Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa, Honduras.- Parece que los demócratas no tienen una posible afinidad como la tiene la administración republicana con el régimen que gobierna Honduras, sin embargo, las cosas no van a ser muy distintas porque lo que podría cambiar sería el estilo y el léxico, pero no los intereses.
Los demócratas no tienen posibilidad de la cordialidad de relaciones con el gobierno hondureño como sí la tiene Donald Trump, pese a esto Joe Biden fue vicepresidente de Obama y existen expresiones desagradables de Hilary Clinton refiriéndose al gobierno de Honduras de ese momento, destacó para Criterio.hn el historiador, investigador y catedrático universitario, Guillermo Varela Osorio.
Guillermo Varela Osorio
La coyuntura actual hace ver a los demócratas como más liberales, Biden ha criticado la política exterior de Trump de atrapar familias y encerrar a niños en jaulas; los demócratas también han marcado distancias cuando la lideresa de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hace como año y medio anduvo en Honduras y reusó reunirse con el mandatario Juan Orlando Hernández.
En la parte más superficial un eventual gobierno demócrata no sería igual con respecto a cómo Trump ha manejado las relaciones con Honduras, no creo que Biden suelte el pie sobre el cuello de Venezuela porque ahí son intereses corporativos los que dominan.
“Quizá Biden quiera limpiar la fetidez en que han convertido Honduras, aupado en la política de Trump, si no cambia el neoliberalismo extractivista quizás cambie el que nos desembaracemos de una lacra y su pandilla cercana”, apuntó el catedrático universitario.
Tampoco se espera que un relevo en Washington signifique, necesariamente, un mayor combate a la corrupción.
ISLAS DE OPOSICIÓN
En cuanto a la oposición política, Varela Osorio observa que en los últimos cinco años hubo un proceso de atomización que impide la creación de un frente amplio y sí el distanciamiento del bando que encabezó la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, particularmente Salvador Nasralla, sus más cercanos militantes y Luis Zelaya, precandidato presidencial del Partido Liberal.
“Nasralla y Luis Zelaya están más interesados en demostrarle a Estados Unidos que no tienen nada que ver con lo que encarnó LIBRE y Manuel Zelaya”.
“Están atacando visceralmente a LIBRE y a los órganos en los que el Partido Nacional tuvo que reconocer el derecho de LIBRE, que atacar al régimen como tal, esos desgastes entre la oposición a quien le beneficia, es al Partido Nacional y al oficialismo”.
Si se da una alianza más parece que sea entre Salvador Nasralla, Luis Zelaya y algunos partidos satélites que no tienen el menor peso y al que desgraciadamente y sin coherencia política están incluyendo al general Romeo Vásquez, socio, copartícipe de las acciones de retroceso de décadas, en una alianza de oposición.
Nasralla, Wilfredo Méndez, Rasel Tomé y Luis Zelaya se vio con simpatía y planteaba el por qué no se unía LIBRE, pero se están convirtiendo en pequeñas islas llamadas de oposición y así no van a hacer nada, continuó.
El Partido Nacional dirigido por la camarilla de Juan Orlando Hernández, más el voto duro y todas las estrategias fraudulentas que son capaces de montar, con el aparato estatal y recursos del Estado no ocupan más que el 25 por ciento del padrón electoral para quedarse nuevamente en el poder.
Si no hay un frente amplio con un programa político mínimo para restituir el Estado y limpiar las estructuras de la justicia, ese debe ser el norte para preparar la transición a la institucionalidad democrática y no otro.
Sobre la propuesta de las Ciudades Modelo como política para generar empleos e inversiones en el país, su desarrollo es la versión más grotesca de la desnacionalización de la élite política del país.
Si esto implica vender partes del país al extranjero, esto no plantea un problema ético o conflicto moral para una élite perversa, criminal y desnacionalizada.
Las Ciudades Modelo representan un delito de traición a la patria, son inconsultas y plantean una realidad en la que el territorio no va a desaparecer, el asunto es que son el comienzo del desmadre que comenzó con la captura del poder del Estado de esa élite.
No miro descabellado que en 30 años Honduras sea un país que se degrade a los niveles de Haití sino se endereza la ruta hacia la institucionalidad, aquí no se ve más que refugio para el crimen organizado porque van a funcionar con sus propias leyes, al estilo de la Grecia Helénica, concluyó el investigador de la historia nacional.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
Muy de acuerdo con este artículo