Morazán

Morazán, la soberanía e independencia nacional

Por: Juan López

redaccion@criterio.hn

*DPD, Pedagogo

03 de octubre 2018

Tegucigalpa.- (03 de octubre de 2018).-La historia política de Honduras está cargada de símbolos, héroes y próceres, mártires y santos que iluminan la marcha hacia el objetivo que respira en el corazón de la mayoría oprimida. La memoria persiste en el consciente colectivo, aunque el mercado la puede opacar y los pueblos deambulan en la oscuridad, sin embargo, las circunstancias en épocas específicas desempolvan la historia y encuentran la luz que ilumina el momento álgido. La luz que ilumina la marcha humana, social, económica, política y cultural no es algo puramente subjetivo, tiene materia concreta en personas concretas que dieron a las ideas el ímpetu que las trasciende.

El 03 de octubre es para toda persona, organización, movimiento social o partido político un día de exquisita importancia en la vida nacional, es el día del nacimiento de Francisco Morazán Quezada. En 1792 vino al mundo aquel niño cuya vocación política descubrió lentamente, siendo adolescente vivió los sacudones insurreccionales del pueblo frente a la dominación Española, momentos que fueron preparando su conciencia y su postura. Morazán, siendo joven asumió la tarea más grande y más grave que un ser humano puede asumir en su vida, la tarea de poner su corazón, su mente y su cuerpo al servicio de un proyecto de transformación nacional.  Morazán vivió y conoció los actos que la clase dominante de la mano de un sector liberal hizo para engañar al pueblo en 1821. Morazán conoció la traición de muchos ante el fuego enardecido del pueblo exigiendo libertad.

La educación de un hombre es el producto de las relaciones contradictorias del medio y el tino político de amigas y amigos que inspiran a un estilo de vida diferente. La casa de Dionisio de Herrera, tío político de Morazán, era un centro de estudio para el joven inquieto y visionario. Dionisio de Herrera, primer presidente de Honduras, recién llegaba de sus estudios en la Universidad de San Carlos en Guatemala y traía en sus maletas una buena cantidad de libros, obras literarias de los grandes pensadores, filósofos y tratadistas Europeos sobre la Republica, el Estado, la democracia, la justicia, la revolución. Morazán formó parte del círculo de educación política en que Dionisio disertaba y orientaba el rumbo político del núcleo de jóvenes en un contexto de decadencia moral.

Morazán se sumergió días y noches enteras en la lectura de obras literarias de gran valor, seguro leyó a Rousseau, Montesquieu, Diderot, Locke, Hobbes, Voltaire, teóricos que pusieron muy alto el espíritu transformador de la burguesía revolucionaria que derrumbaba los obstáculos levantados por el absolutismo conservador y frenaba la marcha hacia la formación del superhombre bajo la filosofía del iluminismo libertario. Cabe decir que la burguesía revolucionaria como clase social que derrumbaba todo el sistema feudal de la clase dominante, fue de gran admiración incluso por Carlos Marx, en la misma línea se ubica Morazán con el bagaje cultural producto del estudio literario y vivencial. Pronto apareció la burguesía oportunista que se plegó a los intereses feudales ultraconservadores y desde entonces el siglo XVIII, XIV, XX y los que van del XXI están jalonados por la miseria liberal oportunista y conservadora. Claro reflejo de lo que ocurre con el partido Liberal plegado a los intereses conservadores en comparsa con el partido Nacional ultraconservador, heredero del feudalismo y colonialismo criminal.

El planteamiento político de Morazán es un planteamiento de clase. Esta erguido desde el pueblo que aspira a la superación de las contradicciones y trabas que heredó la colonia Española y profundizó los Estados Unidos. De allí que es imposible matricular a Morazán con el programa nefasto, antinacional y neocolonial que el bipartidismo ha construido en Honduras. El proyecto de independencia nacional impulsado por Morazán no solo convence por la naturaleza política e ideológica, convence por su carácter moral, por el ejemplo sellado con su vida. Un hombre que entró en la revolución con cierta comodidad económica y murió sin nada, más bien con deudas y gastado incluso el dinero de su compañera de vida. Un hombre que predico y vivió la austeridad llevada al plano administrativo de Estado se merece el pleno respeto de nuestra parte, y con la misma fuerza debemos rescatar el programa Morazánico como único camino para limpiar al país de la corrupción sin precedentes que prevalece.

El programa de transformación Morazánico implica educación de donde viene la luz para caminar en dirección acertada hacia la Transformación Agraria, implica limitar la riqueza desmedida en manos de un puñado de ricos que han explotado a la mayoría, implica una administración política, jurídica, económica y cultural que haga posible la igualdad según las necesidades humanas, implica una moral intachable e inclaudicable que barra para siempre la miseria moral heredada por la cultura imperial. Morazán seguirá siendo libre, habrá siempre adversarios y enemigos laicos y religiosos como ayer que se niegan a compartir el pan y el poder, habrá aduladores, admiradores y traidores. Se necesita mujeres y hombres que como él, marquen el camino con decisión, convicción y firmeza en el ser humano, en la patria nueva.

Morazán llego al punto ético en su lealtad a los principios de la revolución centroamericana. No fue un líder nacional, Morazán es un hombre universal. Admite con libertad haber causado algunos males y se propone cambios personales “muero con el sentimiento de haber causado algunos males a mi país, aunque con el justo deseo de procurarle su bien. Y este sentimiento se aumenta, porque cuando había rectificado mis opiniones en política en la carrera de la revolución, y creía hacerle el bien que me había prometido para subsanar de algún modo aquellas faltas, se me quita la vida injustamente”. Este el hombre que llamó a la juventud a dar vida al país y pide que imitemos su ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que se encuentra.

  • Emy Padilla
    Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo emypadilla@criterio.hn

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