Tras el último golpe del terrorismo islámico sufrido en Niza, reflexionamos con el experto geopolítico Fernando Moragón sobre las raíces históricas del problema.
El atentado en Niza se suma a una larga serie de ataques que ya no pueden de ninguna manera considerarse como incidentes esporádicos o aislados, sino como episodios -tristemente previsibles- de una situación geopolítica conflictiva y degenerada, que parece aún lejos de su solución.
En RT ha querido rastrear el origen histórico de esta situación, y para ello hemos consultado con el experto en geopolítica y Presidente del Observatorio Hispano Ruso de Eurasia, Fernando Moragón.
La raíz
«El reciente atentado de Niza no se gesta hace poco, viene de muy lejos en el tiempo – explica Moragón-. Los actuales yihadistas son los ‘hijos ideológicos’ de los viejos muyahaidines afganos, aquellos ‘luchadores por la libertad’, como los calificaba el expresidente norteamericano Ronald Reagan, que fueron apoyados con armamento y financiación por los EE.UU. en su lucha contra la Unión Soviética».
A la sombra del horror de hoy, resulta llamativo y escandaloso recordar unas declaraciones que el propio Fernando Moragón nos recuerda. Son del ex-consejero de seguridad del ex-presidente norteamericano Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski. Un periodista del semanario ‘Le Nouvelle Observateur’ le preguntaba, en enero de 1998: «¿Tampoco se arrepiente usted de haber favorecido el integrismo islamista, de haber aportado armas y consejo a futuros terroristas?», a lo que este respondía: «¿Qué es lo más importante para la historia mundial? ¿Los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos locos islamistas o la liberación de Europa central y el fin de la guerra fría?».
«Desgraciadamente, esta forma de pensar ha seguido siendo una constante en la política exterior estadounidense hasta hoy en día-señala Moragón-. Esta misma lógica es, en el fondo, la que están aplicando actualmente los EE.UU. contra Rusia. Desaparecida la Unión Soviética, eliminado el conflicto ideológico entre la capitalista EE.UU. y la comunista URSS, la guerra fría terminó para Rusia; pero no para los EE.UU».
Las causas
Moragón explica a continuación la ambigüedad histórica de los Estados Unidos en relación al terrorismo: «Hasta los atentados del 11-S los EE.UU. apoyaron a los talibanes en Afganistán; y en su «guerra mundial contra el terrorismo» han atacado, ocupado y destruido países árabes como Irak, Libia y Siria, que, si bien eran dictaduras (como sucedía en todos los países árabes, no hay que olvidarlo), también eran regímenes laicos en cuyos territorios no había grupos yihadistas (ni, en el caso de Irak, «armas de destrucción masiva»).
Fernando Moragón durante una ponencia en MadridO.H.R.E.
Quizá el de Irak es el ejemplo más claro de esta relación causa-efecto que ya se puede leer con claridad en la Historia: «En el Irak de Sadam Husein no había ni un solo yihadista. La invasión, ocupación, destrucción de las estructuras estatales iraquíes, la sectarización de la sociedad iraquí y un largo etc. llevadas a cabo por los estadounidenses abrieron de par en par el país a Al-Queda, que bajo distintos nombres, se fue transformando hasta convertirse en el Estado Islámico.
La Al-Qaeda fundada por bin-Laden o el Estado Islámico son los que están detrás de los atentados sufridos en Europa en los últimos años, y también del ocurrido este jueves 14 de julio en Niza. Todo gracias al constante apoyo a los grupos yihadistas que los Estados Unidos les dan hasta que se hacen incontrolables y se vuelven contra ellos».
Sin embargo, para Moragón, hay más responsables: «Europa, incluida Francia, es corresponsable de este desastre participando en las campañas militares lideradas por los EE.UU. y financiando y armando a estos grupos como lo han hecho en Siria». Y añade, con amargura: «Ahora toca la hora de los lamentos, las condolencias, del ‘todos somos Niza’, de las banderitas francesas en las redes sociales y, lo que es extremadamente preocupante, de aprovechar el miedo de las sociedades europeas para restringir derechos y libertades en favor de una mayor y falsa seguridad».
Intereses de largo alcance
«Al atacar Afganistán, Irak, Libia o Siria, y promover el yihadismo, los EE.UU. están también atacando los intereses de Rusia; así como lo hacen promoviendo golpes de estado blandos, como el de Ucrania; poniéndole sanciones económicas, y obligando a los europeos a que se las pongan», señala Fernando Moragón.
Este experto en geopolítica insiste en aclarar que para los Estados Unidos, el verdadero enemigo sigue siendo «Rusia, a la que el Secretario de Defensa norteamericano, Ashton Carter, ha puesto en el número uno de los peligros que acechan al mundo, por encima del mismísimo Estado Islámico, que ocupa una discreta quinta posición, después de China, Irán, y Corea del Norte». A su modo de entender, sin embargo, «Rusia es el único país que se está enfrentando claramente y sin dobles agendas al yihadismo en el mundo».
Las consecuencias
Fernando Moragón encuentra muy preocupantes algunos de los escenarios que se pueden plantear, y que parecen más probables a la luz de las recientes experiencias vividas en occidente tras cada atentado: «¿prolongará el estado de emergencia en Francia el presidente Hollande con lo que eso supone de recorte en las libertades y los derechos de sus ciudadanos? ¿Estigmatizaran más los gobiernos europeos a inmigrantes, refugiados, o ciudadanos «no blancos», como causa de los atentados, además de hacerlo del desempleo o de la violencia de género? La ultraderecha europea debe estar exultante de alegría».(Tomado RT)
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