada de la migración
Tegucigalpa, Honduras. – Luego que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara una nueva orden ejecutiva destinada a restringir el asilo en la frontera sur –medida que llega en un momento crucial, apenas a seis meses de las elecciones presidenciales, y busca diferenciar su enfoque de las políticas de deportación masiva prometidas por su contrincante, el expresidente Donald Trump— se ha generado un fuerte repudio por parte de diversas voces dentro y fuera del ámbito migratorio, quienes ven en la decisión del mandatario estadounidense un acto que socava los principios humanitarios y políticos fundamentales.
Alianza Américas, una red de organizaciones lideradas por personas inmigrantes de origen latinoamericano y caribeño en Estados Unidos, denunció la orden ejecutiva del presidente Biden.
De acuerdo con Oscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas, esta medida supone una repetición de políticas fracasadas del pasado, tanto de administraciones republicanas como demócratas, que han fallado en abordar de manera efectiva la compleja problemática migratoria y sus causas subyacentes.
Del mismo, modo, Chacón enfatizó que el cierre de la frontera no sólo obstaculiza el acceso a la protección humanitaria que merecen miles de personas solicitantes de asilo, sino que también perpetúa una visión deshumanizada de la migración al utilizarla como moneda de cambio en el juego político electoral. “Al cerrar la frontera, la iniciativa impediría que miles de personas solicitantes de asilo busquen la protección humanitaria que merecen”.
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PERO, ¿DE QUÉ SE TRATA LA MEDIDA?
La acción ejecutiva propuesta por Biden, limitará drásticamente la posibilidad de las personas migrantes para buscar asilo en la frontera sur, adoptando una medida que recuerda a políticas anteriores de la administración Trump, tildadas de racistas e inhumanas. Esta orden, que busca desplegar la autoridad conocida como 212f entre los puertos de entrada, representa un obstáculo adicional para quienes buscan seguridad y protección en suelo estadounidense.
De acuerdo con la proclama presidencial, las personas que crucen de manera irregular serán devueltos a México o a su país de origen.
La nueva regulación hace tres cambios principales al procesamiento actual bajo el Título 8 de las autoridades de inmigración durante los periodos de mayor número de encuentros fronterizos:
En primer lugar, se destaca que los no ciudadanos que crucen la frontera sur de manera irregular o sin autorización, por lo general “no serán elegibles para asilo”, salvo en circunstancias excepcionalmente apremiantes y a menos que estén exentos por la proclama presidencial.
En segundo lugar, los no ciudadanos que crucen la frontera sur y sean objeto de un procedimiento de remoción expedita mientras esté en vigor la limitación sólo serán referidos para una verificación de temor creíble con un oficial de asilo si manifiestan o expresan temor a regresar a su país de origen o al país al que serán removidos, temor a ser perseguidos o torturados, o una intención de solicitar asilo.
Y, en tercer lugar, Estados Unidos seguirá examinando a las personas que manifiesten temor, y que no puedan acogerse a una excepción a la regla de suspensión de remoción y a las protecciones de la Convención contra la Tortura.
Esta política será dinámica, con la capacidad de activarse o desactivarse según los flujos migratorios diarios. Altos funcionarios del gobierno explicaron que la medida se levantará cuando el promedio diario de encuentros en los puertos de entrada sea inferior a 1,500. Por el contrario, se activará nuevamente cuando estos encuentros alcancen los 2,500 por día.
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SE DEBEN CREAR VÍAS EFECTIVAS
La convergencia entre el presidente Biden y legisladores republicanos en un ataque político contra las personas migrantes es vista como una afrenta a los principios humanitarios básicos y una evidente desviación del verdadero enfoque que debería darse a los desafíos reales que enfrenta la nación.
Alianza Américas, sostiene que las acciones ejecutivas no deben ser punitivas, sino que la administración Biden debería concentrarse en crear vías efectivas para atender a las personas vulnerables que huyen de sus países de origen.
En medio de esta polémica, Oscar Chacón destaca que los datos y hechos demuestran que las personas migrantes contribuyen positivamente a la economía de Estados Unidos y desempeñan roles fundamentales en las comunidades donde residen. Sin embargo, lamenta que los esfuerzos políticos continúen desviándose hacia una narrativa antiinmigrante, obviando soluciones tangibles a problemas como la desigualdad económica, el costo creciente de la atención médica y la falta de protecciones sociales básicas.
“Ante la narrativa antiinmigrante, nos oponemos a cualquier político de cualquier partido, incluido el presidente Biden, que nos ataca con medidas que sólo aumentarán el número de personas expulsadas de Estados Unidos, muchas de las cuales enfrentan persecución, peligro, y un sufrimiento inmenso”, enfatizó Chacón.
Bajo este contexto de medidas más restrictivas, Alianza Américas insta a un cambio de paradigma en las políticas migratorias, uno que se base en la justicia y la equidad, y que vea a Estados Unidos como un ejemplo de protección y apoyo efectivo a quienes se ven obligados a migrar.
Pero, lamentó que la nación del norte, esté alejándose de ese ideal, adoptando medidas que sólo incrementarán el sufrimiento de quienes huyen de la persecución y el peligro en busca de un refugio seguro.
