Por: Guillermo Serrano
Todos, cual más o menos, admiramos a México: su música, sus comidas, sus charros y ¡hasta sus comediantes!
Y de pronto, hay algunas cosas que no admiramos. Por ejemplo, sus historias de política moderna. Con un partido “revolucionario” y sus 70 años en el poder; tampoco admiramos el “adentramiento” de los que manejan el narcotráfico en la vida civil judicial o política del país; y, claro, no nos gusta un México que quiere -a través de sus dirigentes- erigirse en la voz de América Latina- cuando hay muchas cosas que arreglar en casa.
Y ahora, parece que no comienza a gustarnos una nueva legislación que pretende ahorrar dinero, pero a costa de un debilitamiento del sistema democrático;
Dice, la jefa de la redacción de EL PAÍS en México, Socia Corona que “El “plan B” de la reforma electoral se aprobó definitivamente el pasado miércoles en el Senado y solo está pendiente de su promulgación. Los cambios en las leyes secundarias acotan el papel del INE comenzando por un recorte de 300 juntas distritales en los 32 Estados del país. Morena, el partido en el Gobierno, argumenta que los cambios a las leyes conseguirán un ahorro de 3.500 millones de pesos.
Los opositores apuntan a que esto ocurrirá con el adelgazamiento de la institución que organiza las elecciones, lo que abre la puerta a procesos electorales menos confiables y pone en riesgo la democracia.
La reforma también relaja las reglas para el uso de la propaganda política entre funcionarios públicos, una medida que puede inclinar la balanza en favor de quienes se encuentren ocupando un cargo público y tengan acceso a los presupuestos”.
Nosotros reconocemos que no existe un sistema de gobierno político que sea perfecto. No a este lado de la creación, donde todos contribuimos con nuestra propia imperfección a crear procesos e instituciones que tienen pies de barro…
Fue, por lo tanto, perfectamente lógico que miles de mexicanos salieran a protestar en el Zócalo, una de las plazas abiertas más grandes del mundo, ante las medidas anunciadas, que tiene por objeto restringir la autonomía y jurisdicción del INE (Instituto Nacional Electoral).
La concentración duró poco más de una hora y se cerró con el canto del Himno Nacional.
¿Será la tentación de muchos gobernantes, arreglar constituciones, reglamentos y leyes para ejercer su poder sin contrapeso? ¿Por aquello de que ellos sí saben, y el resto de la población son solo “chusma inconsciente”, como catalogaba un candidato a presidente de un país latinoamericano, a los miles de seguidores que se juntaban a aplaudir al candidato en cuestión?
Claro, ahora, no podemos, criticar mucho al país del norte, cuando más al norte, aun, se ha intentado en la historia reciente dar un golpe de estado, porque al presidente en ejercicio, en uno de sus tantos berrinches de hijo mal criado, se le ocurrió que le habían robado la elección.
Un texto muy antiguo, hace una pregunta que calza perfectamente con el tiempo que vivimos: “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?”
Y nosotros creemos, que a veces -y reconociendo que los pueblos piensan en puras vanidades- que a veces, los alborotos populares son buenos, porque son una reacción ante los malos manejos de aquellos que se creen tocados por la divinidad para gobernar…
El dicho popular afirma que México, se encuentra muy cerca de Dios, pero muy cerca de Estados Unidos. Ojalá que tal cercanía no dañe el alma de gobernantes y gobernados para darse el presente y el futuro que se merecen.
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