Tegucigalpa. Honduras. – En el imaginario social, los niños y niñas deben gozar de todos los derechos fundamentales y el Estado debe ser el garante de estos, sin embargo, en Honduras, país centroamericano cuyo nivel de pobreza alcanza el 73% de la población, mientras el 54 % vive en condiciones de pobreza extrema, y se suele ver a muchos niños y niñas que son víctimas del trabajo infantil.
“Lamentablemente el aumento del trabajo infantil en Honduras está en un 30 % más de lo que teníamos anteriormente”, expresó Cándida Sauceda, directora nacional de Casa Alianza Honduras.
El término “trabajo infantil”, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se define como “todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
Los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (EPHPM) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), hasta junio 2022 estiman que la población entre 5 y 17 años era de 2 millones 493 mil 468 niños y niñas. Un millón 246 mil 496 son niños es decir el 50% y un millón 246 mil 972 son niñas que también representa el 50%.
De estos más de dos millones de niños y niñas, según datos del INE el 44.7% de los niños y niñas de 5 a 17 años que laboran son trabajadores no remunerados, el 31.8% es del sector privado, el 4.6% trabaja por cuenta propia y el 3.3% son empleados domésticos.
Estos datos son reveladores y alarmantes, por lo que demuestran que las acciones del Estado en favor de la niñez hondureña han sido pocas; y como lo cataloga Wilmer Vásquez, director de la Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), el trabajo infantil es una problemática histórica.
“Muy poca reducción ha existido a pesar de algunos esfuerzos que se hacen para construir planes de acción para la erradicación del trabajo infantil”, evidenció Vásquez.
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CAUSAS DEL TRABAJO INFANTIL
Según datos del INE, el 84% de la niñez de 0 a 17 años se encuentra en situación de pobreza y un 65% en pobreza extrema. De acuerdo con analistas, estos indicadores son alarmantes ya que obligan a la niñez hondureña a buscar fuentes de empleos o una manera para generar ingresos economatos, ya sea para apoyar a sus familias o sobrevivir solos.
En este contexto, entendiendo la pobreza como un problema estructural que se traduce en afectaciones al goce y ejercicio de los derechos humanos, es amplificada por el poco acceso a la educación, inseguridad alimentaria, el desempleo y la inseguridad, siendo la niñez lo más afectados.
Para Wilmer Vásquez, una de las causas que abonan al trabajo infantil es el desempleo que viven los hondureños. “La niñez y la adolescencia tienen que asumir responsabilidades que les corresponde a los adultos, ya que no tienen acceso a empleos ni salarios dignos”, refirió Vásquez.
La data del INE registró un incremento en la tasa de desocupación, lo que antes se conoció como desempleo abierto, en el período 2017-2022, el incremento fue 2.2%, es decir el desempleo actualmente es del 8.9%
Otras causas, más allá de las estructurales, están las impredecibles como la Pandemia de la Covid-19 y desastres naturales, como las tormentas Eta e Iota. La pandemia como las tormentas tropicales en el 2020 dejaron daños, muerte y más pobreza en Honduras.
Para Cándida Sauceda, estos acontecimientos incrementaron la necesidad y con ello el trabajo infantil, la mendicidad, el trabajo y explotación infantil y la migración de niños y niñas que viajaban solos o acompañados.
Durante el 2022, el Observatorio de Migraciones Internacionales en Honduras (OMIH) registró el ingreso de 14 mil 334 niños, niñas y adolescentes retornados de Guatemala, México y Estados Unidos
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RIESGOS DEL TRABAJO INFANTIL
A fin de erradicar el trabajo infantil que, de acuerdo con Héctor Espinal, vocero del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Honduras, cerca del millón de niños y niñas forman parte del trabajo infantil, se han creado acuerdos y normas internacionales.
El Convenio sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo —establece la edad mínima de 14 años para trabajar y medidas para proteger a la niñez de las peores formas de trabajo infantil- y, el Convenio sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil, estas normas fueron adoptadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), mismas que prohíben el trabajo infantil y promueven su eliminación.
Pese a estas normas y los acuerdo internacionales, en Honduras se ha hecho normal observar a niños en los mercados municipales, semáforos, unidades de transporte y otros espacios, ya sea como vendedores ambulantes, limpiando vidrios de carros, o ayudantes de cualquier oficio.
Héctor espinal, detalló que el Honduras hay tres rubros donde más se observa el trabajo infantil, como ser la agricultura, la corta de café, el sector informal de la economía.
Dentro de los principales riesgos que corre la niñez hondureña está el abandono del Estado al no garantizarles sus derechos fundamentales como educación, salud, vivienda, y gozar de una vida plena.
Otra de las preocupaciones de las organizaciones que trabajan en pro de los derechos de la niñez, es que se convierten en presa fácil del reclutamiento de maras, pandillas y crimen organizado.
La niñez está siendo usada para narcomenudeo, sicariato, y otros ilícitos; ningún hogar se hace rico con un niño trabajando, enfatizó Héctor Espinal.
Sólo en el primer trimestre del 2023, Honduras, país centroamericano con altos niveles de violencia, registró la muerte violenta de 151 Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes (NNAJ).
Ante esta situación las organizaciones de sociedad civil instan al Estado hondureño a poner en marcha el Consejo Nacional del Sistema Integral de Garantía de Derechos de la Niñez y Adolescencia en Honduras (Sigadenah). Sistema integral aprobado mediante el Decreto Ejecutivo PCM-020-2019, que busca la respuesta inmediata desde la institucionalidad del Estado para garantizar una verdadera protección integral a los derechos de la niñez y adolescencia en el país, pero que aún no ha sido implementado.
La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce su derecho a ser protegidos contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
