Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa, Honduras.- “Las dictaduras de Cuba y Venezuela son el origen y la causa fundamental de la polarización en este hemisferio”, dijo este sábado Luis Almagro, Secretario General de la OEA.
Tales aseveraciones las pronunció durante una conferencia con estudiantes del Centro de Estudios Mexicanos Boston, Massachussets, referente al Sistema Interamericano de DDHH, sin embargo, en ningún momento puso en su agenda a Honduras, que sufrió un golpe de Estado en 2009 contra José Manuel Zelaya Rosales, ni tampoco se refirió al fraude electoral de 2017 en donde Juan Hernández le arrebató el triunfo a Salvador Nasralla, ni siquiera mencionó los señalamientos contra el Estado de Honduras en cortes de Nueva York en donde señalan al país de ser un “narcoestado”.
Almagro cree que las naciones de las Américas están “bastante bien” en comparación con otras regiones del mundo y que la carta democrática interamericana reconoce a la democracia como un derecho de los pueblos de las Américas. “La Carta de Naciones Unidas no contiene la palabra democracia, y en su consejo de Derechos Humanos tienen como miembros a las más conocidas dictaduras que violan sistemáticamente los derechos humanos en otros continentes”, dijo.
Agregó que, a diferencia de otras regiones, la comunidad interamericana está obligada a defender y proteger la democracia, para evitar que los Estados miembros de la OEA adopten prácticas dictatoriales o autoritarias. “Hay Estado de derecho en otras partes del mundo, pero no con la lógica del Estado de Derecho democrático. La celebración de elecciones periódicas, libres y justas, de partidos y organizaciones políticas, y la separación e independencia de los poderes públicos. El siglo XX nos regaló dictaduras de todo color, izquierda y derecha”, argumenta.
Juan Hernández tiene a su hermano, el exdiputado Tony Hernández alias Tony, condenado y confinado en una cárcel de Nueva York por narcotráfico. Además, en un reciente informe publicado en mayo por el Centro Para la Apertura y el Desarrollo de América Latina, por Victoria Ariagno, se menciona que el presidente de Honduras, Juan Hernández, ha convertido al país en una autocracia.
El informe de Ariagno establece que Hernández ha aumentado su control sobre el poder judicial, designando a sus aliados políticos en cargos públicos, como se vislumbra en la composición actual de la Corte Suprema y en la reelección del Procurador General de la Nación, a quien además se ha acusado de negligencia en el combate contra el crimen organizado. Todo lo cual demuestra la trama corrupta que aqueja al Estado de Honduras y que tanta controversia despierta en la opinión pública. El fracaso de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), vinculada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es un ejemplo de esto. En 2017 se dictó una ley que prohibía a la MACCIH –y al Procurador General– investigar casos de corrupción en tanto no tuviera el permiso del Tribunal Superior de Cuentas, permiso que podría tardar hasta 3 años en llegar.
Pero Almagro dice que las acciones antidemocráticas en la región se han dado en Cuba y que “la dictadura venezolana es todavía algo que amerita un estudio muy particular porque es un primer engendro de dictadura del siglo XXI, y si ustedes ven al dictador, los venezolanos prácticamente tienen el cartón lleno, porque está acusado de narcotráfico y de crímenes de lesa humanidad. Eso viene como origen de la dictadura cubana”.
Almagro argumenta que la dictadura cubana “fue la primera que hizo trabajar al Estado en la lógica del narcotráfico y que la persistencia de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua otorga un valor fundamental a los mecanismos del sistema interamericano diseñados para garantizar una región de democracias”.
Criterio.hn publicó en julio del presente año el análisis del abogado en derecho internacional y defensor de los derechos humanos en Honduras, Joaquín Mejía, quien explicó que Honduras atraviesa por una crisis política, social y económica continuada a partir del golpe de estado perpetrado el 28 de junio del 2009 para derrocar al presidente constitucional, Manuel Zelaya Rosales.
Mejía se refirió al tema en su participación en el foro denominado, la Crisis Continuada del Golpe y su Duración de 11 Años, moderada en las redes sociales, por la Red de Jóvenes Políticos de Honduras.
Según Mejía, con las elecciones generales del 2009 la comunidad internacional quiso pasar la página, pero reconoce, que la Asamblea General de la OEA, amparada en el artículo 21 de la Carta Democrática decidió suspender al Estado de Honduras del ejercicio de participación regional desde el 4 de julio del 2009 hasta el 5 de julio del 2011 y que la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas también condenaron el rompimiento del orden constitucional.
Sin embargo, Mejía recordó, Honduras es el patio trasero de Estados Unidos sin diferencia de que ese país sea gobernado por demócratas o republicanos. Sostuvo, que el gobierno de Obama fue el único que no condenó el golpe de estado del 2009 y que lo mismo ocurrió con el fraude electoral del 2017, que tampoco lo condeno Donald Trump.
Mejía dijo en ese momento que el golpe de Estado en Honduras fue un plan orquestado para la instalación de la dictadura, con una serie de hechos registrados después, y donde el protagonista es Juan Hernández, quien era jefe de la bancada del Partido Nacional, que avaló la caída de Manuel Zelaya Rosales, en aquel fatídico 28 de junio del 2009.
De igual manera, en diciembre del 2012, siendo presidente del Congreso Nacional, Juan Hernández le dio un golpe a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y destituyó a cuatro de los cinco magistrados que la componen. Y el único magistrado que no fue destituido, después fue nombrado ilegalmente como Fiscal General del Estado (Óscar Fernando Chinchilla) y más tarde inconstitucionalmente, lo reeligieron en ese cargo.
En abril del 2015, esa Sala de lo Constitucional que Juan Hernández nombró en sustitución de los magistrados ilegalmente destituidos, lo beneficiaron con un fallo a favor de la reelección presidencial. Es decir, en parte, ellos son responsables del jefe de Estado que hay en Honduras.
Continuó, que en noviembre 2017 se registró el fraude electoral donde el candidato favorecido también era Juan Hernández.
Con lo anterior, Mejía determina, que Juan Hernández es la fachada de un grupo político, económico, militar y religioso que está detrás de todo lo que le ha pasado a Honduras en los últimos once años con un régimen un régimen que controla a toda la institucionalidad, que tiene las armas y que obviamente no va a soltar el poder con la simple realización de elecciones.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas