Olancho se posiciona entre los departamentos más violentos de Honduras

Foto: La Policía ha sitiado el municipio de Catacamas ante la ola de violencia que se ha desatado en el vasto departamento de Olancho

Tegucigalpa, Honduras. Durante el último mes, un conflicto armado entre elementos de la Policía Nacional y un grupo armado, que no resultó en pérdida de vidas humanas, sumado a la creciente ola de violencia y criminalidad, posicionó al departamento de Olancho, ubicado en la zona nororiental de Honduras, como uno de los más peligrosos del país, solo superado por Cortés y Francisco Morazán, de cara al cierre de 2024.

El 28 de noviembre de 2024, en Catacamas, municipio del departamento de Olancho, un grupo de civiles armados, se trasladaba en varias camionetas de lujo para brindar seguridad durante el velatorio de una persona asesinada días atrás. Estos individuos se enfrentaron con un grupo reducido de policías, quienes les solicitaron los permisos correspondientes para portar armas y les indicaron que no podían bloquear las calles, las cuales habían sido obstruidas con sus vehículos.

El enfrentamiento, que pudo haber terminado en tragedia debido a la actitud altiva de los miembros del grupo armado, concluyó con el decomiso de sus pistolas y rifles, presuntamente vinculados a empresas de seguridad privada. Se les citó a la estación policial para reclamar las armas si presentaban la documentación en regla, pero no acudieron.

Por lo anterior, y sumado al aumento de homicidios que, según datos del Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol), posicionan al departamento, ubicado en el nororiente de Honduras, como el tercero más violento al cierre de 2024, el secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, ordenó la intervención de la zona con el apoyo de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) a través de elementos de la Policía Militar del Orden Público (PMOP).

“Hemos ordenado a la Policía Nacional y sus direcciones especializadas la intervención total de la ciudad de Catacamas para buscar y capturar a los miembros de la estructura criminal que atentó contra la fuerza pública el día de ayer (28 de noviembre), en el momento en que se conmemoraba un sepelio. Ya se encuentran en el sector más de 200 funcionarios policiales reforzando las operaciones de la Jefatura Metropolitana de esa ciudad y tres Black Mambas. Hemos incautado ya 18 armas de fuego por portarlas visiblemente”, escribió Sánchez en su cuenta de X.

De hecho, el uniformado Miguel Pérez Suazo, jefe de operaciones policiales en Catacamas, mencionó en medios de comunicación que el Ministerio Público (MP) ordenó el requerimiento fiscal de varias de las personas que integraban el grupo armado y que, además, se les puede señalar por la comisión de diversos delitos, pero que todavía no se han realizado las capturas.

“Estamos haciendo un proceso de investigación. Ya hay requerimiento fiscal contra las personas a las que se les decomisó las armas y podemos considerar que se le pueden imputar no menos de siete delitos (…) Hay evidencias de que definitivamente cometieron el delito. Se está trabajando en la investigación para sustentar los delitos y que se sometan a un proceso judicial”, mencionó Suazo.

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DATOS DE OLANCHO

Y, lejos de la operatividad, los datos de Sepol, que resumen la conflictividad diaria en Olancho, muestran que este departamento es el tercero más violento de Honduras, representando el 10.4% del total de homicidios registrados hasta el 30 de noviembre de 2024.

Cortés y Francisco Morazán se mantiene en los primeros lugares referente a los homicidios y, por cómo ha ido escalando la criminalidad y violencia, Olancho se mantiene en el tercer lugar. Fuente: Sepol

 En Olancho no solo está escalando la criminalidad, sino que también están ganando terreno delitos como la extorsión, especialmente en los principales municipios. Según el analista en temas de seguridad Kenneth Madrid, esto se debe a que las autoridades están concentrando despliegues en Cortés y Francisco Morazán, lo que permite que las agrupaciones criminales se desplacen hacia otros departamentos, donde replican las mismas estrategias delictivas.

“En Olancho, rara vez se han llevado a cabo intervenciones de policías y militares durante este estado de excepción. Por lo general, las estrategias se concentran en Cortés y Francisco Morazán. Como consecuencia, las agrupaciones criminales comienzan a delinquir en otros departamentos de forma natural. Esto no solo se observa en Olancho, sino también en Choluteca, Comayagua, Colón y otros lugares”, explicó Madrid, exdirector de Seguridad y Justicia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

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Lo expuesto por Madrid tiene sentido. Durante el estado de excepción, las autoridades, en el marco del Plan Solución Contra el Crimen en sus diversas fases, han ordenado la intervención policial y militar en varios municipios de departamentos conflictivos como La Ceiba (Atlántida), Choluteca (Choluteca) y Tocoa (Colón). Sin embargo, no han presentado informes sobre los hallazgos encontrados, y se ha evidenciado que, cuando estas zonas son intervenidas, la criminalidad tiende a incrementarse en otros sectores.

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