Francisco Morazán, es el departamento con más incidencia de femicidios, registra 86 muertes violentas de mujeres, seguido por el departamento de Cortés con 51 y Colón con 17 asesinatos de mujeres
Tegucigalpa, Honduras. – La violencia de género, expresada en su forma más dantesca: el femicidio, acabó con la vida de 34 mujeres, sólo en el mes de julio, entre ellas, niñas y adolescentes
El Centro de Derechos de la Mujer (CDM), informó que desde enero hasta el cierre de julio ya se contabilizan 274 femicidios.
Uno de los elementos que llaman la atención y además enciende las alertas es que 8 niñas y mujeres jóvenes fueron reportadas desaparecidas, y posteriormente encontradas sin vida.
Pese a estas cifras y a las exigencias de las organizaciones de mujeres, desde la institucionalidad del Estado, aún no se generan mecanismos para contrarrestar este flagelo.
Migdonia Ayestas, directora del Observatorio Nacional de Violencia (ONV) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en una entrevista con Criterio.hn refirió con en relación a las muertes violentas de mujeres “vemos que este año –más que otros— ha crecido exponencialmente”.
De acuerdo con la analista en materia de seguridad, al día más de una mujer es asesinada.
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ESTADO SIN COMPROMISO EN COMBATE A LOS FEMICIDIOS
Desde las organizaciones de mujeres y feministas en reiteradas ocasiones han señalado la importancia de tener herramientas legales para contrarrestar este flagelo y que genere mecanismos de protección para las mujeres y sus hijos e hijas.
En el análisis de Claudia Herrmannsdörfer, del Equipo Jurídico por los Derechos Humanos, “el Estado no está comprometido en implementar un abordaje integral de las múltiples causas de las violencias contra las mujeres y no quedarse en la mera superficie”.
Este abordaje que plantea Herrmannsdörfer, se encuentra plasmado en la propuesta de Ley Especial Integral contra las Violencias hacia las Mujeres ya que contienen intervenciones y lineamientos dirigidos a todas las instituciones públicas responsables de brindar respuesta.
Sin embargo, la referida propuesta –presentada hace más de un año a la presidenta Xiomara Castro— no ha sido enviada al Congreso Nacional.
En ese sentido, urgen a la Castro remitirla al Legislativo para su urgente aprobación ya que las organizaciones consideran que a través de la Ley se podrá asegurar a las mujeres hondureñas su derecho a vivir libres de violencia.
“Es un paso adelante que se debe asumir ya, con mayor razón ahora que se cuenta con mujeres dirigiendo espacios decisivos como el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial”, enfatizó Claudia Herrmannsdörfer.
El derecho a vivir libre de violencia se plasma en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belem Do Para”, en el capitulo dos articulo 3 donde se señala “toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”.
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DEPARTAMENTOS CON MÁS INCIDENCIA
El CDM destaca en su análisis los departamentos con más incidencia de femicidios. Francisco Morazán, zona centro de Honduras aparece a la cabeza con 86 muertes violentas de mujeres, seguido por el departamento de Cortés con 51 y Colón –al norte del país—con 17 asesinatos de mujeres
Entre los departamentos con menos incidencia de femicidios están: Valle y Ocotepeque con dos, islas de la Bahía reporta una muerte violenta y Gracias a Dios que hasta lo que va del año no reporta ninguna mujer asesinada.
Con relación al tipo de arma, el arma de fuego se utilizó para quitarle la vida a 165 mujeres, en 46 femicidios no se determinó, en 34 fue con arma blanca y 28 femicidios fueron perpetrados con arma incendiaria o explosivos producto de la peor masacre registrada al interior de la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) donde 46 mujeres fueron asesinadas el pasado junio.
Ante este escenario, para Migdonia Ayestas es pertinente que la sociedad hondureña entienda que la violencia de género “no es natural”.
En ese sentido, señaló que en la sociedad hondureña al hacer diferencias entre la niña y el niño sobre las actividades que pueden o no hacer “no les estamos enseñando que son iguales, sino que el papá manda, el hermano mayor manda y que las las mujeres debemos obedecer”.
