Conocido popularmente como “Papi a la Orden”, Nasry Asfura, destaca por crear un laberinto de empresas que han mutado de accionistas para evadir los conflictos de interés y de esa manera convertirse en proveedor del Estado. Su perfil está manchado por la corrupción, pero aun así la justicia lo ha favorecido para mantenerse vigente en la política.
Tegucigalpa, Honduras.- Nasry Juan Asfura Zablah, conocido como «Papi a la Orden», nació el 8 de junio de 1958 en Tegucigalpa. Es empresario del sector construcción y ha estado vinculado a la política hondureña por más de tres décadas. Su trayectoria incluye cargos como regidor del Distrito Central en la década de 1990, diputado en el periodo 2010-2014 y dos veces alcalde de la capital entre 2014 y 2022. Ahora busca nuevamente la candidatura presidencial de un menguado Partido Nacional, en medio de cuestionamientos por corrupción que han marcado su ejercicio en la administración pública.
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Tras su derrota en las elecciones de 2021 frente a Xiomara Castro del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), Asfura vuelve a postularse con un escenario más complejo. A diferencia de la contienda anterior, ahora enfrenta un expediente judicial más robusto. Su administración destacó por la ejecución de proyectos de infraestructura, pero también ha sido señalada por el manejo opaco de fondos públicos, lo que representaría un posible obstáculo en su nueva aspiración presidencial.
Asfura competirá en las elecciones primarias de este domingo 9 de marzo contra Ana García, exprimera dama y esposa del expresidente Juan Orlando Hernández; Jorge Zelaya, diputado y periodista; y Roberto Martínez. Sin embargo, la contienda se perfila como una lucha entre él y García, quienes tienen mayores posibilidades de obtener la candidatura. De ganar la postulación, uno de los dos enfrentará en noviembre de 2025 a los candidatos de Libre y del Partido Liberal en la disputa por la presidencia de Honduras para el periodo 2026-2030.
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LA MÁS RECIENTE ACUSACIÓN
La figura de Nasry Asfura, caracterizada por su trabajo discreto y reservado, no está exenta de controversias. Aunque ya había sido procesado judicialmente y salió librado, en 2024, la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco) liderada por el fiscal Luis Javier Santos lo acusó de encabezar una estructura que desvió más de 28 millones de lempiras de la Alcaldía Municipal del Distrito Central mediante la emisión de cheques a particulares.
De acuerdo con el requerimiento fiscal, entre 2017 y 2018 –cuando era alcalde- se emitieron 32 cheques a nombre de Asfura y otras personas, solicitados a la Tesorería Municipal bajo el pretexto de “fondos rotatorios” y “reembolsos de gastos”. Los fondos desviados habrían sido utilizados para financiar campañas políticas, cubrir gastos personales como tarjetas de crédito y adquirir objetos de lujo, como joyas. Aunque el caso continúa abierto la Corte de Apelaciones le permitió defenderse en libertad.
LAS DENUNCIAS DEL SUPUESTO PACTO
Para muchos, el proceso judicial que enfrenta Nasry Asfura es visto como un mero trámite, debido a la presunta negociación que supuestamente sostuvo a inicios de 2024 con líderes de los partidos Libre y Liberal, para la elección, en el Congreso Nacional, de las actuales autoridades en diversas instituciones, como el fiscal general del Ministerio Público, Johel Zelaya, y su adjunto, Marcio Cabañas Cadillo.
El 28 de febrero de 2024, en la sesión en la que se llevó a cabo la votación, el diputado y actual precandidato presidencial liberal, Jorge Cálix, cuestionó al presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, por los términos del supuesto pacto. Cálix, quien en su momento fue uno de los ungidos del oficialismo, señaló que en la negociación se incluyó a Johnny Kafati Segebre, uno de los empresarios más cercanos a Asfura, quien supuestamente también recibiría beneficios del Poder Judicial.
«Sería bueno que el compañero Redondo nos explicara qué acordó con Nasry Asfura. Se reunieron un día antes, y me pregunto, si aquí hay diputados del Partido Nacional, ¿por qué la reunión fue con Tito? Él tiene procesos (judiciales) pendientes y está participando en la elección del fiscal, lo que genera un evidente conflicto de interés», reclamó Cálix. Asimismo, puso en duda si la deuda de 50 millones de lempiras de Kafati estaba incluida en el acuerdo político.
Hace unos días, la también precandidata del Partido Nacional, Ana García, respaldó las afirmaciones de Jorge Cálix durante un mitin. Sin ofrecer detalles, denunció que Nasry Asfura habría negociado con el oficialismo, lo que explicaría su postura cautelosa y alejada de la confrontación, actitud que, según ella, no corresponde a la de un verdadero opositor.
Lejos de esas acusaciones, una investigación de Criterio.hn, publicada el 26 de febrero de 2024, reveló que Asfura mantiene, conexiones con el empresario colombiano William Vélez Sierra, mediante contratos con las alcaldías de Tegucigalpa y San Pedro Sula. Según el reportaje, durante la gestión municipal de Nasry Asfura, se comenzó a tejer la construcción de un nuevo relleno sanitario para la capital que derivó, posteriormente, durante la gestión de Jorge Aldana, en un contrato para la construcción y otro para la operación que recayeron en la firma Interaseo del empresario colombiano. Esta situación ha dejado al descubierto que los negocios empresariales de Asfura son aprovechados en cualquier bando político o ideológico.
Lea la investigación completa: El asocio de William Vélez Sierra con red empresarial y política de Honduras
Asimismo, otra investigación de Criterio.hn, publicada en noviembre de 2021, estableció que Asfura, aprovechando sus últimos días como gerente de Servicios Públicos de la alcaldía capitalina, cargo en el que fungió entre 1994 a 1998, fue favorecido con un contrato para la recolección de desechos sólidos a través de su empresa Cosemsa.
Lo anterior refleja que Asfura ha mezclado la política para sacar provecho con los negocios siendo proveedor del Estado, de hecho, en la misma investigación se concluyó que el político-empresario estaba relacionado comercialmente con 10 reconocidas sociedades mercantiles, las que poco a poco fueron mutando de accionistas para enterrar su origen y evitar de esa manera señalamientos por conflictos de interés.
De las 10 empresas, seis han celebrado contratos con el Estado. Las empresas constituidas por Asfura son: Agac de Centroamérica S.A. de C.V., Desarrollo Construcciones y Equipo S.A. de C.V. (Decoesa), Constructora de Desarrollos Nacionales S. de R.L. de C.V., Codena, Ama Honduras Sociedad Anónima de Capital Variable Amahsa, Crédito Inmobiliario Jacaleapa Sociedad Anónima, Credinjasa, Compañía Constructora y Servicios Múltiples S.A. de C.V. Cosemsa, Inversiones Varias Sociedad Anónima Invasa, Alquileres y Ventas de Honduras Sociedad Anónima Alvehsa, Eléctrica Nacaome, S.A. de C.V., Sulambiente, S.A. de C.V. (Conformada por Agac y otros).
Además, el artículo expone cómo los vínculos empresariales de Asfura han trascendido la administración municipal, generando dudas sobre la posible continuidad de estas relaciones en caso de llegar a la presidencia.
A pesar de estos señalamientos, Asfura mantiene una estrategia de campaña enfocada en proyectar su imagen como un empresario pragmático y ajeno a la confrontación política. Su vestimenta —jeans, botas polvosas y camisas en tonos azul claro o celeste— refuerza la percepción de cercanía con la ciudadanía al proyectar una imagen que lo distingue de la clase política tradicional.
Criterio.hn intentó consultar a Nasry Asfura sobre sus propuestas renovadas, sus negocios y su postura frente a temas clave como la lucha contra la corrupción y la restauración del Estado de derecho, pero no respondió.
En 2021, que Asfura compitió por la presidencia y fue derrotado por Xiomara Castro, centró su campaña en la generación de empleo y el desarrollo de infraestructura, pero su asociación con la administración de Juan Orlando Hernández y los casos de corrupción le pasaron factura. Para la contienda de 2025, ha intentado proyectar una imagen de renovación dentro del Partido Nacional, aunque su extensa trayectoria política de más de tres décadas contradice ese mensaje.
Nasry Asfura sigue siendo una figura central dentro del Partido Nacional, pero su historial de acusaciones por corrupción y vínculos empresariales oscuros levantan dudas sobre su capacidad para liderar un país. A pesar de su intento de presentarse como un líder renovador, la pregunta es: ¿en caso de llegar a la presidencia cómo luchará contra la corrupción, un flagelo del cual ha sido señalado en múltiples ocasiones?
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Me gusta trastear en los registros del dinero público, manipular y analizar datos para contar lo que no se sabe. Prefiero trabajar en equipo, antes que solo porque en el consenso está la clave. Aún no he llegado a donde quiero, pero volver no es opción. Ver todas las entradas
Un comentario
Sea cual sean los resultados de las elecciones dentro de 2 años, solo puedo soñar con que los nacionalistas no ganen ni un solo puesto en todo el gobierno.