¿Qué hubo y hay en Ucrania? guerra, génesis y deriva de las naciones y de sus discursos

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

en recordación de Jan Bazant

Lo primero es entender que en Ucrania el problema NO es que pueda haber guerra, sino que una guerra civil que ha reclamado más de doce mil víctimas fatales, desde hace siete años, pueda degenerar en una guerra mundial ¿A cuenta de qué cree V. Putin, reclamó enérgico ante el mundo J. Biden ayer, que puede reconocer nuevas naciones dentro del territorio del vecino? ¡Por supuesto que es una treta transparente, imperialista, reconocer las noveles autoproclamadas repúblicas del Donbas, para luego protegerlas contra el peligro ucraniano! Cuando Moscú interpreta que para ese fin, ¿tiene que atacar al resto de Ucrania y bombardear Kiev? ¿Pero por qué habrían de estar dispuestos Putin a arriesgar tanto y el Nord Stream, y Biden y OTAN su aliado, a involucrarse en un conflicto volátil en los confines de de Europa con Asia? Pues no lo sé de cierto, pero cuando el Tercer Reich la invadió y ocupó de 1941 a 1944, de paso humillando a la URSS de Stalin que la abandonó, A Hitler proclamó que Ucrania habría de ser LA joya del Imperio Nazi, y ordenó a la SS implementar la monstruosa limpieza etnocida de la Operación Barbarroja, para despejarla.

Dispone además de 16 plantas de energía nuclear, una sustancial infraestructura e industria para fabricar cohetes y armas. Pero en la rica Ucrania, hoy trágica, las supuestas democracias imperialistas se disputan además de posicionamientos y recursos geoestratégicos, la mayor elaboración de aceite vegetal del Viejo Mundo, y grandes producciones de granos, avícola y lácteos, en uno de lo suelos más fértiles del planeta ¡capaz de alimentar-según expertos- a una décima parte de la población mundial! A la vez, se pelean por reservas, entre las más grandes del globo, de metales indispensables, uranio, titanio, mercurio, carbón, hierro, gas…. Sobre la superficie de esa gresca, flota una arcaica reyerta de contradictorios reclamos y derechos, señuelos y fantasías identitarias. ¿Qué cosa es ser ucraniano o un ruso en Odesa?

El mapamundi es un rompecabezas de jurisdicciones nacionales que contienen -cada una- un mosaico de etnias contrapuestas, el que solo se visualiza con el kaleidoscopio del cambio continuo, a menudo violento. Históricamente, esas contradicciones se complicaron más aún por la vieja política de colonización de los imperios y casi todas las monarquías y estados autoritarios que, induciendo migración o forzando expulsiones, buscaban poblar, o vaciar, fundar ciudades y controlar territorios recién conquistados, o mal dominados, de modo que se desdibujaba su carácter étnico original. Así sucedió por ejemplo en el Sur y Oriente de Rusia, donde Catalina apodada La Grande, estableció Odessa ca. 1775 sobre una fortaleza conquistada al turco, entre muchas ficticias y reales colonias militares y fundaciones fingidas de Potemkin.

En América Latina hay, desde la bicentenaria Independencia hasta nuestros días, una compleja temática de nacionalidades (por más recientes aún más arbitrarias y artificiales) contrapuestas a identidades étnicas antiguas, que sobreviven, evolucionan y se enredan con los mestizajes y la etnogenesis. Por ejemplo en Centroamérica, a fines del siglo XIX, una decena de etnias quedaron repartidas entre los países colindantes. Aunque en todos, los mestizos raza de bronce, prevalecieron y se alzaron con la nacionalidad a la que exigen la ¿filiación universal y exclusiva de sus ciudadanos? No sé si entiendan estas contradicciones los norteamericanos, que, desde el s. XVII, se conciben como pueblo escogido. Y usan ese mito contra los derechos de los nativos que estaban en posesión del territorio, antes de llegar los peregrinos de Plymouth y hoy residen en reservas, los derechos de los esclavos que traficaron sus ancestros puritanos y hoy siguen discriminados, y los de los inmigrantes que se introdujeron en sucesivas oleadas, sin terminar de integrarse, en el último siglo…. Y lo usan también contra sus vecinos aliados. Casi todos entendemos el problema de las minorías, y los europeos deberían entender -mejor que nadie- la letalidad del nacionalismo. Y el destino fatal del imperialismo.

Así se explica que las naciones y las potencias exacerben hoy un conflicto de etnia-nación. Olvido muchos detalles ya, pero cuando estudié su historia en EUA, se me enseñó (el catedrático y los libros asignados) que la palabra Rusia y la idea de que los Rus[1] constituían una nación provenía de la constitución, en el siglo IX, de una Liga de príncipes comerciantes, basada en Kiev (a la cual -recién conquistada- el Príncipe Oleg declaró Madre de las ciudades rusas).

La liga de los rus de Kiev quería proteger la ruta comercial que iba del mar Negro (y el Mediterráneo) al mar Báltico y el Atlántico Norte. Así, una inmensa formación geográfica articulada al eje del gran Río Dniéper, aseguraba el intercambio con el Asia remota, el Imperio Romano de Oriente, y luego entre el Imperio Turco en el Sur, y La Europa del Norte. Esa formación se habría consolidado eventualmente cuando, a la vuelta del primer milenio, Rurik trasladó su sede a Novgorod, y al caer el Rus de Kiev, sus pobladores interactuaron con otras generando nuevas mezclas, como el ucraniano. Aun los más remotos héroes culturales ucranianos, como Bohdan Khmelnytsky reconocen esa filiación, aunque después surgió un reclamo nativista y Ucrania ha luchado por su Independencia, contra sucesivos imperialismos desde 1801, y en 1919. Y los revolucionarios fundadores de la Unión Soviética se la otorgaron reconociendo que no se podía fundar la Unión sobre la opresión.

Vistas esas peculiaridades históricas sin embargo y que Kiev fue la cuna de la cultura y la nación Rusa, antes de que existiera Ucrania, ¿acaso no es curioso que EUA acuse a Rusia de tiranizar al vecino con su treta de reconocer a los estados rebeldes? Porqué ¿Qué harán entonces Europa o Estados Unidos con su propia historia? ¿En dónde, previa invasión y guerra injusta, reconoció EUA a la inmensa República de Tejas, secuestrada por sus colonos, como Independiente, entre 1836-1846, antes de ocuparla y anexarla para protegerla del rescate mexicano en 1847? ¿A cuenta de qué el Presidente T. Roosevelt tenía derecho a promover la engañosa Independencia de Panamá (1901-1903), con respecto a Colombia (cuyo Congreso procrastinaba) para reconocerla, como nación e inmediatamente concertar con los padres de la patria hechiza, la concesión de la Zona canalera?

Al final, debo decir que no sé si Putin entiende lo que ha hurgado del hormiguero etnohistórico con su vetusta pica de imperialismo nacionalista, no se si entiende que su romance tampoco justifica los desastres de la guerra, que no van a ser únicamente desastres ucranianos. Circulan cientos de especulaciones, extrapolaciones, proyecciones y delirios. Lo único que puedo ver es degradación y locura. ¡Que Santa María, Santa Sofía y San Miguel se apiaden de sus victimas!

El Carmen, febrero 23, 2022

[1] Acaso descendiente de inmigrantes iraníes y escitas mezclados con pobladores de las estepas rusas.