La batalla por la justicia

Palabras y visión de Joe Biden hoy, Candidato

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

Pudiera ser peor. Aún el New York Times advirtió anteayer en primera plana que estratégicamente, para EUA estas guerras pudieran ser una distracción, de la cual tomarían ventaja sus rivales mayores. Hoy un discurso presidencial sobre Estados Unidos y el Mundo, dirigido a su auditorio nacional, aun si transmitido al globo, desde su escritorio en la Oficina Oval, inmediatamente después de su viaje a Israel (y recordando otros viajes suyos audaces, a zonas de conflicto) y anunciando que va a mandar al Congreso la próxima semana -en medio de una crisis puesto que los Representantes no han logrado elegir a El Orador que conduce el debate desde hace más de dos semanas- una solicitud de ampliación de presupuesto, para resarcirse de las armas que les da a sus aliados, es un hecho político trascendental.

Mientras Trump, el casi seguro candidato rival republicano sigue luchando contra los fiscales que lo acusan de todo tipo de locuras y acciones criminales atentatorias contra la seguridad nacional, Biden recuerda a los estadounidenses que hay que ser responsables. Les sintetiza su sueño hondo, que no es el mismo que el de los migrantes, si no otro más etéreo y grandioso, y explica que su propia seguridad depende al final de esa seguridad global, lo cual tiene una lógica sólida.

¿No habrá otra forma? Quien sabe que tenga que ver, la noticia dudosa sobre la identificación de cientos de objetos voladores no identificados en el último año por parte del Pentágono, lo cual destacan como noticia muy importante varios órganos de la prensa mundial concatenados. Juan Guaido y los filibusteros de Trump olvidados, agrada sobre manera el levantamiento de sanciones a Venezuela luego de un acuerdo que conduce a elecciones presidenciales.

Pero el discurso último del presidente Joe Biden escuchado con atención transmite con claridad un mensaje que defiende la hegemonía estadounidense como policía del mundo que debe mantener su estatus de potencia superior no cuestionada. Y apenas se queda corto de declarar una tercera guerra mundial, insinuando en un par de ocasiones que no la desea, ni ningún escenario en que pudiera explotar. Pero invocando los visibles territorios en que peligra la paz, Ucrania por supuesto (a la que solamente ha de enviar suficientes armas), Israel, al que no dejará solo ni dará la espalda, aunque ha negociado con Egipto un puente de asistencia humanitaria a Gaza, lo cual le quita la presión a Hamás y explicita el apoyo a la solución de los dos estados. Y agrega que hay causa de conflicto en lo que llama el Indo Pacifico, apelando a las necesidades de seguridad de India, y en otro extremo insospechado, a Lituania, que dice que Putin llama una provincia rusa.[1] También en esa frase, el discurso de Biden menciona a Putin olvidado de su condición oficial, analogándolo con Hamás, mientras hace la lista de enemigos. Un discurso guerrerista. No menciona a China propiamente. El Sur ya se sabe, no existe, es dispensable.

Tampoco tendría que extrañar en cambio el concepto que repite varias veces su Sr presidente de que Estados Unidos es el país indispensable (frase que atribuye a Madeleine Albright que habló de nación indispensable hacia 1988),[2] un país del cual muchos otros dependen para defender su libertad e independencia, el país que ha formulado, desde su Independencia los valores de la comunidad mundial, y defendido los derechos humanos, la libertad y democracia. Y por lo mismo, uno está llamado a superar sus contradicciones internas para cumplir y desempeñarse en la escena internacional en defensa de sus obligaciones esenciales. Varios estudiosos se han referido a esa frase de indispensable country como expresión de la Utopía Americana, América as Ideal

Un ideal que no toma en cuenta las diversas culturas, leyes, interpretaciones posibles, ni mucho menos los intereses concretos del estado americano y los muchos particulares de sus empresas privadas como móviles de su política. Y un discurso que busca resonar con el auditorio estadounidense nacionalista, el del interior Rojo de Estados Unidos, el que elige candidatos y presidentes republicanos, esa América provinciana y aislacionista que siempre ha sido antes que nada indiferente a su exterior y muy reacia a involucrarse en guerras.

Aun si para los hacedores de la política exterior estadounidense (en las grandes ciudades costaneras y sus complejos industriales) es una necesidad, y le ha sido de mucha utilidad a su economía, ir a la guerra.[3] Quizás por eso, aunque se complace de no tener que enviar soldados estadounidenses -y lo repite- a Israel ni a Ucrania, al final J. Biden solo insinúa que pudiera llegar a que en cumplimiento de sus obligaciones firmadas con OTAN ¡EUA pudiera llegar a enviar tropas a Lituania! Con eso remata el discurso, que ojalá sea más retórica que curso de acción anunciado ante una proliferación de escenarios de conflicto. Porque la mutación de las guerras marginales en guerra mundial no le conviene a nadie, ni a los rivales ni a cualquier victorioso que pudiera declararse, si sobrevive.

Seúl, 20 de octubre 20230     


[1] Lo fue por supuesto en un sentido figurado, hasta hace muy poco tiempo. Biden es de nuestra generación, que presenció la disolución de la Unión Soviética 

[2] Han sacado de un cajón de madera de un archivo vetusto, y hace tiempo que no se invoca esa noción de halcón. La entonces Canciller, de origen este europeo -como Kissinger y Brezinsky- uso esa frase cuando en 1988 se inició la nueva política exterior de Clinton de expansión de OTAN, que han dicho varios observadores, aun en aquel entonces y sin el hindsight de hoy, la más significativa política exterior americana desde el inicio de la Guerra Fría.

[3] Después de todo, luego de la primera Guerra Mundial EUA desplazó a Europa de las Américas y el Pacifico donde quedo de hegemónica y después de la Segunda Guerra desplazó a Europa del Asia e impulsó las independencias africanas. Eso significó mercados y recursos naturales que ayudaron para convertirlo en el país más rico del mundo

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