Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa.-Tras 91 días de insurrección legislativa el Partido Libertad y Refundación (Libre) volvió a las sesiones en el Congreso Nacional al llegar a un acuerdo con el Partido Nacional para la integración de los entes electorales.
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La mayor fuerza de oposición política se había declarado en insurrección desde el pasado 14 de mayo, ante la negativa del oficialismo de integrar el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE).
La tarde de este martes el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, nombró una comisión multipartidaria que se encargará de dictaminar la Ley especial para selección, nombramiento de autoridades electorales, atribuciones, competencias y prohibición. Asimismo, para la integración de los entes electorales que quedarán integrados por las tres principales fuerzas políticas: Partido Nacional, Partido Libertad y Refundación y Partido Liberal.
La integración de los nuevos entes electorales fue celebrada por las autoridades del partido Libre. “Muy contento por lo que se consiguió hoy en el Congreso Nacional que es el reconocimiento de Libre en los nuevos entes electorales que regirán el proceso electoral próximo, tanto el Consejo como el Tribunal y sobre todo porque estamos en la comisión que va a determinar las reglas del juego, es decir la nueva ley electoral”, dijo el dirigente de Libre, Gilberto Ríos.
El dirigente político adelantó que su partido derrotará ahora el discurso de la derecha que desde ya está diciendo que Libre se ha repartido el pastel y las chamabas en los nuevos entes electorales. “Cuando nosotros ganamos las elecciones y deberíamos estar en la presidencia de la República, con la alianza que se armó para las elecciones pasadas”.
Añadió que pese a que Libre haya logrado su integración en los órganos electorales, no se sustraerá de las demandas de la Plataforma para la Defensa de la Salud y la Educación, de la lucha se los estudiantes universitarios y de otros sectores que pelean de frente en las calles para que salga la “narco-dictadura”
