Tegucigalpa, Honduras. Las disputas por el poder a lo interno del Partido Liberal continúan creciendo a la par de una evidente fractura que se profundiza por las contradicciones y desacuerdos entre dos de sus más importantes figuras, mientras la identidad del responsable de mover los hilos del control partidario continúa siendo un enigma.
De acuerdo con analistas consultados por este medio digital, al interior del instituto rojo, blanco, rojo, coexisten dos facciones que disputan tanto el poder formal como el informal, y de esa batalla surgen cuatro corrientes que, a su vez, tejen pactos y alimentan percepciones de aislamiento dentro del partido.
Un ejemplo de lo señalado por los analistas son las recientes y controvertidas declaraciones del presidente del CCEPL, Roberto Contreras, quien afirmó sentirse “como un adorno” pese a su cargo, y subrayó que personas de menor rango cuentan con el mismo nivel de poder y voto que él

Desde una perspectiva sociológica, una fuente consultada por Criterio.hn explicó que los choques y disputas de poder entre ambas figuras se derivan de sus características personales y las luchas de egos que los han distinguido a lo largo de sus trayectorias.
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¿QUIÉNES SON LOS CUATRO JINETES?
La socióloga y analista nacional Leticia Salomón explicó a Criterio.hn que, al interior del Partido Liberal, existen cuatro figuras que ella describe como “los cuatro jinetes del apocalipsis”. Según Salomón, estas personas podrían acelerar la decadencia del liberalismo, llevándolo a un despeñadero aún más profundo del que ya enfrenta.
A esta postura, se suma la del economista y politólogo, Héctor Soto, que afirma que en ese instituto político existen también cuatro convergencias que se disputan el poder de manera formal e informal generando pactos y aislamiento político en el partido.
Uno de los mencionados por ambos analistas es el expresidente Carlos Flores Facussé, una figura insigne del liberalismo, que se sentó en la presidencia de Honduras el 27 de enero de 1998, siendo el primer presidente con ascendencia palestina en el país. En los últimos días Flores ha sido señalado por algunos sectores como la mano detrás de las negociaciones y es visto por las bases militantes más antiguas como la solución para el resurgimiento del partido.
Sobre Flores, Leticia Salomón señaló que es una figura con bastante capacidad y que es calificada como una solución para el retorno del Partido Liberal.

El segundo de los denominados “jinetes”, que se encuentra en la facción del poder informal, es el excandidato presidencial y expresidente del Consejo Central Ejecutivo, Yani Rosenthal Hídalgo, otro líder liberal, conocido por su militancia en dicho instituto político y cuestionado por sus nexos con el cártel de Los Cachiros en el periodo de 2004 a 2015, hecho por el que se declaró culpable y cumplió tres años de prisión en Estados Unidos.
De Rosenthal, Salomón apuntó a que es un líder que se encuentra detrás de las dos figuras más importantes actualmente dentro del partido y enfatizó en que pese a que se mantiene en un perfil bajo, sigue teniendo una fuerte capacidad detrás de los nuevos líderes del partido.

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En contraste con los dos líderes señalados anteriormente, se encuentran también Salvador Nasralla actual candidato presidencial del Partido Liberal y Roberto Contreras, presidente del CCEPL, que se ha encargado a lo largo de este año electoral de evidenciar las divisiones a lo interno del partido que preside.
Con respecto al papel de Roberto Contreras, el politólogo, Héctor Soto afirmó que se percibe que este no ha logrado generar consensos ni liderazgos y que posee un poder formal que no es tomado en cuenta lo que crea una percepción de aislamiento alrededor de su presidencia en el CCEPL.
Por su parte la analista nacional, opinó que Contreras tiene un choque con las estructuras del partido a nivel nacional, por lo que es visto con recelo y desconfianza, y por ende no es reconocido como una pieza clave dentro de su instituto político.

Finalmente, el cuarto y último jinete es Salvador Nasralla, actual candidato presidencial del Partido Liberal, quien, pese a los contundentes señalamientos que en el pasado dirigió contra ese instituto político, hoy lo defiende y representa.
Sobre Nasralla, Salomón lo retrató como un advenedizo que es visto por muchos como un personaje cuestionable. La socióloga aclaró que aunque Nasralla tiene seguidores a nivel personal, su caudal ha reducido y que eso se vio evidenciado en las elecciones internas pasadas.
La analista afirmó que muy difícilmente los liberales van a identificar a Nasralla como el gran líder del Partido Liberal y que esa percepción es vista únicamente a nivel de la cúpula, que pensaron que por la popularidad de un locutor se podría restaurar la presencia del partido.
La disputa entre estos cuatro actores refleja que el Partido Liberal no enfrenta solo un problema de liderazgo, sino una pugna por el control y la narrativa que definirá su futuro político.





