Tegucigalpa. – Las protestas resurgieron durante el tiempo de finalización del mandato de Hernández y el inicio de la administración de Xiomara Castro, lo que ha llamado la atención de varios sectores porque en su mayoría son exigencias al cumplimiento de promesas de plazas de trabajo que habían sido prometidas por el gobierno pasado, que ahora han recaído sobre el nuevo gobierno.
Maestros, personal de primeria línea, trabajadores del transporte público, entre otros sectores del país han mantenido protestas y plantones para exigir trabajo permanente o el cumplimiento de algún derecho laboral.
Sobre este contexto, el analista y abogado Josué Murillo, pensó en dos escenarios, ambos totalmente opuestos pero posibles, el primero que comentó a Criterio.hn es que la población encuentra más apertura en la dinámica de gobierno de Xiomara Castro, que consideran parecido al gobierno del expresidente Manuel Zelaya Rosales.
“No esperan brutalidad militar y policial al momento de manifestarse y consideran que el gobierno entiende la validez de la protesta social, la cual ellos también ejercieron cuando fueron oposición política”, explicó Murillo y agregó que sería inclusive contraproducente para el gobierno iniciar a reprimir las voces de los sectores que piden que se les cumplan ciertos derechos.
Por otra parte, reconoce que estos problemas han sido heredados por las malas decisiones de Juan Orlando Hernández, porque no tomaron las medidas en el tiempo oportuno, más bien utilizaron esta convulsión como estrategia politiquera perversa para afectar al nuevo gobierno.
Respecto al otro escenario, expresó que los sectores tuvieron tiempo de manifestarse en diciembre, cuando el gobierno Hernández ya había perdido fuerza, sin embargo, lo hacen hasta que entra Xiomara Castro, lo que puede verse como una estrategia desestabilizadora para manchar la imagen de un gobierno que apenas inicia funciones.
Pese a esto, piensa que dicha situación está más relacionada al primer escenario, porque existe voluntad del nuevo gobierno de resolver los problemas y dar a los sectores verdadera justicia social, respeto a los derechos laborales y garantizar los factores para un trabajo eficaz y eficiente, lo que no fue prioridad durante la gestión del anterior gobierno.
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HABÍA REPRESIÓN, PERSECUCIÓN Y ASESINATOS
Por su parte, la investigadora del Centro de Estudio Para la Democracia (CESPAD), Lucía Vijíl señaló que hay dos factores que están agudizando las protestas en el país, el primero es la dinámica donde se acostumbra que, al iniciar un nuevo gobierno, este inmediatamente debe despedir a todos los funcionarios del gobierno pasado.
Sobre esa dinámica de Estado de las instituciones públicas, expresó que está condicionada a los votos y la parcialidad de los partidos políticos en el gobierno, quienes no han sido ubicados por méritos sino por enlaces políticos.
“Existe temor a ser excluidos de esta nueva apuesta liderada por la presidenta Xiomara Castro”, dijo la investigadora y, además, destacó que otro aspecto es que el espacio cívico y democrático estaba completamente cerrado cuando Juan Orlando Hernández estuvo en el poder durante ocho años y el mismo Partido Nacional durante 12 años.
Por esas razones, las personas ven que ahora hay tanta apertura con movimientos sociales, mesas de transición, diálogos con diversos sectores donde se habla de solventar problemas, entonces inmediatamente todos los sectores se suman a exigir lo que por 12 años no habían podido encontrar y, por el contrario, eran recibidos con represión, persecución y asesinato.
Vijíl señaló que está claro que las protestas van a continuar y seguirán exigiendo sus derechos, pero es oportuno hacer un llamado consiente a la ciudadanía, es decir, entender que el gobierno de Xiomara no podrá resolver en cuatro años lo que destruyó el Partido Nacional durante 12 años.
Además, apuntó que habrá espacios coyunturales que se van a presentar para construir y empezar a trabajar, pero razonó que “Castro no puede restaurar todos los derechos cívicos y políticos que fueron negados por el régimen Hernández”.
