¿De los 30, quien será el primero en venderse?

Por: Oscar Miguel Marroquín

¿Seré yo señor?

Poderoso caballero, es don dinero, verdad señores y señoras que un buen día de estos se hicieron llamar honestos, transparentes, íntegros, intachables, incólumes en sus ideas, al final extendieron la mano para recibir las treinta monedas, que les haría vivir un par de días en el planeta de los vicios, lujos, viajes y comodidades.

Ahora esconden el rostro, cuando ya es demasiado tarde, al pueblo ya le faltan muchos de sus hijos e hijas, las monedas recibidas pues por aquellos diputados de libre que un día lo vendieron todo al mejor postor, ahora están manchadas de sangre y las manos de quien las recibieron también directa o indirectamente. Cualquier argumento que esgriman los vendidos, solo será parte del vómito que salga de sus bocas.

Ahora ya pueden ustedes recorrer aquellas calles manchadas de sangre, y sentir el olor a muerte; sientas sobre sus espaldas el peso que han de llevar mientras vivan, a donde vayan, en donde estén, el recuerdo les perseguirá como eterna condena moral, no habrá sitio de paz y tranquilidad para sus miserables vidas.

No intenten huir porque la condena es ustedes mismos, la llevan por dentro como un cáncer sin cura, siempre estará el dedo acusador señalándolos, aunque cerraran los ojos y cubrieran sus oídos, las imágenes y ultimas palabras de Anselmo Villareal los perturbara hasta llevarlos a la locura o suicidio, en esto del recuerdo no hay intento que valga señores traidores.

Pregunten a Porfirio Lobo si es posible abandonar el recuerdo, pregúntenle cuantos minutos de su vida ha podido separase del saber a un hijo preso en tierras lejanas, pregúntenle a Porfirio Lobo que se siente ahora tener entre sus manos una Rosa marchita y deshojada. Que infernal agonía la que nos produce el recuerdo. Seguro estoy que Porfirio Lobo Sosa daría todo, absolutamente todo, por volver atrás, aunque sea un solo instante de su vida, pero la experiencia llega cuando ya no se necesita.

Tras todo lo anterior pregunto ¿De los 30, quien será el primero en venderse?

Quien será el primero en dar el paso hacia la desvergüenza, quien será el primero en bajar la mirada y con frases prefabricadas del comprador dirá que entrega su voto en el Congreso Nacional por “salvar la democracia y la gobernabilidad”. Pacientes debemos esperar entonces.

La vanidad del buen vivir es cosa efímera, nos dura mientras no se terminen las treinta monedas, y luego comienza nuestro interminable calvario, de buena gana quisiéramos encontrar sitio alguno donde no se nos conozca, como forma de dejarlo todo atrás, pero quien en su sano juicio podrá pensar que es posible abandonar nuestra propia sombra, solo entonces, nos damos cuenta de que tampoco posible es abandonar el recuerdo que machaca nuestra conciencia. Verdad señor Rafael Leonardo Callejas.

Quien, de los ahora electos diputados por el partido LIBRE, estará contemplando la idea de venderse al mejor postor, eso aun no lo sabemos, pero si sabemos que poderoso caballero es don dinero, y por lo tanto este poderoso caballero tiene la sutil forma de envenenar a todo aquel que crea que con las treinta monedas alcanzara un puesto en la mesa de los oligarcas.

Esas treinta monedas no son lo suficientemente poderosas para sentarse a la mesa de los oligarcas, solamente sirven para obtener algún trabajito en esos cuchitriles llamados consulados o en el mejor de los casos para comprarse algún tour por Europa y disfrutar algunos días de volátil felicidad y confort, luego todo vuelve al punto de partida, una vez acabadas las treinta monedas.

Mírense en el espejo de aquellos diputados de LIBRE que alzaron su mano para elegir a los magistrados de una Corte Suprema de Justicia que avaló la reelección y con ello la instauración de una dictadura, solo al mirarse en este espejo comprenderán que no vale la pena venderse, pues quienes ya lo hicieron hoy son nada más piltrafas vomitando razones que a nadie le importa escuchar. Un traidor obtiene ese título para siempre.

¿Quién será pues, el primero en venderse?