Cuando la vida es un martirio

Políticos farsantes

Por: Oscar Miguel Marroquín

Todos sin excepción dicen preocuparse por los pobres, utilizan este concepto para rellenar sus tan trillados discursos en cada campaña electoral, por si fuera poco, buscan la mejor fotografía que les haga aparecer abrazando algún niño o niña harapiento y con su carita sucia, otros van en sus lujosas camionetas hasta lugares donde los pobres ya cruzan la frontera entre la pobreza y la miseria y ahí se sacan la mejor estampa.

Parece pues que los políticos no quisieran que la pobreza se terminara en Hondura porque con ello también se les terminaría el bochornoso discurso de ser los redentores:

De los que se acuestan día con día sin comer,

De los eternamente desempleados,

De los que no tienen escuelas donde aprender,

De las empleadas tratadas como prostitutas en algunas empresas o bancos,

De los miles que ahora huyen de la miseria y la muerte a los Estados Unidos,

De los niños y niñas que a diario viven y duermen en la calle,

De las madres que ven morir a sus hijos o hijas por falta de atención médica,

De los estudiantes asesinados a manos de los Escuadrones de la Muerte,

De los ambientalistas como Berta Cáceres y otros, también asesinados.

De todo esto se adueñan para elaborar sus baratos y patéticos discursos, repetidos una y otra vez sin cesar, sin darse cuenta de que todas esas mentiras juntas ya no son creíbles y que por esa sola razón el número de votantes es cada vez menor, pues cada vez sus sombrillas discursos ya no encierran importancia alguna en la población.

¿Cuántos hombres y mujeres en estado de retiro laboral, podrían obtener mejores condiciones de vida si los gobernantes destinaran el dinero utilizado para las melodramáticas campanas, en el incremento de las pensiones?

¿Cuántas bibliotecas virtuales podrían construirse en todo el país, si los funcionarios públicos, ministros y diputados pagaran su propia alimentación y otros gastos como por ejemplo el de transporte y dejaran de percibir tan onerosos salarios?

¿Cuántas casas para los desposeídos podrían construirse con todo lo robado por los políticos?

¿Dónde entonces esta ese sentimiento humano que dicen tener por los pobres y miserables de este país? 

Ahora mismo miles de mujeres cargando en brazo a sus hijos huyen de esta patria que les vio nacer, y no huyen por creer en discurso alguno de la farsa política, lo hacen justamente porque ya no creen, porque ya no encuentran una sola razón para tener esperanza en el futuro más cercano, es decir, lo mismo les da si gobierna un liberal, nacionalista o melistas, la confianza ya se ha perdido. De la baratija llama nueva ruta, que podría decirse, si estos solamente son pequeños caninos queriendo lamer el hueso.

Desde mi particular punto de vista, creo que es la hora del pueblo, de la organización y lucha social, es decir, del reclamo social hacia un sistema político y económico caduco que solamente ha servido para la creación del incremento de la pobreza y de la miseria a lo largo y ancho del país.

  • Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
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