Tegucigalpa, Honduras.- Como parte de las arbitrariedades a las que se exponen pobladores de zonas de alto interés privado y conservacionista, un octogenario nativo de Islas de la Bahía, Roatán, denunció este fin de semana el despojo de algunos productos del mar que pescó de forma artesanal para alimentar a su familia, que pasa hambre por el paro económico a causa de la pandemia de Covid-19.
Nestor Fernández “Chapagua”
Don Néstor Rodríguez Fernández, conocido como “Chapagua”, residente en Punta Gorda, Roatán, denunció que el viernes anterior salió a pescar y fue detenido por personal de la oenegé conservacionista Marine Park, entidad que en enlaces de internet presenta “servicios de la empresa”, con oficina y una eco-tienda en West End Road, West End.
“Ya había pescado dos pescados y una langosta, me tiraron la lancha como enemigo porque yo no quería ceder; para montarme a la lancha me tiraron de la camisa y me llevaron detenido dos horas a French Harbour, después nadie me quería venir a dejar”.
“Por qué hacen eso a una persona de 80 años como yo, tengo mi arma para comer no para ir a vender, mis patrones se fueron por eso de la pandemia y estoy sin trabajar; le dije a mi esposa que iba a buscar qué comer, qué puedo hacer, yo les pido respeto”.
La Ley de Pesca, publicada en 2015 asegura el respeto del ambiente en las distintas actividades pesqueras y acuícolas, protección, conservación e implementación de prácticas de pesca responsable para el balance pesquero y sustentabilidad del recurso.
En el debate para la aprobación de la ley en 2014, el representante del Foro Mundial de Pesca, Jorge Varela, advirtió que se “está eliminando al pescador artesanal y se atentando contra la biodiversidad marina, entonces este es un atentado contra la soberanía nacional y todos los pescadores del país, unos 40 mil pescadores del Golfo de Fonseca y el Litoral Atlántico”.
“Ya se le regalaron miles de hectáreas a las fincas camaroneras que provienen de España, Panamá, Estados Unidos, mediante concesiones”, aseveró Varela.
La Organización Fraternal Negra de Honduras, (OFRANEH), mantiene la denuncia de que el Proyecto Turístico Bahía de Tela, inserto entre las comunidades garífunas de Barra Vieja, Miami, Tornabé, San Juan Tela, La Ensenada y Triunfo de la Cruz, son afectadas en sus actividades de pesca artesanal, como por el desplazamiento de sus comunidades.
En su sitio web la organización conservacionista incluye esta presentación, “juntos, en asociación con individuos, comunidades, empresas, fundaciones y gobiernos podemos mantener nuestros océanos limpios, nuestros corales vibrantes y nuestra comunidad saludable”.
El área cuenta con cinco lanchas patrulleras, con un guardaparque y apoyo de la Fuerza Naval de Honduras para la aplicación de las leyes, regulaciones y mejores prácticas ambientales de Honduras.
Se da protección a corales, tortugas, tiburones, caracoles, langostas y peces loro, sin embargo, conforme a denuncias de esta naturaleza no existe espacio para la pesca de subsistencia cuando el hambre y desempleo abate con más crudeza a gran parte de la población del país.
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