Pastilla a base de heces fecales para curar la diabetes y otras enfermedades

Por: Redacción CRITERIO

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Tegucigalpa.- La ciencia avanza a cada minuto. Gracias a la investigación, hitos que parecían impensables hace relativamente poco se han convertido en realidad. Y es esa progresión incesante la que coloca de nuevo al ser humano frente a la expectativa de la posible llegada de otra pequeña revolución científica.

Sólo el tiempo dictaminará su verdadera dimensión. Se trata de la posibilidad de, mediante una pastilla, poder atenuar, e incluso erradicar, algunas enfermedades como la diabetes, o eliminar las dichosas bacterias resistentes a los antibióticos.

¿Y qué contiene esa pastilla que la hace tan especial? Pues bacterias fecales de una persona con una microbiota (flora intestinal) sana. “La idea es liofilizar [extraer el agua] de esas bacterias para después colocarlas en una pastilla que sería utilizada a modo de tratamiento o de manera profiláctica”, explica a La Vanguardia Climent Casals-Pascual, microbiólogo, consultor del Centre de Diagnòstic Biomèdic del Hospital Clínic y miembro del equipo que dirige esta investigación. “Se trata de un proceso muy limpio, que se encuentra en un estado embrionario, y que puede tener aplicaciones en enfermedades como la hipertensión, la diabetes o la obesidad”, agrega.

De hecho, este procedimiento, aunque de una manera totalmente distinta, ya se lleva a cabo. Y es que el potencial de las bacterias sanas “se conoce desde hace un siglo”, subraya Casals-Pascual. “Lo que pasa es que la gente ha sido un poco escrupulosa al respecto”, puntualiza.

Hoy en día, esta técnica se materializa a través de una colonoscopia, donde previamente se han obtenido las bacterias sanas de una persona con una microbiota saludable que se transfieren al paciente mediante lo que se conoce como un trasplante fecal.

En el mundo animal, esta manera de proceder, llevada obviamente a la práctica mediante otra estrategia, está muy extendida. “Hay animales, como los pandas, los koalas, los hipopótamos o los elefantes, que se comen las defecaciones de sus madres.

Y lo hacen para tener la flora bacteriana adecuada”, defiende este microbiólogo del Clínic. Hay estudios sólidos que demuestran, según este investigador, que las bacterias sanas acaban erradicando las malas.

El proyecto, que nace de la colaboración entre los departamentos de enfermedades infecciosas y de microbiología del Clínic, también podría tener aplicaciones en el campo de la salud mental debido a la curiosa conexión que existe entre el intestino (las tripas) y el cerebro.

“El dolor de estómago repentino cuando nos ponemos nerviosos es algo universal, y es que existe un circuito (nervios) que conecta ambos órganos”, recuerda Casals-Pascual. Y como todas las conexiones, ésta también funciona en el doble sentido. “Hay observaciones, casi todas en modelos animales, que sugieren claramente que determinado tipo de microbiota puede afectar al estrés, la angustia-ansiedad, y por tanto, son susceptibles de ser modulados”, agrega.

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