La tierra está girando más rápido

   La tierra está girando más rápido

     Los días solo tienen 16 horas

Sin sacrificio no hay redención

 Por: Arturo Rendón Pineda

Nuestro planeta es un super organismo vivo, que confirma que la Tierra y la Humanidad formamos una única entidad. La “resonancia Schumann» trata de explicarlo.

Aun y cuando hace más de una década que publicáramos lo referente al tema que abordo en el presente trabajo. Dados los acontecimientos que está padeciendo actualmente la tierra y las sociedades que la habitan, he decidido volver a escribir sobre este interesante fenómeno de la naturaleza que atañe a la humanidad, ya que Los cambios a que se refiere la resonancia Schumann, están afectando las relaciones humanas, los patrones de sueño, la habilidad corporal para regular nuestro sistema inmune y la percepción del tiempo. “Estamos viviendo un proceso de iniciación que está preparándonos para aceptar cambios tremendos dentro de nuestro cuerpo”.

 El físico alemán W.O. Schumann constató en 1952 que “la Tierra está rodeada de un campo electromagnético poderoso que se forma entre el suelo y la parte inferior de la ionosfera situada a unos 100 km por encima de nosotros. Ese campo posee una resonancia más o menos constante del orden de 7,83 pulsaciones por segundo”.

Schumann, notable científico alemán, descubridor de la teoría sobre “La resonancia magnética” o El latido de la tierra. . Schumann Adujo que la tierra es una cavidad resonante, que emite ondas vibratorias que producen impulsos eléctricos magnéticos. El comportamiento del ser humano, tendría mucho que ver con la elevación de esta frecuencia.

Podemos asumir que la Tierra y la Humanidad formamos una única entidad consolidada, por lo que según esta teoría, los seres humanos poseemos la misma naturaleza y estamos envueltos por las mismas ondas resonantes que la tierra.

 Funciona como si fuera un marcapasos, responsable del equilibrio de la biosfera, condición común de todas las formas de vida. Se ha comprobado que todos los vertebrados y nuestro cerebro están dotados de esa misma frecuencia de 7,83 hercios. Empíricamente se ha constatado que no podemos ser saludables fuera de esta frecuencia biológica natural. Siempre que los astronautas, en razón de los viajes espaciales quedaban fuera de la resonancia Schumann, se enfermaban. Pero sometidos a la acción de un «simulador Schumann» recuperaban el equilibrio y la salud.

Por miles de años el palpitar del corazón de la Tierra ha tenido esta frecuencia de pulsaciones y la vida se ha desarrollado en un relativo equilibrio ecológico. Sucede, sin embargo, que, a partir de los años 80, y de forma más acentuada a partir de los años 90, la frecuencia se elevó de 7,83 a 11 y a 13 hertzios. El corazón de la Tierra se disparó y se hicieron sentir desequilibrios ecológicos: perturbaciones climáticas, mayor actividad de los volcanes, crecimiento de tensiones y conflictos en el mundo y aumento general de comportamientos desviantes en las personas, entre otros. Debido a la aceleración general, la jornada de 24 horas es en realidad, solamente de 16 horas. Por lo tanto, la percepción de que todo está pasando demasiado rápido no es ilusoria, tendría una base real en este trastorno de la resonancia Schumann, dando como resultado el descontrol de las personas, guerras en muchos países y colapso de las economías que tienen a los ciudadanos del mundo presas de enorme preocupación.

 Este fenómeno, supuestamente está causando cierto tipo frecuencias vibratorias desconcertantes en la mayoría de los seres humanos”. Existe abundante información sobre los “cambios de vibración” y lo que llaman “el síndrome de la ascensión”, o síndrome del mutante”, que emiten ondas vibratorias que actúan como un diapasón que resuena vibrando simultáneamente con la mente humana. Esta intensa energía, no solo está causando problemas en las comunicaciones globales, sino que también afecta al espíritu del ser humano. Visto lo anterior, podemos deducir que constituimos entidades integrantes del Cosmos, somos la propia Tierra que tiene conciencia e inteligencia, aunque indudablemente aún nos falta mucho que aprender.

 Si queremos que la Tierra reencuentre su equilibrio, debemos comenzar por nosotros mismos: hacer todo sin estrés, con más serenidad, con más amor -que es una energía esencialmente armonizadora-. Para eso hemos de tener el valor de enfrentarnos a la cultura dominante, que nos obliga a ser cada vez más competitivos y eficientes. Necesitamos respirar juntos con la Tierra, conspirar con ella para propiciar la Paz.  Dada la existencia de esta “resonancia cósmica” y con ello reafirmar el amplio concepto de la interpretación del Dios de que nos habla Baruch de Spinoza que para el: “DIOS ES LA NAURALEZA” … QUE SE REVELA EN LA ARMONIA ORDENADA DE TODO LO QUE EXISTE.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas

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2 comentarios

  1. Sin duda qu e se inventaran agregarle 8 horas mas al relog , que pena con el relog de comayagua reliquia latinoamericana ,sin duda aparecera en una ecena de alguana pelicula ,cuando el dia contaba con 24 horas ahora son las 32 horas del dia,

  2. competitivos y eficientes , terminos asta cierto punto considero destructivo , creo que lo competitivo es lo que tiene todo el sistema, en un engambre de desafortunios y episodios mortales , ya que la competencia humana no tiene tregua mas que ser destructiva, y sin obstaculos que la demiliten ni la retengan . siguiendo, Lo eficiente deja mucho ya que em el mundo actual la llamada tegnologia nos lleva al desplazamiento humano sin cuartel . redusiendo cada vez mas su uso y siendo remplazado por maquinarias casi roboticashumanicas , que se adelantan a un final tipo el exterminador .con la sobre poblacion el negocio ya esta consumado ,sin duda los demas estan siendo acechados por baterias que sin duda esta craedos por los propios humanos u otros con intenciones de exterminio.