Las represas y el Valle de Sula

Las represas y el Valle de Sula

El manifiesto Facussé

Por Adolfo Facussé Handal

Ya no recuerdo por cuantos años he estado refiriéndome a la necesidad de construir represas en distintos lugares de nuestro país, posiblemente inspirado por un pequeño animal, el castor, símbolo de mi universidad, el Instituto Tecnológico de Massachusetts o MIT por sus siglas en inglés.

Resulta que el castor es un verdadero arquitecto y constructor de represas en los ríos, las que arma con ramas y lodo, hasta detener el agua hasta una altura suficiente para servirle de casa al castor y su prole. Los castores son creadores de microclimas, pues allí y en las inmediaciones se desarrolla toda clase de vegetación, crecen árboles, se reproducen peces, etc. y se mantiene o mejora el medio ambiente local.

Pues aquí en Honduras, en los distintos cargos, posiciones y actividades que me ha tocado desempeñar, siempre he pensado que gran parte de nuestro país es mayormente montañoso y que podríamos lograr mucho y defendernos de periodos de sequías recurrentes, cuidando y manteniendo un medio ambiente favorable a la vida y a la diversidad, construyendo no solo pequeñas represas en los ríos, como las referidas, al igual que  mayores represas donde hubiera posibilidad de hacerlas por los múltiples beneficios que representan.

Cómo presidente de los industriales durante varios años y haciendo causa común con USAID, comencé por apoyar la construcción de la Represa El Cajón, con el objetivo de que el país contara con energía eléctrica barata y evitara el costo, la dependencia y la utilización de divisas funcionando con combustibles fósiles.

Hasta el día de hoy, El Cajón es donde se genera la energía más limpia y barata de Honduras.

Lamentablemente, después de El Cajón, nuestro país resultó que no tuvo el éxito que yo suponía que tendríamos construyendo represas, comenzando porque, tratándose de proyectos de largo plazo, habíamos abandonado el sistema de Planificación Económica para guiar la acción no sólo durante un periodo, sino que a largo plazo, o sea, durante varios periodos de gobierno.

Estoy seguro, que muchos recordamos cómo fue que se hizo la pequeña Represa Los Laureles en esta ciudad, como una medida temporal, financiada por el BCIE, dirigido en ese entonces por el Abogado Enrique Ortez Colindres, quienes ofrecían todo apoyo para el financiamiento de una represa definitiva en ese lugar, o sea la represa de Guacerique, en caso de solicitarlo.

Increíblemente, la razón por la que solo se hizo la Represa Los Laureles fue que el entonces Jefe de Gobierno y después presidente de Honduras, Oswaldo López Arellano, se opuso a construir la Represa Guacerique porque el resultante mayor nivel del agua le inundaría su casa.

En lo personal, debo confesar mi frustración cuando integré, junto con otros amigos, como miembro de una comisión nombrada por el presidente Maduro Joest, para decidir sobre Ciudad Mateo, construida sobre las faldas de los cerros adyacentes al Río Guacerique, ocasión durante la cual hicimos otro intento de impulsar la represa definitiva de dicho lugar.

En el informe que le entregamos al Presidente Maduro, le dijimos que las casas al nivel de terreno más alto eran de buena calidad y podían conservarse, pero las casas de abajo eran de pésima calidad y que había que desmantelarlas. En su lugar, lo que había que construir era la represa de Guacerique, uno de los pocos sitios cercanos y con capacidad de abastecer las necesidades de agua potable de los ciudadanos de la Capital durante muchísimos años.

Los planos y especificaciones de la construcción y de los equipos, ya habían sido preparados desde hacía mucho tiempo atrás por técnicos del SANAA y prácticamente, solo era cosa de lograr el financiamiento, que no era nada difícil por el bajo índice de endeudamiento que tenía entonces el país.

Por razones que ignoro, no se desarrolló el proyecto. Posiblemente, el Presidente Maduro consideró que era de una magnitud tal que no se podría realizar en lo que restara de su periodo de Gobierno y que el próximo presidente tendría que tomar la decisión correspondiente.

Después de un viaje a Brasil, con el propósito de conocer en detalle sobre la gran represa de Iguazú, entre Brasil y Paraguay, construida por  Brasil y otorgándole sin costo un 50% del beneficio a Paraguay, me hice el propósito de impulsar, en mi condición de Presidente del COHEP, una posible represa en el sitio conocido como El Tigre, sobre la frontera entre El Salvador y Honduras, con capacidad de generar 800 MW, construida en el lado salvadoreño, pero inundando una pequeña área hondureña, totalmente a costo de El Salvador y con Honduras disfrutando sin costo alguno de 400 MW. Después de múltiples gestiones con el presidente Antonio Saca y con la empresa privada salvadoreña y, por parte de nosotros con total apoyo del presidente Zelaya, se llegó a un acuerdo entre los dos países para ejecutar dicho proyecto. Se creó una Comisión Bilateral y se le dio facultades por ambos países para convenir los términos y realizar las obras siguiendo los principios básicos de Iguazú.

La memoria de la corta pero cruenta guerra de 1967 entre nuestros dos países dejó algunos enemigos, incluyendo a elementos de las Fuerzas Armadas de Honduras, que se opusieron a cualquier proyecto conjunto o forma de reconciliación y de entendimiento entre El Salvador y Honduras.

Para ello se acudió a resucitar un problema que algunas partes han querido mantener a la orden, como se hizo en esta ocasión gracias a un presunto incidente que, “coincidentemente”, volvió a surgir en la península de Conejo, oportunidad que fue inmediatamente aprovechada por el Congreso Nacional de Honduras, emitiendo un Decreto para paralizar el proyecto de la Represa del Tigre.

En otras palabras, el Conejo se comió al Tigre y Honduras perdió la posibilidad de contar con la generación de 400 MW de energía gratis.

Seguidamente y en viaje que me tocó el honor de acompañar al presidente Zelaya Rosales a Taiwán, después de consultarle, me preparé preguntándole a una alta autoridad de la ENEE cuál sería el proyecto de generación hidroeléctrica más factible y útil para Honduras y me contestaron que Patuca III.

Fue así como el presidente Zelaya les pidió a las autoridades de Taiwán que nos ayudaran construyendo Patuca III, que daría amplia cobertura eléctrica al Departamento de Olancho.

El proyecto ha resultado muy difícil, de alto costo, de relativamente poca generación para la inversión requerida, obstaculizado por las personas que son dueñas de las tierras aledañas y que esperan un justo pago, etc. La empresa taiwanesa abandonó el proyecto; una empresa de China Continental lo asumió; ha habido numerosas interrupciones en el desarrollo del proyecto y el Gobierno del Presidente Lobo Sosa incluso lo utilizó para darle contratos sumamente onerosos al grupo de narcotraficantes, Los Cachiros.  En fin, tal vez el proyecto se enderece algún día, al construirse las tres etapas concretas.

Hoy que el Presidente de El Salvador Nayib Bukele, de quien el pueblo hondureño recibió emocionado y agradecido una enorme ayuda que nos envió como ayuda humanitaria para atender las terribles pérdidas causadas por el Huracán y Tormenta Tropical Eta, tal vez hayan recapacitado los que quieren mantener como enemigos y de por vida a un país vecino y pueda revivirse el proyecto.

Para no hacer la historia más larga, dicho Huracán ETA y el nuevo huracán que parece que viene a golpearnos nuevamente en los próximos días, me ha hecho recordar también la lucha de muchísimas personas que hemos sostenido la vital importancia de proteger el Valle de Sula, en lugar de seguir manteniendo vivo el cuento y el gasto de unos tales bordos que supuestamente lo protegen y los cuales hay que estar reconstruyendo continuamente.

Una y mil veces hemos dicho que la construcción de las tres represas, en Jicatuyo, Los Llanitos y El Tablón no sólo protegerían de inundarse a pueblos enteros y a más de 100,000 hectáreas de la tierra más fértil del país, generarían enormidad de agua para riego y para uso humano, sino que protegerían el Valle.

La última vez que me referí a esta situación, el 28 de mayo del 2019, fue en referente a la siguiente noticia:

https://www.elclima.info/la-falsa-noticia-de-un-tifon-en-centroamerica-que-atemoriza-a-muchas-personas”, cuando expresé lo siguiente:

“A mí me aterroriza más que pensemos que no va a pasar nada y que, por lo tanto, no hay que hacer nada. Dios no quiera, pero tarde o temprano puede pasar un huracán estilo Mitch y esta vez, quedarse sobre el Valle de Sula y destruir allí el 42% de la producción de Honduras. Ojalá no solo nos aterroricemos con la idea de un fenómeno similar, sino que ojalá nos mueva a instalar las tres represas, en Jicatuyo, Los Llanitos y El tablón, que van a salvar al Valle y al país de la quiebra.”

Últimamente, se ha vuelto a dar a conocer otra de las noticias típicamente tétricas de Invest-H y es que en el 2015 el gobierno le entregó $25 millones para iniciar las obras de la Represa El Tablón; pero nadie veló porque el proyecto se realizara y nunca se puso ni la primera piedra.

Para no dar la impresión de que sólo en represas ocurren cosas raras en Honduras, termino con otra experiencia con el modus operandi del gobierno del voto rural y de la gente que ya no sale a la calle a protestar, porque se puede contagiar con la pandemia o porque las fuerzas del orden los reprimen con gas, garrote y tiros o porque después de llevar a la población a un 80% de pobreza, incluyendo un 60% de miseria, al grado tal de necesidad que se conforma con una bolsita de comida, porque primero hay que sobrevivir, seguido por el agradecimiento y voto por quien lo explota, con este sistema o modus operandi que se practica por el gobierno de Honduras.

El 10 de octubre del 2019 el gobierno recibió del BID la suma de $53,800,009, que se desarrollaría vía Invest-H, para construir en las inmediaciones de Valle de Ángeles un gran hospital en beneficio de la población hondureña. Otro proyecto cuyo financiamiento se esfumó y nunca se colocó ni la primera piedra, pero que el pueblo va a tener que pagar puntualmente a dicho banco, así como sucedió con el Trans 450.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas

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